Actualidad Info Actualidad

El mercado ofrece múltiples métodos de depuración

Más allá del cloro

Víctor Comas28/08/2012
Imagen
Es evidente que la filtración y la recirculación son dos de los procesos más importantes para mantener limpia y saludable el agua de una piscina, pero por sí solos no son suficientes para tener un agua clara y libre de gérmenes. La filtración del agua tiene que estar íntimamente apoyada en tratamientos químicos o físico-químicos de depuración que mantengan el agua del vaso de la piscina en unas condiciones adecuadas de uso.
El correcto mantenimiento del agua de una piscina, además del lógico proceso de filtración...
El correcto mantenimiento del agua de una piscina, además del lógico proceso de filtración, tiene que estar íntimamente apoyado en tratamientos químicos o físico-químicos de depuración.

Existen varios métodos de depuración del agua de las piscinas y la elección del más adecuado depende fundamentalmente del tamaño de la piscina y número de personas que acceden a la misma. También son cuestiones a tener en cuenta el espacio disponible para la instalación de los equipos de depuración y la inversión económica que se este dispuesto a realizar, sobre todo en el caso de piscinas domésticas.

Los sistemas de depuración más utilizados son fundamentalmente el cloro, el ozono y la radiación UV o combinaciones de ellos, pero existen muchos más. En este artículo analizaremos uno a uno cada método, viendo en primer lugar los que son fruto de un proceso exclusivamente químico, y a continuación los que combinan procesos físico-químicos.

Métodos químicos

Las bacterias, hongos y virus solo se eliminan con productos desinfectantes; la proliferación de algas solo se previene eficazmente con alguicidas, y las partículas y turbiedades más finas solo se pueden filtrar a través de floculantes.

También se usan productos que controlan y regulan el pH, ya que si no se mantienen unos niveles adecuados, el tratamiento de limpieza a seguir puede ser totalmente ineficaz.

Los compuestos químicos más utilizados son diversos, aunque en un principio los productos clorados son los que han tenido y tienen una mayor repercusión.

Cloro: El cloro es un agente químico muy activo que actúa por oxidación. Convierte los residuos orgánicos complejos, como pueden ser: (piel, pelo, etc), algas y suciedad orgánica variada, en compuestos simples que pueden evaporarse en forma de gas. La desinfección con este compuesto es el método más usado, fácil, eficaz y barato. Su nombre comercial es Sincloseno (Ácido tricloroisocianúrico). Las pastillas de cloro son la opción más habitual a la hora del cuidado de la piscina privada, desde hace unos años ha mejorado mucho esta forma de mantenimiento, ya que las pastillas actuales además de clorar de forma progresiva contienen otros productos que ayudan al mantenimiento de la piscina, como son bactericidas, alguicidas, cristalizadores, fungicidas, floculantes, etc.

Hipoclorito de sodio: Otro compuesto clorado que se suele utilizar con gran frecuencia en forma líquida o en pastillas. Compuesto con fórmula NaClO. La solución del hipoclorito de sodio se utiliza con frecuencia como desinfectante y como agente blanqueante. Se obtiene a partir del cloruro sódico en un proceso electroquímico. Se puede administrar a través de una bomba de dosificación. Su utilización modifica el pH del agua, por lo que es necesario llevar un control de este. Tiene un gran poder desinfectante, es letal para varios microorganismos, virus y bacterias vegetativas. Tiene un carácter residual lo cual favorece su poder desinfectante. Su principal inconveniente es su coste comercial y su manipulación.

Dióxido de cloro: Debido a sus cualidades oxidantes selectivas, su aplicación es una alternativa a ser considerada donde, además de la desinfección, se requiere mejorar la calidad organoléptica del agua. Tiene un gran efecto en el control del sabor y el olor, pero su uso como desinfectante se ve limitado a causa de su complejidad y sensibilidad en la producción, y a un relativo coste elevado..

Peróxido de hidrógeno: El peróxido de hidrógeno es un desinfectante líquido, ecológico, libre de cloro, bromo y otras sustancias tóxicas. Se caracteriza por su eficacia y bajo consumo en la desinfección y tratamiento de agua de piscina ecológico y sin toxicidad. Tiene un gran poder, por lo que el agua se mantiene desinfectada incluso en los días de más calor y en el caso de que la piscina sea poco utilizada, el producto tarda más en consumirse, gracias a su efecto depósito. Pero su principal problema reside en que es necesaria una manipulación especializada, ya que es muy peligroso. Esto implica que el uso de este compuesto eleve el coste de la instalación además de ser más caro que el cloro.

Bromo: Tiene una eficacia desinfectante similar al cloro pero el bromo es más activo a pH elevados. No provoca malos olores ni irrita la piel, los ojos, mucosas, cabello o ropa. También tiene más capacidad de eliminar las algas, de hecho se puede utilizar en combinación con el cloro para ese uso. Se comercializa en tabletas y también puede ser usado con dosificadores automáticos. A diferencia del cloro, tiene un elevado coste.

Los compuestos químicos más utilizados como método de depuración del agua en piscinas son diversos...
Los compuestos químicos más utilizados como método de depuración del agua en piscinas son diversos, aunque en un principio los productos clorados son los que han tenido y tienen una mayor repercusión.

Métodos físico-químicos

Los métodos físico-químicos son sistemas que mediante un proceso físico transforman sustancias no desinfectantes en otras que sí lo son para la limpieza del agua de la piscina. Estas transformaciones se realizan in situ, según la demanda del agua y los productos que se generan se dosifican automáticamente según las exigencias del agua a tratar.

Ionización cobre/plata: Es un sistema muy eficaz capaz de destruir microorganismos resistentes a otros procesos químicos. La utilización de un equipo de ionización cobre/plata en la red de circulación de agua, sea o no calefactada, provee efectos antiincrustantes, alguicidas, bacteriostáticos y estabilizadores de pH. Es necesaria la utilización de otros productos químicos de forma eventual, en un 10% de lo habitualmente aplicado. Este sistema se instala en el circuito de filtrado de acuerdo al caudal indicado por el fabricante de la misma, y antes de la caldera si la hubiere.

Electrólisis de sal o cloración salina: La electrolisis de sal es un sistema de producción de hipoclorito de sodio (NaClO) mediante sal (NaCl) y agua (H2O). Este sistema combina una alta tecnología y una ingeniería novedosa, con un material básico y muy económico como es la sal. Produce el cloro en forma de hipoclorito de sodio sin que exista ningún peligro en su manejo y aplicación. El sistema de electrólisis salina no tiene consumo teórico de sal ya que trabaja en un ciclo cerrado. Cuando el agua salada se somete al proceso de electrólisis de sal, se convierte en hipoclorito de sodio que desinfecta el agua, pero en cuanto dicha agua retorna a la piscina y entra en contacto con el aire, el hipoclorito de sodio se volatiliza y vuelve a convertirse en sal que queda disuelta de nuevo en el agua. Con este proceso se genera cloro puro sin otros subproductos indeseables aunque si productos que alargan el tiempo del efecto desinfectante. No provoca irritación en los ojos, las mucosas y la piel. Aunque es necesario realizar una nivelación del pH. Se pueden tener esquemas de electrolisis salina en línea o con un by-pass y siempre por detrás del sistema de calentamiento de agua si existe.

Es necesaria la instalación de un clorador salino para producir el cloro en forma de hipoclorito de sodio mediante el sistema de la electrolisis...
Es necesaria la instalación de un clorador salino para producir el cloro en forma de hipoclorito de sodio mediante el sistema de la electrolisis.

Tratamiento por luz ultra violeta: El equipo automático de rayos de luz ultravioleta UV-C consigue una doble desinfección del agua mediante una reducción muy importante de las cloraminas (cloro combinado) y la neutralización de las bacterias, virus y otros microorganismos presentes en el agua, impidiendo que se reproduzcan. El resultado es una excelente calidad del agua, sin malos olores ni problemas de irritación de los ojos, menor gasto de producto químico y ahorro de agua de renovación. Pero solo se puede considerar como un proceso de apoyo, es necesario el aporte de otros elementos de desinfección.

Tratamiento mediante ozono: El ozono (O3) es un agente desinfectante muy efectivo y puede ser usado en piscinas reemplazando al cloro y el bromo que contienen productos químicos para la desinfección. El ozono una vez utilizado para la desinfección pasa a formar oxigeno y no deja rastro en el agua, pero el agua de la piscina para su mantenimiento necesita que tenga siempre una pequeña cantidad de desinfectante, por lo que el ozono al no tener carácter residual, debe utilizarse en compañía de otro compuesto, ya sea clorado u otro producto químico parecido.

El ozono se produce artificialmente mediante vario métodos, el más usado es mediante la electricidad, en un proceso llamado “descarga de corona”, necesita oxígeno que extraen del aire o de bombas de oxigeno y electricidad. Su principal beneficio es la casi eliminación de típico olor a piscina, eliminación de los ojos rojos y demás desventajas del uso exclusivo del cloro y su peor desventaja es el coste y la instalación. Comparado con otros procesos descritos la maquinaria necesaria en muy grande, por lo que requiere de un gran espacio.

El tratamiento del agua por luz ultravioleta se puede considerar como un proceso de apoyo que necesita el aporte de otros elementos de desinfección...
El tratamiento del agua por luz ultravioleta se puede considerar como un proceso de apoyo que necesita el aporte de otros elementos de desinfección.

Oxidación Avanzada - Ozono + UV: Este tratamiento consiste en que el agua tratada previamente con ozono, se expone a la radiación UV a 254 nm, que provoca la formación de radicales de hidroxilos que a su vez pueden destruir cantidades residuales de ozono. Existe un efecto sinérgico entre la radiación UV y el ozono, por lo que se consigue la oxidación y eliminación de contaminantes orgánicos mejorando considerablemente la descomposición de contaminantes orgánicos, lo que conduce a una mejora notable en la claridad y apariencia del agua, eliminándose por tanto el “olor a piscina”.

Nota: Agradecemos las informaciones facilitadas para la realización de este artículo del Área de Instalaciones en Piscinas de la Escuela de Arquitectura e Ingeniería de Edificación de la Universidad Politécnica de Cartagena y del Grupo de Catálisis y Procesos de Separación (CyPS-UCM) de la Universidad Complutense de Madrid.