Nuevo descenso del número de inyectadores en el Reino Unido
Uno de los mayores impactos negativos para las empresas de inyección para terceros han sido diversos cierres en la industria de la automoción, particularmente el cese de Rover. Estos cierres, combinados con unos costes de materia prima y energía que han alcanzado records, han provocado que muchos pequeños negocios se hallan visto obligados a cesar su actividad.
Por otro lado, otras empresas para las que la inyección era sólo una parte periférica de su negocio, han vendido su maquinaria y han apostado por la subcontratación. Asimismo, los grandes grupos también han consolidado y reorganizado su equipamiento, sus plantas y activos, lo que ha conducido a diversos cierres de plantas. Por ejemplo, Nypro, McKechine y Carclo cerraron sus operaciones en Reino Unido en 2006.
Como resultado, el volumen de polímeros utilizados en la inyección ha descendido durante los últimos años. AMI estima que, para 2006 la industria de la inyección consumirá poco más que 750.000 toneladas de polímeros. De estos volúmenes, el PP será el más importante con cerca del 50 por ciento de todos los polímeros inyectados. De hecho, cerca del 85 por ciento de los inyectadores del estudio de la consultora utilizan PP. Este polímero se utiliza para automoción, electrodomésticos y aplicaciones de packaging. En la base de datos de AMI se pueden identificar más de veinte tipos de termoplásticos diferentes. El cambio en la estructura de la inyección también se refleja en los mercados en los que la industria sirve. El mayor consumidor es la industria del envase y embalaje que contabiliza el 36 por ciento del consumo de polímeros en 2006. En la base de datos de AMI el 35 por ciento de los inyectadores suministran al sector del packaging.
Tradicionalmente, el Reino Unido ha mantenido un sector relativamente grande que suministra a las industrias de bienes eléctricos y electrónica para telecomunicaciones, pero sin embargo ahora, representa un 11 por ciento del total de la demanda de polímeros y se posiciona como el segundo detrás de la automoción en términos de importancia, reflejando el traslado de la capacidad de inyección para el segmento electrónico hacia Europa Central y Asia durante los últimos años.
En 2003, el sector de la electrónica para telecomunicaciones registraba más del 13 por ciento de la demanda de polímeros y un 15 por ciento en 1997.