Las complicaciones de la importación de producto desde China

Los costes del transporte marítimo siguen sin dar tregua a las empresas cuyas cadenas de suministro y exportaciones dependen de los barcos. La reactivación del comercio mundial tras la pandemia provocó una sobredemanda que inició un alza desbocada de los precios que ha llevado a un encarecimiento del coste del transporte marítimo. No parece que esta situación vaya a tener fácil solución en el corto plazo. En el sector dan por descontado que el alza en las tarifas de los fletes continuará durante los próximos meses, ya que la demanda sigue siendo alta y los atascos en la cadena de suministro aún no se han resuelto. Además, la temporada alta del transporte de contenedores está por llegar y los fletes seguirán al alza. Las empresas importadoras y exportadoras también prevén que se agudicen los retrasos y tiempos de espera en las operaciones de transporte marítimo. Los retrasos también repercuten sobre los costes, lo que encarece aún más los movimientos de contenedores y se traduce en un aumento de precios también para el producto final.

A continuación, destacamos las valoraciones más significativas de una selección de empresas del sector juguetero. Para Maite Bellido, directora general de Aquamarine Games, “ahora mismo la preocupación más importante es que se normalice la situación en los puertos de China y se regulen los precios de los fletes. Pienso que de no ser así tendremos una crisis por la subida de los precios sin precedentes. Muchas empresas han dejado de importar y han cerrado sus negocios por la imposibilidad de repercutir estas subidas al producto”. Según Krlos Mengual, director comercial de Cayro, “la subida de los precios de las materias primas, junto con la subida de los fletes, ha supuesto un incremento en los precios que ya se ha reflejado en la mayoría de productos del sector. Además, los problemas de logística (falta de barcos y contenedores, cierre de puertos, huelgas, etc.) provoca un retraso de la mercancía y en muchos casos cancelación de embarques. Los que no hayan sido muy previsores podrán tener serios problemas de stock”. Por su parte, Joaquín Albo, director comercial de Crayola Binney & Smith, detalla que “estamos sufriendo retrasos en los envíos como todos los fabricantes, aunque consideramos que no va a afectar a la Campaña de Navidad en sí, ya que esperamos recibir todo en septiembre, cuando antes lo repartíamos entre junio y septiembre”. Mientras que Antoni Puig, responsable comercial de Dreamtoys (distribuidor oficial de Siku en España), manifiesta que “obviamente se verá afectada la Campaña tanto a nivel de stocks como en el incremento de los precios. Nosotros estamos sufriendo al igual que la mayoría de compañías. La escasez en la capacidad de los transportes y falta de materias primas han tenido y siguen teniendo una influencia negativa en nuestro stock y en el nivel de servicio que intentamos siempre ofrecer. Los aumentos de costos para el flete y las materias primas son excesivos y asumimos que los precios de mercado en general experimentarán un aumento notable”. A lo que Sandra Gómez, directora general de Lúdilo, añade que “ya estamos viendo subidas de precios, retrasos de mercancía e incluso productos que se han dejado de comercializar por parte de algunos fabricantes. En nuestro caso, desde principios de año, estamos trabajando para adelantar las compras y reducir todo lo posible los retrasos en las llegadas de mercancía. También ha sido prioritario para nosotros mantener los precios siempre que ha sido posible y minimizar las subidas”. Y Miguel Ángel Sánchez, gerente de Toim, resalta que “la situación en China afectará por los continuos retrasos en la fabricación y en el transporte marítimo. Esto a su vez supondrá un aumento considerable en los precios. Creo que, debido a los problemas de suministro, las compras se harán con mayor previsión. Por su parte, el e-commerce continuará creciendo y ganando cuota de mercado”.

Por parte de la distribución juguetera, Andrés Galán, gerente de Jugatoys, opina que “la importación está sufriendo unas subidas desmesuradas tanto en materia prima como en costes de fletes y esto afectará directamente al consumo, pues la subida de algunos artículos es tan grande que no sabemos si el público final estará dispuesto a pagar el nuevo precio. En cuanto al suministro, será un año complicado en el que habrá que tener stock en almacén para poder abastecer la demanda del cliente”. Mientras que Pedro Castillo, CEO de CPA Toy Group Trading, explica que “es casi un hecho que la subida en el IPC de este año probablemente sea la más alta de este siglo en casi todos los sectores, pero probablemente el comercio y el sector del juguete sea uno de los más afectados, sobre todo por su dependencia en la fabricación de países como China o Vietnam: con falta de materiales esenciales de fabricación como chips, con escasez de contenedores y a más de 15.000 dólares, y sin previsión de bajada. Es un hecho que no se va a poder suministrar todo el juguete como cualquier otro año normal y, teniendo en cuenta que los costes dependiendo del valor producto vs volumen pueden sufrir aumentos del más del 100%, es imposible que el fabricante y el intermediario puedan absorber ese incremento de costes. Indefectiblemente esto se verá traducido en subidas de precio como ya viene pasando en lo que llevamos de año”.

Tal como están las cosas ahora, los expertos coinciden en que los problemas logísticos para transportar productos continuarán hasta buena parte de 2022. Si los altos precios de los fletes marítimos permanecen, agregan, es probable que aumente el debate sobre si es prudente depender tanto de China como el centro de fabricación del mundo. Con las relaciones entre China y Occidente bajo continuas tensiones, y la idea de que la globalización puede dar paso a un proceso de regionalización a partir de la pandemia, algunos analistas han comenzado a argumentar que los bienes deberían producirse “más cerca de casa”. Así, Santiago Agudo, director comercial de Colorbaby, detalla que “la consecuencia positiva es que veremos más productos de terceros países, y empezaremos a pensar si es bueno tener una dependencia ciega de un solo origen de producto”. Y César Bernabeu, CEO de Berjuan, valora que “esta situación aparentemente tiene que ser positiva para los que fabricamos en España, pero esto lo tiene que ver rápidamente la distribución para entender que con la fabricación nacional evitarán muchos problemas de roturas de stock y precios fuera de mercado”.