“En diez años, todo el acristalamiento de un coche será de policarbonato”

He vivido toda mi vida rodeado de plásticos. En mi casa, mi padre se construía sus propias máquinas de inyección. Aún no había ido a la escuela y todo a mi alrededor era plástico.

La tecnología de la transformación sigue siendo válida hoy. Obviamente, ahora hay más control en el proceso, pero la esencia es la misma. Lo que ha variado más es la materia prima, sobre todo con la llegada de los blends, las mezclas de diferentes componentes. También destacaría las inyecciones, las pluriinyecciones de diferentes componentes, los moldes rotativos, la inyección por gas... Esta evolución ha simplificado y abaratado el proceso, y sigue avanzando... parece que no tiene límites.

Es un elemento indispensable. Para ilustrar la importancia de este en la industria automovilística citaré un ejemplo: antes la lista de plásticos que se empleaban en la fabricación de un coche cabía en una sola hoja de papel y los que trabajábamos en el sector nos los conocíamos todos. Hoy la lista es interminable. Hay plásticos para cada aplicación, combinaciones preparadas específicamente para un uso concreto.

Depende siempre del montaje. Normalmente, al constructor le resulta más fácil el montaje por conjuntos, es decir, por módulos con todos los componentes ya previamente montados.

No necesariamente. Por ejemplo, en Maip Plásticos fabricamos algunos componentes para Seat, como el revestimiento de la caña de dirección, que enviamos a otro proveedor. Este monta el kit completo y lo envía a su vez al constructor de coches. Normalmente, el que fabrica la pieza más grande acaba haciendo el módulo completo que se suministrará a la firma automovilística, que podrá incluir también componentes metálicos o de otros materiales.

Hoy un coche cuenta con 200 ó 250 kilos de plástico, dependiendo del vehículo y del peso de este. No conozco el dato exacto, pero ronda el 20%, y la tendencia es que siga aumentando. Esta proporción se dispara a más del 90% en los acabados interiores del coche.

Hay dos campos, en los que yo he trabajado estos años, todavía por conquistar. Los elementos externos del bajo piso es uno de ellos. Por la aerodinámica, la reducción de peso y cuestiones de refrigeración, ahora se están vistiendo por abajo todos los coches, algo que antes solo se hacía en los de gama alta. En el resto, o no se ponía nada o se añadían piezas metálicas, lo que producía corrosión y ruidos.

Yo desarrollé para Seat el primer cristal en policarbonato del grupo, concretamente la custodia del León. Ese es el futuro. No sé si lo veré, pero estoy convencido que en 10 años, todo el acristalado de un coche será de policarbonato.

Sí, de momento hemos empezado por las custodias, pero con el tiempo el plástico se extenderá a la luneta, luego a los cristales laterales y después a los parabrisas. Seguramente, así será en la próxima generación de los coches eléctricos. Esto supondrá toneladas y toneladas de plástico... una inyección para el sector.

Totalmente, sin ninguna duda.

Yo creo que no. Pondré un ejemplo: hace 25 años se pensaba que podrían sustituirse muchos elementos por plástico, entre ellos, los aletines y guardabarros. En la actualidad, se fabrican muy pocos de este material, básicamente en coches sport y series cortas de 20.000 automóviles al año. Creo que el plástico no es lo más aconsejable porque lo que se consigue hoy con las chapas resulta más económico y porque, además, se logran aleaciones con aluminio y magnesio muy ligeras.

Sí, no hay ni uno solo de cristal, pero yo me refiero a la estructura en sí del coche. Yo no creo que en un futuro inmediato la carrocería sea toda de plástico. Lo veo muy lejano.

En interiores, primarán los plásticos que simulen otros materiales nobles como la madera. También destacaría las partes blandas, por seguridad, que suelen ser una combinación de plástico forrado con folio. También se recurrirá más al rotomoldeo, que se realiza con un procedimiento rotativo, y combinaciones que se puedan pintar. En general, diría que crecerán en importancia las zonas no visibles del coche.

En España ya no tenemos industria propia... quien diga lo contrario, miente. Los know-how son de donde son.

Los suministradores en España pertenecen en su gran mayoría a grupos alemanes o franceses. En cualquier caso, en España podemos fabricar cualquier producto con garantías, tal y como lo pueden hacer otros países punteros. De hecho, proveemos a muchas plantas de Europa.

Europa está perfectamente al día y al mismo nivel, sino más, que sus competidores internacionales. Vamos muy por delante de Estados Unidos, que no ha sabido mantener ese liderato que tenía hace 40 años.