El plástico contraataca
Precisamente, ahora están de moda las bolsas de plástico, bueno, está de moda atacar a las bolsas de plástico. Como siempre, sin poner sobre la mesa el conjunto del problema. Que las bolsas son medioambientales perjudiciales si se comparan con nada, es evidente. Sin embargo, no pueden compararse con nada, sino que deben compararse con algo, léase bolsas reutilizables, bolsas de cartón, manos con diez dedos, humanos con cuatro manos de diez dedos... lo que sea. El debate no es tan sencillo y los plásticos han avanzado tanto que ya tienen vida propia. Tienen su corazoncito, su capacidad de enojarse. Hasta tal punto que en las formas más sorprendentes atacan a un ser humano unidimensional, fácilmente influenciable por las dos líneas de pseudociencia de cualquier publicación.
El ejemplo más claro de plástico enojado dispuesto a defenderse se produjo hace poco, cuando un pene de plástico volador atacó a Kasparov, el ex campeón del mundo de ajedrez, durante una conferencia. Es conocida la oposición de Garry Kasparov al ex presidente de su país Vladimir Putin, pero se desconoce por el momento el motivo por el que el plástico adquirió forma de pene para atacarle durante una conferencia en Rusia. Kasparov estaba hablando cuando de repente un pene erecto de plástico provisto de una hélice comenzó a sobrevolar la sala hasta que un efectivo de seguridad lo tumbó cual mosca de verano. Dicen que Kasparov se tomó la broma con humor y continuó su discurso, pero también ha quedado sin esclarecer en manos de quién acabó el plástico erecto. En los últimos tiempos, el ajedrecista Kasparov ha tenido problemas con la Policía rusa debido a su oposición al Kremlin y hasta dijo temer por su vida. Sin embargo, nunca habló en público de su miedo al pene de plástico, por lo cual, en los servicios de inteligencia internacionales se atribuye la autoría del ataque al plástico en sí. Es sólo el principio. Si continuamos por la vía del insulto gratuito, el plástico seguirá adquiriendo las más diversas formas para atacarnos. Ha empezado como un pene, no sabemos como qué otro oscuro objeto de deseo realizará su próximo ataque.