Minimizar los riesgos de la internacionalización
Por el contrario, los datos estadísticos y económicos prueban que las empresas del sector plástico internacionalizadas, además de aumentar sus volúmenes estructurales y de facturación, son más productivas, competitivas y lo que es más importante, resisten mejor las coyunturas económicas menos favorables. Una de las principales ventajas con las que cuenta la industria del plástico es su gran diversificación, sus diferentes productos y mercados les hace estar bien posicionada a la hora de ampliar horizontes.
Evidentemente no existe ninguna estrategia que garantice el 100% del éxito de la internacionalización de su empresa, sin embargo, siguiendo unas determinadas acciones como solicitar la ayuda que prestan organismos gubernamentales (demanda de productos en el mercado internacional, aduanas, acuerdos comerciales, aranceles, etc.), realizar el análisis de costes y conocer los potenciales socios, obtención de financiación y asesoramiento y finalmente, analizar y conocer las vías de cobro existentes; podemos reducir el margen de fracaso a niveles muy bajos.
Como punto de partida para aumentar la presencia internacional de su empresa, es muy recomendable tener en cuenta la proximidad geográfica y cultural, esto no quiere decir que nuestra empresa no pueda llegar por ejemplo a la India, sino que es recomendable comenzar por los mercados más accesibles y que puedan compartir la misma moneda, una legislación similar, necesidades parecidas, facilidad para el transporte, etc. Otro aspecto clave en sus comienzos debería ser plantearse la internalización digital, es decir, utilizar internet para darse a conocer y tener presencia en un nuevo mercado sin necesidad de realizar grandes inversiones económicas ni estructurales. Este aspecto puede ser un gran indicativo para conocer el comportamiento y las necesidades del mercado y si verdaderamente podemos ofrecer soluciones que tengan demanda en el nuevo territorio.
A grandes rasgos, la industria española de transformación de Plástico ha mantenido un crecimiento constante en los mercados exteriores, alcanzando los máximos niveles de exportaciones en los últimos cuatro años, centrándose principalmente en el mercado Europeo, siendo Francia, Alemania, Portugal, Italia y Reino Unido los principales países de destino concentrando el 56% de las ventas de productos plásticos al exterior.
El resto de productos plásticos exportados, viaja principalmente a América, con EE UU con un 3% de las exportaciones, seguido de Brasil con un 1%. El primer país de otro continente que consume nuestros plásticos es Marruecos con un sencillo 3% de las ventas.
Desgraciadamente, uno de los principales errores que suelen cometer muchas de las empresas que fracasan, se fundamenta en no destinar mayor interés y recursos en la primera y principal acción, el análisis competitivo. Necesitamos conocer el comportamiento y las necesidades del nuevo mercado a través de sus ofertas, demandas y licitaciones, las patentes existentes, así como la legislación y la normativa específica del lugar de destino. Una vez conocidas todas las particularidades del futuro mercado, debemos identificar la competencia tanto directa como indirecta, conocer sus puntos fuertes y débiles y en qué situación nos encontramos frente a ella. Llegados a este punto, la pregunta que se podrían hacer sería: ¿pero cómo puedo conseguir toda esta información estructurada y que además sea precisa y útil para mi empresa? Actualmente existen servicios enfocados a dar respuesta a esa pregunta, desde Aimplas diseñamos soluciones gratuitas como el Observatorio del Plástico y otras a medida, que se encargan de localizar toda esa información útil para la empresa de forma automática y precisa para posteriormente clasificarla y difundirla selectivamente.
La internacionalización de una empresa no se limita únicamente a la exportación de sus productos, sino que abarca todos los aspectos de la organización relacionados con la actividad de suministro, la contratación de servicios y personal, la búsqueda de proveedores y el rediseño de la estrategia comercial adaptándose al nuevo entorno. No podemos hacer recaer todo el peso en el departamento comercial exclusivamente, se trata de un proceso de cambio estructural y organizativo en el que toda la empresa debe estar concienciada y comprometida.
El aumento de la facturación, la diversificación del riesgo, reducir el coste unitario debido al mayor volumen de ventas, el prestigio de la marca, alargar el ciclo de vida del producto o las nuevas oportunidades de negocio, son algunas de las ventajas que llevan a una organización a plantearse su internacionalización, pero debemos de mentalizarnos de que no se trata de un proceso rápido ni sencillo, requiere de un análisis minucioso para tener éxito y que no se lleve por delante la viabilidad de la corporación. Aunque es comprensible que cuando se trata de proyectos estratégicos, la compañía se aventure en solitario, existen alternativas como los proyectos de colaboración entre firmas, con un mayor alcance, mayor porcentaje de ayuda pública y resultados a dos o tres años. No sólo implica a varias empresas, sino también a centros tecnológicos, universidades y organismos públicos formando consorcios.
La internacionalización es un riesgo pero también representa una oportunidad, desnivelar la balanza a favor de esta última está íntimamente relacionado con la inteligencia competitiva y estratégica. Cuantos más y mejores recursos destinemos a esta área, capital para cualquier empresa, minimizaremos los riesgos y la incertidumbre ante los nuevos desafíos corporativos.