Más música, más plástico
15 de Junio de 2008
Y por la Radio sonaba el “Arde la calle al sol de poniente, hay tribus ocultas cerca del río esperando que caiga la noche. Hace falta valor, hace falta valor, ven a la escuela de calor”. Y los plásticos seguían progresando y eran los años en los que todo el mundo estaba preparado para lanzar nuevos palabros al mercado, como el metaloceno, que durante unos años pareció como el principio de una nueva era para la producción de plásticos. No se hablaba entonces de los bioplásticos, al menos no como se habla ahora, que también parecen la solución a todo, incluso para la mujer de “las picotas, una solución quiero”.
La fuerza de las tendencias es sorprendente. La tendencias son con frecuencia el árbol que nos impide ver el bosque. De la misma forma que cuando la moda de los metalocenos, por decir una de tantas, aquello parecía que iba a revolucionar la industria de producción de plásticos y, consecuentemente, la de la transformación de las bolitas en piezas, ahora los bioplásticos parece que van a hacernos olvidar el plástico que parte del petróleo. Maíz contra petróleo. “Nada tienen de especial dos mujeres que se dan la mano, el matiz viene después, cuando lo hacen por debajo del mantel”. ¿Tienen algo de especial dos tipos de plástico que se dan la mano? No tanto, porque estos se dan la mano por encima del mantel, conformando el Mecano-tubo de la industria de los plásticos. Paradójicamente, al que compra los plásticos ya en pieza, todo esto le importa bien poco. Al menos, al comprador tipo. Luego estarán los militantes con alguna causa, pero esos comen aparte a la hora de consumir.
Lo que es evidente es que los plásticos, y esto se ha dicho ya muchas veces, no es ningún 'Secretos', continúan dejando escapar el tren de la buena imagen. Llegará el día en que alguien tome la iniciativa de negarse a consumirlos: “Déjame, no juegues más conmigo, esta vez, en serio te lo digo, tuviste una oportunidad, y la dejaste escapar ah, ah, ah.” Claro que tras caer Italia en cuartos de final y ganar España la Eurocopa, el mundo adquiere otra dimensión.“Ya nada es igual, nada es igual, nada”.