Reindustrializar Europa con talento e innovación
David Díez, consultor de Innovación Tecnológica en ITA (Instituto Tecnológico de Aragón)
13/11/2024Aún resuena el 'Reindustralizing Europe' del último Congreso CECE. Un eslogan con mucho de deseo y poco de realidad. Europa enfrenta la pérdida de liderazgo industrial en sectores clave y la escasez de talento joven dispuesto a asumir el relevo. Sectores como la construcción están especialmente expuestos ante estos nubarrones.
Reindustrializar Europa implica un entorno de innovación radical donde la industria no solo sea un espacio de producción, sino un terreno fértil para la creatividad, la sostenibilidad y la innovación tecnológica. En este contexto, la industria de la construcción debe adoptar nuevos modelos de construcción en los que la maquinaria y los equipos de construcción trasciendan a su rol de medio productivo y sean un nodo más dentro de un ecosistema conectado, resiliente y sostenible.
La reindustrialización de Europa también pasa por atraer y capacitar a una nueva generación de profesionales que lideren una industria de la construcción transformada. Y aunque estas nuevas generaciones ya buscan carreras STEM, eligen mayoritariamente otros destinos. Esta falta de atractivo entre los jóvenes es un problema capital, y requiere de más fortalezas que los tradicionales argumentos de estabilidad contractual o el “honor” de construir infraestructuras esenciales para nuestro bienestar.
Mientras tanto, Europa necesita un plan a gran escala que permita competir en términos de innovación y crear un ecosistema donde el talento joven vea oportunidades de desarrollo profesional. Mario Draghi cifra esta inversión en 800.000 millones de euros para áreas estratégicas como la digitalización y la descarbonización. El informe Draghi busca soluciones a un desplazamiento sostenido del eje de la balanza industrial hacia el mundo oriental. Esta traslación está motivada por varias razones donde la apuesta por la innovación es la clave con China, Corea del Sur, Singapur, Taiwán o Japón liderando la mayoría de los índices en investigación y desarrollo, y acechando el histórico cetro industrial de Alemania.
En otra dimensión, la innovación tecnológica debe pasar de ser un complemento para convertirse en el núcleo de la estrategia industrial. Tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica, la impresión 3D y el Internet de las Cosas (IoT) están revolucionando los procesos productivos. La innovación tiene que redefinir los límites de lo posible y provocar una transformación donde Europa recupere su posición en el escenario global y pueda competir con potencias que han sabido aprovechar estos últimos tiempos la tecnología como motor de crecimiento.
Esta transformación, sin embargo, solo puede alcanzarse mediante una colaboración activa entre países, sectores y centros de conocimiento. La reindustrialización de Europa exige alianzas público-privadas que promuevan la investigación aplicada y desarrollen soluciones reales en campos como la descarbonización o la inteligencia artificial, llevando al mercado soluciones innovadoras que fortalezcan la competitividad de Europa frente a la creciente competencia asiática.
En este contexto, la industria de la maquinaria y el equipo de construcción puede tener un rol protagonista en la transformación hacia una reindustrialización europea impulsando el desarrollo de equipos autónomos y semi-autónomos. Equipos como excavadoras, grúas y vehículos de transporte de materiales con capacidades de automatización avanzada no solo mejoran la eficiencia en obra, sino que también reducen los riesgos laborales y permiten operar en entornos difíciles. Europa puede posicionarse como líder en esta tecnología, desarrollando maquinaria autónoma que contribuya a hacer los proyectos de construcción más seguros, sostenibles y precisos.
Por otro lado, la demanda de maquinaria de construcción que minimice la huella de carbono es creciente. Europa podría tomar la delantera global en la creación de equipos de construcción eléctricos e híbridos, así como de maquinaria que utilice combustibles alternativos como el hidrógeno. Esta transición hacia equipos sostenibles reduciría las emisiones en obra, haría a las empresas europeas más competitivas en proyectos con altos requisitos de sostenibilidad y fortalecería el sector en mercados internacionales cada vez más enfocados en soluciones ecológicas. Los esfuerzos para electrificar la maquinaria también requieren innovaciones en infraestructura, como sistemas de carga en obra, lo que abre la puerta a más colaboraciones público-privadas e inversión en I+D.
Es ahora o nunca: el futuro de Europa está en juego, y lo ganaremos con innovación y talento.