El test de lápices para películas, un método poco fiable
Extrusión
Dicho estudio para investigar la efectividad del test de lápices, elaborado por el departamento de I+D de MacDermid Autotype, pone de manifiesto una gran variabilidad en el resultado de las pruebas ya con H1, aun cuando el test haya sido llevado a cabo mediante operarios experimentados con buena vista, de acuerdo con un protocolo estricto y utilizando la especificación estricta del lápiz. Esta variabilidad puede llegar a ser mucho mayor en condiciones de laboratorio o cuando se esté trabajando con proveedores o usuarios finales distintos.
Existen varias razones para explicar la diferencia. Por ejemplo, a menudo el ensayo lo llevan a cabo a mano personas muy diferentes, sin un orden preciso en la gestión de los lápices; frecuentemente el filme revestido se coloca sobre una gran variedad de materiales, desde la goma hasta el cristal.
En el contexto de su investigación, MacDermid analizó una gama de lápices de diversos fabricantes, llegando a descubrir que los mismos acusaban diferencias considerables en cuanto a rendimiento en los mismos tests. Asi, un 3H fabricado en Japón puede diferir notablemente de un 3H de europeo, el cual a su vez es distinto de otro 3H de procedencia norteamericana. Esta disparidad tiene una explicación obvia que a menudo se pasa por alto: los lápices se fabrican para ser utilizados por dibujantes y artistas, y no para realizar mediciones científicas.
Por último el estudio concluye que en un mercado como el actual, ferozmente competitivo, con estándares de calidad precisos, el test de lápices resulta un método poco exacto e inadecuado para justificar decisiones de ingeniería o de compra. Hay métodos mucho mejores, como el test Taber, para verificar aplicaciones de pantalla: en este caso se trata de una prueba de resistencia superficial, y no de escala.
El test Taber ha sido sometido a examen, pudiéndose comprobar que resulta de mayor eficacia para evaluar la utilidad de un filme en los sectores de impresión y transformación.