El plastiquillo de las maravillas
1 de agosto de 2008
En resumen, que lo que al principio era un simple recipiente de plástico termina convirtiéndose en un ser vivo que además resuelve el problema del reciclado de los desechos plásticos. Estas botellas mágicas ya se mostraron en Sheffield (norte de Inglaterra) en una exposición titulada "El país de las maravillas: el comienzo de algo extraordinario". Los científicos relacionados con la organización de esa exposición afirmaron que la población ya está aburrida de los mensajes verdes tradicionales. Y pensamos que es verdad. Pero también es verdad que los inventos raros, si luego quedan en nada, tampoco colaboran mucho a que la gente se crea algo de lo que oye.
Antes una fotografía era la demostración de algo. Hoy, una foto no sirve para desmotrar nada, cualquiera puede poner en la misma foto a un personaje de hace un siglo leyendo el periódico de hoy. Que se lo digan a un señor chino que consiguió una foto de un tigre del sur de China, una especie que se daba por extinguida. Resultó que el señor Zhou tuvo la genial idea de recortar el tigre que aparecía en el póster de un amigo suyo, esconder el trozo de papel en una ladera y hacerle una fotografía movida para darle mayor realismo a la escena. Y con este sencillo método engaño a todos hasta que le pillaron.
Esto, que no tiene nada que ver con nosotros, sirve para agrandar aún más la sensación de relatividad. Una foto no vale ya ni lo que vale una palabra y la depreciación de la palabra sólo es comparable con la de la credibilidad de la información que nos llega por miles de canales. Plástico de las maravillas, pórtate bien para que podamos creer en ti.