‘Briquetar’ para aprovechar
24 de octubre de 2011
El proceso de mecanizado en la industria metalmecánica produce numerosos residuos, tales como virutas, recortes y despuntes originados en procesos de torneado, fresado, pulido, etc., normalmente impregnados de aceites de corte u otra sustancia contaminante. El briquetado es el último proceso por el que pasa la viruta, tras el triturado, centrifugado y transporte, gracias al cual se obtienen briquetas o lingotes de alta densidad que optimizan el transporte del material por estar compactado y con baja humedad.
Equipos RUF para acero y hierro fundido, aluminio y lodos de rectificado
En múltiples sectores de la industria se generan lodos y viruta provenientes de máquinas-herramienta. Frecuentemente, la viruta generada está contaminada con lubricantes / refrigerantes (aceites o emulsiones) formando a menudo una masa de baja densidad. En consecuencia, el valor de este tipo de viruta es mucho menor que el comparado con chatarra sólida. Junto con la viruta de metal, a menudo, se eliminan significantes volúmenes de fluido de corte utilizados en las máquinas-herramientas con su correspondiente coste financiero y medioambiental.
Ehaff distribuye la marca RUF, cuyos equipos utilizan la fuerza hidráulica y están construidos de forma compacta y modular. Todos ellos son susceptibles de operar durante 24 horas y gracias a su compacto diseño se integran fácilmente dentro del proceso de producción existente. Para asegurarse que adquiere la máquina adecuada, Ehaff ofrece de forma gratuita la posibilidad de realizar pruebas de briquetado en su empresa con el material que se trabaje. También ofrecen la posibilidad de alquilar máquinas para que el cliente lleve a cabo pruebas en su propia empresa.
Las virutas de acero y hierro fundido en forma de briquetas son un una fuente secundaria de materia prima valioso para las fundiciones y se usan para la producción de acero y hierro fundido. El almacenamiento más limpio y la carga más precisa en los hornos son sólo dos de las ventajas que proporciona el briquetado. Otras ventajas son la reducción de costes de transporte de la chatarra, una reducción de filtro de polvo y escoria y una mejora en la seguridad en el proceso de fundido (permeabilidad de gases). Las fundiciones con propia maquinaria pueden generar ahorros de costes considerables cuando briquetan su propia viruta para luego fundirla. RUF ha instalado más de 150 plantas de briquetado para el sector de acero y hierro fundido y muchos más de otros materiales en todo el mundo.
En cuanto al aluminio, RUF ha instalado más de 350 plantas de briquetado sólo en este sector en todo el mundo. Puesto que con el briquetado de aluminio se obtiene un alto rendimiento en fundición es un material ideal para un reciclado económicamente beneficioso. La gama de productos en el campo del aluminio incluye una variedad de modelos que permite ofrecer una solución optimizada adaptada a todos los requerimientos.
En lo que se refiere al lodo metálico del rectificado, éste es en su constitución el residuo más variable que se puede encontrar en la industria. El lodo de rectificado está formado de pequeñas partículas metálicas de la pieza mecanizada además de lubricante/refrigerante (aceite o emulsión) y de partículas abrasivas de la herramienta rectificadora. La proporción y medida de las partículas metálicas, del lubricante/refrigerante y de la muela de rectificado varían enormemente dependiendo del proceso. La recuperación de lubricante/refrigerante de alta calidad en particular, proporciona un considerable ahorro de costes lo que hace que un uso eficiente de la tecnología de reciclaje sea económica y ecológicamente viable.
Exceptuando unos pocos casos, la mayor parte de lodos son susceptibles de briquetar. Con la tecnología RUF es posible recuperar el volumen máximo de los valiosos aceites de rectificado y emulsiones (hasta un 50% del peso) y reducir los costes de eliminación. En algunos casos es incluso posible generar ingresos por las briquetas. Muchos de los clientes de Ehaff que han optado por la tecnología RUF, recuperan la inversión realizada en menos de 12 meses. Como el aceite y emulsión de rectificado no sufre variación térmica durante el proceso de briquetado éste no se degrada. Por tanto, puede ser retornado al proceso de producción sin requerir de tratamiento adicional alguno. La viruta de rectificado está altamente compactada reduciendo los costes de transporte y almacenamiento.
La gama de máquinas de RUF varía en tamaño de briqueta y consumo de energía para cubrir y abarca la mayor parte de aplicaciones. Fabrica plantas de briquetado desde 4 a 22 kW con producción/hora desde 40 a 400 kilos de material de entrada. Todas las prensas de briquetado de RUF utilizan la fuerza hidráulica y están construidos en un sistema modular y compacto. Todos los modelos están diseñados para trabajar 24 horas y ser utilizados de forma centralizada o conectados a máquinas individualmente. La máquina completa está montada sobre un pozo de recolector de aceite con un fondo inclinado y un mecanismo de autolimpieza. La alimentación del material a briquetar puede ser continua o por lotes. El agitador en la tolva de material, evita la generación de puentes de material. Un alimentador sinfín carga el material de viruta en la cámara de la prensa. El pistón de la prensa compacta la viruta en forma de briqueta de acuerdo a los parámetros establecidos en el PLC. El PLC puede ser fácilmente ajustado para diferentes materiales. El lubricante/refrigerante extrusionado es recolectado en el pozo y eliminado a través de una bomba.
Briquetas orgánicas
La madera es un producto natural que altamente compactado adquiere casi las mismas propiedades que el carbón en combustión. Las briquetas en combustión emanan al aire el mismo dióxido de carbono que el que absorbió el árbol del que procede durante el proceso de fotosíntesis cuando éste crecía. Para briquetado de madera y otros materiales orgánicos como el papel, celulosa, heno, lino, restos de pulido de cuero, etc., RUF proporciona equipos desde 30 hasta 1.500 kilos/hora. De construcción compacta, son máquinas con un mínimo coste de montaje, que no requiere de pedestales especiales y de reducido desgaste. Con compensación automática para las diferentes densidades de material, puede alimentarse de tamaños de grano hasta 50 milímetros como máximo. Puede imprimir además el logo de la empresa, siendo así una efectiva herramienta de marketing. Su configuración le permite una conexión directa a la máquina-herramienta.