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AlhóndigaBilbao aúna la oferta cultural con el ocio y la actividad física

La piscina con vistas por arriba y por abajo

Redacción Interempresas29/06/2011

29 de junio de 2011

La Alhóndiga de Bilbao —HÓ—, antiguo almacén de vinos, licores y alcoholes modernista, obra de Ricardo Bastida (1909) y rehabilitado recientemente de la mano de Phillippe Starck, es un centro cultural y de ocio único, ya que a diferencia de otros centros culturales polivalentes (como el CCCB barcelonés o La Casa Encendida de Madrid), dedica una de sus tres alas exclusivamente al ejercicio y al deporte. La guinda que corona el pastel es su piscina, situada en la azotea y desde la que se puede contemplar la capital de Bizkaia.
Imagen de la piscina situada en la azotea de HÓ. Foto: Emila Brandao
Imagen de la piscina situada en la azotea de HÓ. Foto: Emila Brandao.

Si en su día la construcción del Museo Guggenheim renovó toda el área de la ría de la capital vizcaína atrayendo al turismo, en la rehabilitación de fachadas y la transformación interior de la Alhóndiga, ubicada en Rekalde, centro comercial y administrativo del Ensanche, se ha pensado más en el disfrute de los propios bilbaínos. La Alhóndiga es un espacio multidisciplinar, abierto a toda la ciudadanía, y orientado hacia el conocimiento, el bienestar y la diversión. Un centro de ocio, con todo tipo de servicios de restauración, sin olvidar la cultura y con el valor añadido de una oferta muy amplia y concreta para realizar ejercicio físico.

‘Mens sana in corpore sano’

AlhóndigaBilbao se ha hecho suya la máxima de Juvenal de ‘Mens sana in corpore sano’. La actividad física nace en el centro “con el deseo de poder combinar el ejercicio tradicional relativo a la salud con un desarrollo integral de la persona”. Por ello, junto a su oferta cultural, su oferta deportiva incluye un Centro de Actividades Físicas, que ocupa más de 7.750 metros cuadrados, distribuidos en cuatro plantas. Cuenta con un gran gimnasio de 1.100 metros cuadrados abierto casi todos los días del año con equipamientos para ejercitar cualquier tipo de actividad física, una piscina, seis salas de actividades y dos vestuarios.

Desde el atrio de la entrada, más de 9 m de altura, se pueden observar los pies y las siluetas de la gente nadando. Foto: Emilia Brandao...
Desde el atrio de la entrada, más de 9 m de altura, se pueden observar los pies y las siluetas de la gente nadando. Foto: Emilia Brandao.

La última planta de AlhóndigaBilbao, la cuarta, alberga una piscina con solárium. La piscina de AlhondigaBilbao está abierta los siete días de la semana durante todo el año y casi todo el día y además, durante el verano se abre a su lado la terraza del sol. En el suelo de uno de los tres vasos hay pequeños recuadros de vidrio, lo que permite ver a más de 9 metros de altura —desde el atrio de entrada— los pies y las siluetas de la gente nadando. El cristal utilizado en la piscina es un vidrio antideslizante de seguridad laminado con SentryGlas de DuPont. SentryGlass es un intercalario cuya peculiaridad es que dota al vidrio laminado de una resistencia muy supoerior a la normal.

Bajo la modalidad ‘Agua’, las piscinas acogen cursos de natación y actividades acuáticas. Son más de 70 actividades dirigidas, como los cursos de natación, tanto para niños como para adultos, natación preparto, Aqua fitness, Aqua aeróbic y un largo etcétera. Además, siguiendo con la propia idiosincrasia de este centro cultural bilbaíno, bajo la premisa de un “espacio para todos”, AlhóndigaBilbao empezó el pasado octubre un curso de natación para discapacitados.

Imagen de la calle de la piscina con pequeños recuadros de vidrio. Foto: Emilia Brandao
Imagen de la calle de la piscina con pequeños recuadros de vidrio. Foto: Emilia Brandao.

El viejo almacén de vino

En 1905 un jovencísimo Ricardo Bastida recibió el encargo de construir en el bilbaíno Ensanche de Albia una nueva alhóndiga y plantea un gran edificio industrial, funcional y avanzado, que preste servicio de almacén de vinos, licores y alcoholes. De estilo modernista, se levantó en ladrillo y hormigón armado, finalizándose su construcción en 1909. A partir de los años setenta, al trasladarse su actividad a la nueva alhóndiga ubicada en Rekalde, el edificio quedó a la espera de ser dotado de una nueva utilidad. Declarado ‘Bien de Interés Cultural’ por el Gobierno Vasco (1999), celebró sus 100 años de existencia tras la rehabilitación de fachadas y transformación interior, que incluye la construcción de nuevos espacios, de la mano de Philippe Starck. Lo único que se ha conservado de la construcción de Bastida son las artísticas fachadas originales. HÓ dispone de tres edificios de cuatro plantas con siete más subterráneas. De éstas, cinco están destinadas a parking y dos a cines con una gran sala de exposiciones y un auditorio con aforo para 400 personas. Uno de los espacios más destacables de su interior son las 43 columnas de 3 metros de altura ubicadas en el hall, creadas por el experto en ambientación cinematográfica Lorenzo Baraldi en diferentes estilos decorativos y distintos materiales como el mármol, bronce, madera, ladrillo, terracota vidriada o piedra de Lecce creando un heterogéneo estilo decorativo de especial belleza.