Asemac apuesta por la Responsabilidad Social Corporativa
24 de septiembre de 2014
Las empresas que forman Asemac configuran un sector comprometido y sostenible desde todos los puntos de vista, pero especialmente con la salud de sus consumidores. Prueba de ello es su compromiso con la Estrategia Naos (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) y su Código de Autorregulación de alimentos dirigidos a menores 'Prevención de la Obesidad y Salud' (Código Paos), desarrollada por la Asociación Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aecosan) con quien trabajan para conseguir productos más saludables.
En este sentido, Asemac se adhirió en 2005 al acuerdo con el antiguo Ministerio de Sanidad y Consumo para la reducción del porcentaje de sal utilizado en la elaboración de pan sin alterar las condiciones necesarias para la elaboración del pan. Con respecto a las grasas trans, los productos de bollería, panadería y pastelería han mejorado gracias al uso de margarinas con grasas total o parcialmente hidrogenadas en su formulación.
Además, como miembro activo de la campaña ‘Pan cada día’, Asemac trabaja con rigor para informar a los consumidores sobre las propiedades nutricionales del pan. La campaña es una iniciativa que, desde el 2007, tiene el objetivo de promover el consumo de pan en una dieta sana y equilibrada. De esta manera, la cadena de trigo-harina-pan une sus esfuerzos a través de esta campaña con la que se quiere frenar e invertir la tendencia descendente en su consumo. Pero los asociados también desarrollan acciones solidarias para ayudar a los que más lo necesitan y en colaboración con ‘Pan cada día’, Asemac participó en la donación de 28.825 barras de pan para los distintos Bancos de Alimentos de España durante enero de 2014 para ayudar a aquellas familias con menos recursos que no pueden hacer frente a todos sus gastos.
En definitiva, las empresas de la Asociación han logrado mantener su buena posición en el mercado durante los últimos años y han conseguido aumentar su cuota de mercado teniendo en cuenta cuestiones básicas que no pueden olvidarse como el respeto por las personas, la calidad de los productos, la sostenibilidad de todo ciclo productivo y, sobre todo, la preservación del medio ambiente. Según Felipe Ruano, presidente de la Asociación, “este aspecto es fundamental para nuestras empresas asociadas, que tratan de optimizar sus procesos para consumir la mínima energía en ellos y generar los mínimos subproductos, los cuales, en la mayoría de los casos, se emplean en otras industrias alimentarias, como es la alimentación animal, para llegar a un desperdicio cero”.
En este sentido, para que el proceso de fabricación del pan sea sostenible, es necesario que todos los componentes de la cadena trigo-harina-pan se comprometan en la labor de reducir su impacto en nuestro entorno. Por esta razón, los socios de Asemac -como fabricantes de panes- han aunado esfuerzos con los demás componentes de la industria panadera para compatibilizar el desarrollo de su actividad industrial y comercial con el concepto de sostenibilidad mediante el uso de cogeneración y la disminución de emisiones de gases contaminantes, y así contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Los asociados basan la sostenibilidad en la triple vertiente económica, social y medioambiental. Según el presidente de la Asociación, “la innovación genera nuevos procesos y tecnologías que procuran la optimización de los recursos que representan una disminución de los gases contaminantes a la naturaleza, fruto de la mejora de la eficiencia productiva”. Asimismo, la innovación también genera mayor efectividad en toda la cadena de producción, consiguiendo así mejoras en los indicadores de sostenibilidad en todos los procesos, desde la compra de materias primas a la distribución del producto.
Además, la mayoría de los socios de Asemac disponen de certificados de calidad como la ISO 14000 relacionados con un sistema de gestión ambiental, mediante el cual la empresa se compromete a reducir los impactos medioambientales negativos de su actividad. Con esta calificación, las empresas que se acogen a ella se comprometen a proteger la naturaleza y a prevenir la contaminación, a la vez que mantienen las necesidades socioeconómicas y en la actualidad.
En este sentido, Felipe Ruano destaca que “el sector de la panadería es sostenible económicamente ya que genera riqueza para el país y también desarrolla una función social, debido a que la mayoría de sus plantas están presentes en zonas rurales, donde el empleo que produce permite que las personas puedan mantenerse en estos territorios en condiciones iguales a las que disfrutan las que viven en las ciudades, sin necesidad de emigrar a las grandes urbes y eso hoy en día es un valor en sí mismo”.