En recuerdo a José Raúl Fernández

Estamos ante una ocasión especial, en la cual estamos encantados de acompañar a nuestros amigos de Novoperfil en la celebración de su 30 aniversario. Son muchos años guiando con su información a todo un sector, y mostrándonos edición a edición, las novedades, noticias y vaivenes de una industria de la cual participamos activamente cientos de empresas de este país.

Para nosotros, los que formamos parte de Hegasa, se trata de una celebración agridulce. El presente escrito no lo debería de estar redactando yo, sino que tendría que haber sido escrito por Jose Raúl Fernández. Por desgracia, hace pocos meses que ya no está entre nosotros. Nos deja huérfanos de su saber hacer y de su gran conocimiento de este sector.

A la par que hacía aparición esta publicación, Jose Raúl ya empezaba desde Hegasa a dar soluciones a nuestros clientes sobre el mecanizado de ventanas y cerramientos. Dos trayectorias, por tanto, que han transcurrido paralelas, hasta que, en mayo de este año, quedó truncada para siempre.

Sirvan estas palabras como homenaje a Jose Raúl, al cual conocíais muchísimas personas del sector. Desde gerentes y operarios de fábricas de ventanas a técnicos de maquinaria, pasando por casi todos los departamentos de los fabricantes de perfiles. Son muchos años en los que habéis podido trabajar estrechamente con él, y que sabéis perfectamente lo que ha significado para este sector.

Pero la vida sigue, y los miembros de esta comunidad industrial seguiremos peleando día a día para sacar adelante un sector que, entre todos, hemos conseguido situar en una buena posición.

El futuro hay que afrontarlo con optimismo, aunque sin dejar de lado las incertidumbres que planean sobre una economía incierta. Como se dice coloquialmente, “acabamos de salir de una, y parece que ya nos cae otra encima”. Personalmente, no creo que a corto plazo vaya a surgir una crisis parecida a la ya sufrimos recientemente. Ni las circunstancias son las mismas, ni se afrontaría de la misma manera una situación similar. Creo, y espero, que se haya aprendido la lección de tiempos pasados, y las empresas sean capaces de reaccionar ante un escenario adverso con una solvencia mayor a la que se produjo años atrás.

Las sombras del fin de un ciclo planean sobre la economía europea. Todos podemos ver señales de que algunos de los países que consideramos ‘las locomotoras’ de Europa empiezan a mostrar signos de estancamiento. Sin embargo, los datos también hay que analizarlos dentro de un entorno controlado. España, para bien y para mal, en no pocas ocasiones, suele llevar su propio camino. No digo con esto que estemos al margen de la evolución de nuestros socios comunitarios, pero hay que tener en cuenta que nuestro país tiene bastantes aspectos diferenciadores con respecto a las economías de nuestro entorno. El consumo interno ha tirado con fuerza en los últimos tiempos, y gracias a esto se ha logrado crecer muy por encima de la media de la Unión. Nuestro sector, completamente dependiente de la construcción, ha conseguido mantener una situación estable, gracias a un crecimiento sostenible, cuyo eje ya no pivota sobre la base de las grandes promociones. El modelo de negocio ya no es el que había en los tiempos previos a la crisis, y hoy en día predominan las viviendas unifamiliares y las reformas integrales. Si bien este tipo de trabajos requieren de un mayor esfuerzo, tanto a la hora de captar clientes como en el proceso de fabricación, se compensa con un menor riesgo de impago. Las empresas han tenido que adaptarse a este nuevo escenario, en donde prima la flexibilidad y la capacidad de la empresa para reducir costes a base de emplear nuevos sistemas productivos más eficientes.

Por otro lado, las empresas con capacidad para producir grandes series han sabido sobreponerse a los malos tiempos con la mirada puesta en el exterior. La crisis vivida recientemente nos obligó a buscar alternativas, y, si hay algo positivo que podemos sacar de esta situación, fue que se le perdió el miedo a salir a otros países. Tenemos empresas españolas con una capacidad productiva muy grande, que a día de hoy están compitiendo en otros mercados con un bagaje muy positivo. Si bien es cierto que en España se está incrementando la presencia de productos procedentes de países de Europa del Este con un coste muy bajo, también lo es que tenemos en nuestra mano el acceso a una serie de mercados emergentes con un potencial enorme. Podemos encontrar varios ejemplos en países de Sudamérica, donde la lengua y la afinidad cultural nos da un punto de ventaja respecto a otros competidores, y que presentan unos niveles de crecimiento muy notables. En esos mercados, el empleo del PVC en la construcción tiene un potencial de crecimiento muy grande, y por tanto, es un nicho de oportunidades enorme.

Asimismo, hay una gran oportunidad en la renovación de los cerramientos actuales por otros con una eficiencia energética superior. El futuro pasa en gran parte por la sostenibilidad y la optimización de los recursos.

Hay que mirar con optimismo el futuro, y encararlo con ánimo y trabajo. Los vaivenes del mercado hay que sortearlos con flexibilidad y creatividad, y perdiéndole el miedo a explorar nuevas oportunidades.

Desde aquí, felicitamos a todo el equipo de Novoperfil por su gran trabajo durante todos estos años, y esperamos que sigan con nosotros muchísimos años más.