La industria farmacéutica cumple el objetivo de producir dosis suficientes para vacunar a la población adulta mundial
A finales de 2021, un año después de la distribución de las primeras dosis, la producción de vacunas frente a la Covid-19 rozó la cifra de 11.200 millones de dosis, suficientes para vacunar a toda la población adulta mundial, según los datos de la consultora independiente Airfinity.
Las sustancias necesarias para la fabricación de las vacunas contra la COVID-19 se están produciendo en al menos 83 plantas de producción situadas en 70 países de todo el mundo.
El ritmo mensual de producción de vacunas se ha multiplicado por cuatro desde el inicio de la fabricación. La producción comenzó siendo cercana a los 350 millones de dosis al mes y actualmente se fabrican más de 1.400 millones de dosis todos los meses.
Este rápido aumento en la producción de vacunas ha sido posible gracias a que las compañías farmacéuticas, en paralelo al proceso de investigación, ampliaron sus propias plantas de producción para aumentar su capacidad e incluso comenzaron a producir vacunas a riesgo, antes de que fueran aprobadas por las agencias reguladoras. Junto a ello, buscaron y firmaron acuerdos de transferencia de tecnología con empresas de cualquier país del mundo con capacidad para participar en la producción de estas vacunas. Ya se contabilizan cerca de 340 acuerdos de colaboración, que implican a casi un centenar de empresas, muchas de ellas competidoras.
De estos acuerdos, casi 200 incluyen diversas formas de colaboración voluntaria que se basan en la transferencia de tecnología y el intercambio de conocimientos sobre los procesos y las tecnologías utilizadas para fabricar las vacunas, así como la formación de personal especializado para garantizar los estándares de calidad.
Gracias a estos acuerdos, la capacidad mundial de producción de todo tipo de vacunas -que era de algo más de 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia- se ha triplicado sólo para las que combaten el coronavirus.
¿Tan necesarios son los acuerdos entre empresas para aumentar la capacidad productiva?
¿Qué papel han jugado las patentes en este proceso?
¿Es suficiente esta producción para que las vacunas lleguen a los países de todo el mundo?
Sí. Las dosis producidas hasta ahora serían suficientes para vacunar a toda la población adulta en el mundo. Sin embargo, esta histórica ampliación de la fabricación se ve ensombrecida por la preocupación compartida de que las vacunas no llegan a todos los que las necesitan. La industria farmacéutica sigue pidiendo que se compartan las dosis distribuidas y renueva su compromiso de trabajar con los gobiernos para apoyar medidas que lo hagan posible.
Según la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma), con la distribución de vacunas realizada hasta ahora, los países del G7 tienen reservas suficientes de dosis para vacunar a sus adultos y adolescentes y poner en marcha programas de refuerzo para proteger a los grupos de mayor riesgo, y disponen además de un número de dosis importante para distribuir a los países del tercer mundo. De hecho, según los análisis de Airfinity, los países del G7 y de la UE tendrán a final de marzo de 2022 un excedente de 1.400 millones de vacunas, incluso administrando dosis de refuerzo a su población.
Según los datos diarios que publican tanto Unicef como la Universidad de Oxford en la plataforma Our World in Data, a principios de enero de 2022 se habían distribuido más de 11.000 millones de dosis, de las que se han administrado un total de 9.430 millones en 227 países y territorios de todo el mundo. Esto supone que el 59% de toda la población mundial ha recibido al menos una dosis de vacuna contra la COVID. Sin embargo, sólo el 9% de las personas que viven en países en desarrollo han recibido al menos una dosis de la vacuna.
¿Cuál es el mejor mecanismo para conseguir la equidad en la distribución?
Las compañías farmacéuticas, como ha señalado Ifpma, proponen intensificar la distribución responsable de dosis a los países de renta más baja a través del mecanismo Covax, la iniciativa liderada por la Organización Mundial de la Salud para hacer llegar las vacunas de COVID-19 a las poblaciones con menos recursos, y que cuenta desde el inicio con el apoyo de la industria farmacéutica y de más de 190 países de todo el mundo, entre ellos España. A 31 de diciembre de 2021, Covax había enviado más de 910 millones de dosis a 144 países, y tiene comprometidas donaciones de otros 1.100 millones de dosis, según los datos que maneja Unicef.
La industria farmacéutica internacional asegura que es necesario centrarse en medidas concretas en los países receptores con pocos recursos para apoyar el despliegue y la aceptación de las vacunas. Así, entre otras medidas, hace falta una extensión de la vida útil de las vacunas. Para ello, además del aumento del personal sanitario para administrar las vacunas en áreas de difícil acceso es necesario ampliar las capacidades de la cadena de frío desde los aeródromos donde llegan las vacunas hasta los puntos de vacunación. También consideran necesario actualizar la regulación para que la vida útil de las vacunas se prolongue y que éstas no se desperdicien. Así, aconsejan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades nacionales garanticen que las vacunas son aprobadas antes de que las dosis lleguen a los países, de modo que puedan distribuirse inmediatamente.
¿Se siguen investigando nuevas vacunas?
Sí. Hasta ahora existen diez vacunas contra la COVID-19 aprobadas en todo el mundo, cinco de ellas de uso en Europa al contar con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento. Las investigaciones sobre nuevas vacunas continúan y actualmente hay otras 137 en ensayos clínicos, de las que 29 están ya en la última fase de investigación.
Desde el inicio de la pandemia se pusieron en marcha ensayos con medicamentos existentes para otras patologías con potencialidad para combatir la COVID-19. Hoy, dos anticuerpos monoclonales han recibido ya luz verde de la UE por su eficacia en las primeras fases de la infección, y otros seis medicamentos están siendo evaluados para su aprobación. Además, según los registros de la OMS, se están llevando a cabo más de 1.600 ensayos clínicos con posibles tratamientos en todo el mundo.
¿Qué papel está jugando España en la fabricación de vacunas e investigación de nuevos tratamientos?
España está contribuyendo de forma notable. Nuestro país ha sido, con 172 ensayos, el primer país de Europa y el cuarto del mundo en número de estudios clínicos contra el coronavirus, en línea con su papel de referencia internacional en investigación clínica de medicamentos.
Además, en el terreno de la producción, hasta cuatro compañías españolas están participando, en colaboración con empresas desarrolladoras, en la fabricación de vacunas contra la COVID.