El proyecto Novovase, desarrollado por ainia y Aimplas, profundiza en el conocimiento de los mecanismos que ocurren en la interacción entre sustancias activas y el alimento
Alimentos mejor conservados, gracias a nuevos materiales y sustancias para envases activos
Los envases activos son aquellos capaces de interaccionar con el producto para mejorar su vida útil y aportar así mayores garantías de calidad y seguridad alimentaria, una cuestión que preocupa cada vez más a consumidores e industria alimentaria. Aimplas y Ainia, en el marco de la alianza entre ambos centros, estudian nuevas sustancias y materiales que presenten una actividad funcional que puedan ser aplicadas a los sistemas de envasado activo de los alimentos.
El proyecto se basa en identificar sustancias activas y materiales poliméricos, y en qué condiciones de uso y transformación se han de utilizar para mejorar la vida útil de los alimentos perecederos. Así, se minimizan las pérdidas derivadas del deterioro de los alimentos gracias a una mejor conservación y mayor durabilidad. "Lo que hacemos concretamente es estudiar sustancias procedentes de especias comunes (romero, ajo, albahaca, etc.), de los cuál se usan los extractos de sus aceites esenciales, incorporándolos mediante distintas tecnologías a los materiales de envase. El objetivo es determinar los efectos que los envases con estas sustancias incorporadas tienen sobre la vida útil de los alimentos, especialmente sobre productos vegetales y pescado fresco”, puntualiza en una entrevista con Interempresas José Ángel Garde, técnico del Departamento de Tecnologías de Envase de Ainia.
Laboratorio de envases de Ainia.
El proyecto profundiza precisamente en el conocimiento de los mecanismos que ocurren en la interacción entre estas sustancias activas y el alimento. Para ello, se están estudiando estos componentes que actúan sobre la oxidación y el crecimiento microbiológico del alimento envasado, principales causas de su deterioro. A través de este proyecto, se están analizando los materiales que protegen al alimento de los agentes adversos (oxígeno, humedad, luz, microorganismos), por una parte, y también se están identificando los polímeros portadores (compuestos) de sustancias funcionales con efectos beneficiosos sobre el alimento así como los recubrimientos comestibles depositados directamente sobre el propio alimento. “Para poder incorporar las sustancias activas en el envase y ponerlas cerca del alimento vamos a estudiar diferentes alternativas, como por ejemplo aplicándolas en la formulación del recubrimiento del alimento o en el propio envase”, señala José Ángel Garde.
Para que una sustancia sea considerada como
funcional, se tendrá que demostrar su actividad sobre el propio alimento en
estudios de simulaciones y su actividad antimicrobiana sobre cultivos de
microorganismos aislados.
Ainia y Aimplas juntos de la mano
“En ainia estamos especializados en el propio alimento y en cómo interactúa con sustancias activas o con el propio envase, mientras que Aimplas es experto en la transformación de los materiales plásticos destinados a los envases. A la hora de formular el envase con la sustancias activas, se puede realizar de dos maneras: mediante la aplicación de recubrimientos o por la formulación de la materia prima que se utiliza para extruir los films. En ese punto es donde estamos estableciendo la colaboración entre ainia y Aimplas, ya que éste último va a intervenir en la transformación de las materias primas de los materiales plásticos para poder obtener films de envasado", explica el técnico del Dep. de Tecnonologías de Envase de Ainia.
En el proyecto ya se ha cubierto la fase de probar si las sustancias seleccionadas como activas tenían efecto sobre la microflora habitual responsable del deterioro del alimento, fundamentalmente de pescado fresco; y la fase de los estudios necesarios para ver cómo incorporar las sustancias activas a los procesos de transformación convencionales de envase, bien sea por recubrimiento o por extrusión. “A partir de ahora el objetivo está en obtener materiales prototipo que permitan ya realizar experimentos de envasado con alimentos reales”, añade el profesor Garde.
José Ángel Garde, técnico del Departamento de Tecnologías de Envase de Ainia, durante una prueba en el laboratorio del instituto.
El presente y el futuro del envase
La mejoría de los envases para asegurar la seguridad de los alimentos y también para su mejor conservación es un hecho incuestionable para Jose Ángel Garde. “Se está evolucionando hacia ajustar las prestaciones que ofrece el envase y el sistema de envasado a los requerimientos que tiene el alimento, es decir, no se produce un sobreenvasado innecesario del alimento”. Además de los envases activos, actualmente también se está trabajando en la practicidad del envase, algo que demanda cada vez más el consumidor, por ejemplo con envases recerrables; envases que no se rasguen con facilidad; o envases que se puedan introducir en el microondas u horno para poder calentar su contenido; etc.
A la pregunta si hoy un envase es más seguro que hace 15 años, el técnico de Ainia se muestra categórico: “Sin ninguna duda, porque se le está dando mucha más importancia al estudio del envase, a la vez que se están cumpliendo mucho más los requisitos. Eso no quiere decir que hace 15 años no los hubiera, pero sí es verdad que actualmente se cumplen mucho más, porque el proveedor y el consumidor exigen esos requisitos”.
Envases activos, una apuesta de futuro
Los envases activos son sistemas de envasado que desempeñan una función específica adicional a la de constituir una barrera física entre el producto que contienen y el exterior, pasan a ejercer un papel activo en el mantenimiento o incluso mejora de la calidad del alimento envasado. Entre sus características, se destaca su capacidad para alargar la vida útil del alimento envasado, aumentando la duración del producto. Además, mantienen las propiedades sensoriales y nutricionales del alimento y contribuyen a la facilidad de uso y comodidad de utilización por parte del consumidor.
El proyecto Novovase, dentro del programa de proyectos en colaboración en I+D+i promovido por el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana (Impiva), ha sido cofinanciado por los Fondos FEDER, dentro del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2007-2013.
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“Cuando pensamos en la producción y la transformación alimentaria de hoy en día, un ventilador no es lo primero que se nos viene a la mente y, sin embargo, en la gran mayoría de los procesos el movimiento de aire es un factor relevante o incluso crucial”