“La red de carreteras de China debe ser aún ampliada en 83.000 km”
13 de enero de 2012
Cuando se observa la actividad constructiva que hay en China, la atención se enfoca fundamentalmente a los trabajos a gran escala que están presentes en los medios de comunicación. Según su punto de vista, ¿cuáles son hoy los proyectos de infraestructura de mayor peso dentro de la República Popular China?
Un proyecto único en todo el mundo, debido a su enorme envergadura, es el desvío del agua del río Yangtze y de sus afluentes en el sur del país hasta los ríos Yellow y Huai así como a las ciudades de Beijing y Tianjin, en el norte de China. Este megaproyecto, que incluye muchos tramos de canalizaciones, debe ser completado en el año 2050. La inversión prevista inicialmente para todo el proyecto equivalía a cerca de 57 billones de euros.
Otro proyecto de prestigio es el puente que unirá Hong Kong, Macao y Zhuhai (una estructura gigantesca de 36 km, de los que 28 km irán sobre el mar y el resto en túneles bajo el agua). Se trata de un trabajo que demuestra la importante experiencia tecnológica que está alcanzando la construcción en este país y su voluntad de integrar a toda la región.
Los grandes parques eólicos marinos (offshore) que están siendo actualmente construidos o que han sido proyectados, también tienen un alto valor de prestigio.
En general, la expansión de las infraestructuras supone una prioridad tanto para los políticos como para los industriales chinos. Carreteras, aeropuertos, estaciones energéticas, redes de alcantarillado… ¿Dónde se está poniendo mayor énfasis ahora?
China sigue invirtiendo en sus infraestructuras como fórmula para aumentar el desarrollo económico de las regiones más débiles de su zona central y occidental. El conjunto de objetivos para su Duodécimo Plan Quinquenal es ambicioso: la red de carreteras, que a finales de 2010 ya se extendía sobre 74.100 kilómetros, debe ser aún ampliada en 83.000 kilómetros. Los oleoductos y gaseoductos deben ser extendidos desde los 78.500 kilómetros actuales a una longitud total de 150.000 kilómetros. Además, según información recogida en la prensa, está planificada la incorporación de cerca de 200.000 kilómetros a la red de comunicaciones, más la construcción de 45 nuevos aeropuertos, entre ellos el segundo de Beijing en el sur de la ciudad. Aproximadamente, se van a invertir 176 billones de euros en la expansión de la infraestructura aeroportuaria hasta 2015.
¿Tienen también previsto las autoridades chinas realizar grandes inversiones en infraestructuras hídricas?
Efectivamente. Otro tema importante es el suministro de agua y, sobre todo, la gestión de las aguas sucias. Según el Consejo Estatal, alrededor de cuatro billones de RMB van a ser invertidos en proyectos de gestión de agua hasta el año 2020. Sólo para el tratamiento y la gestión del lodo en aguas residuales, la Asociación de Agua Urbana de China estima una inversión hasta 2015 de alrededor de 60 mil millones de RMB. Y algunos expertos consideran incluso que esta cifra es demasiado conservadora.
Tampoco puede pasar inadvertida la determinación del gobierno chino de introducir un sistema de salud eficiente, para lo que se va a requerir una enorme inversión en la construcción de hospitales.
Finalmente el equipo de gobierno de Beijing también tiene la voluntad de modernizar sus infraestructuras energéticas para contribuir al objetivo nacional de reducir las emisiones de CO2.
Una alternativa a las centrales eléctricas de carbón que dominan el suministro energético de China es apostar por las fuentes renovables. ¿Hay en este país también oportunidades para este sector?
En 2011, China autorizó las subvenciones para las tarifas de energía solar. Con este apoyo del gobierno, el mercado interior debería desarrollarse ahora más rápidamente, respaldado por proyectos a gran escala. Hay una competencia muy fuerte entre las empresas chinas y la presión sobre los precios es enorme.
También suponen una gran oportunidad para proveedores externos los proyectos de parques eólicos, en particular para las empresas especializadas en tecnología especial, ya que el mercado interior aún no está en condiciones de satisfacer la demanda.
Por último, ¿cuál es la situación específica que atraviesa el sector de vehículos y maquinaria de construcción en China?
Realmente el país todavía ofrece grandes oportunidades para los fabricantes foráneos, si bien es cierto que la competitividad de las firmas chinas crece constantemente. Alrededor de una quinta parte de todas las máquinas de construcción que se fabrican hoy en todo el mundo tienen su origen en China. Cualquier empresa internacional que quiera servir en este mercado tiene que contar con un centro de servicio en el país. Y los que quieran ser competitivos en el segmento “estándar” (maquinaria básica), deberían contar también allí con actividad productiva. En cuanto a la maquinaria especial todavía está siendo exportada en buena parte. Por ejemplo, en los diez primeros meses de 2011, las importaciones a China de maquinaria de corte, túneles y otras versiones punteras crecieron un 52% por ciento, con un importe total de 190 millones de euros.