El mundo está cambiando ¿cómo no va a cambiar el peaje?

En este mundo cambiante, estamos todos de acuerdo en que hay que adaptarse a los nuevos vientos como los juncos se adaptan al agua de los ríos.

Las infraestructuras viarias siempre han sido necesarias y muchas veces los recursos públicos no han tenido la capacidad financiera para poder abordar los niveles de inversión que estas requieren. La administración debe priorizar y el gasto social es necesario para una sociedad más igualitaria. En algunas ocasiones, las concesiones privadas han podido cubrir ese déficit con resultados globales muy positivos, aunque en otros, la iniciativa ha terminado en fracaso y con el correspondiente rescate del Estado.

Javier Aguirre, presidente de Kapsch TraffiCom para España y Portugal.

En estos momentos, en España tenemos casi 2.000 kms de autopistas de peaje bajo el régimen de concesión con sistemas de peajes tradicionales, donde los vehículos deben detenerse o reducir su velocidad considerablemente para proceder al pago del peaje por el uso de esta infraestructura. Estos sistemas de peaje tradicional implican molestias para el conductor, unos niveles de emisión de gases por efecto invernadero muy altos y unos costes de operación muy elevados.

Como en todo, la tecnología evoluciona y de la misma manera que la telefonía móvil ha hecho que nuestro teléfono fijo en casa ya sea más un objeto decorativo que otra cosa, la tecnología de peaje libre – que explicaré a continuación – permite a las concesiones dar un mejor servicio a sus clientes/conductores. Se acabaron las colas, se acabó tener que pararse para abrir la ventanilla, buscar cambio, la tarjeta… Demasiadas molestias para pagar un servicio.

¿Realmente iríamos a comprar a una tienda si el proceso de compra fuera tan incómodo? Precisamente el proceso de pago del servicio recibido ha mejorado sustancialmente en todos los sectores: incluso en los peajes tradicionales de concesión, donde al principio sólo se pagaba en efectivo, se introdujo el pago con tarjeta, o el Vía T con grandes beneficios en cuanto a rapidez y ahorro para los conductores.

El Sistema de pago con Vía T es realmente cómodo e innovador, ya que permite al conductor dirigirse a una vía de peaje habilitada para este pago y con un identificador, llamado también OBU, pasar por la vía sin necesidad de parar, aunque reduciendo la velocidad. Incluso en fechas complicadas como los periodos veraniegos con mayor afluencia de tráfico, esta opción es siempre mucho más rápida que cualquier otro tipo de pago.

De hecho, hay casos en los que una concesión está absorbiendo el 50% del tráfico únicamente con uno o dos carriles dedicados en exclusividad a esta forma de pago, Vía T. Las primeras vías con esta modalidad de pago se implantaron a finales de los 90 y el beneficio ha sido increíble.

El nuevo milenio trajo los Sistemas de Pago llamados de Pago Libre, traducción literal del inglés FreeFlow. Este tipo de sistemas responden a las siglas MLFF – Multi Lane Free Frow, traducido como Carriles Múltiples de flujo libre.

Las soluciones de MLFF son tendencia en todo el mundo, evolucionando desde el peaje electrónico automatizado (telepeaje) al peaje multilane free flow (MLFF), en el que los usuarios realizan el pago de forma electrónica, sin necesidad de detenerse, mientras que el pago se procesa automáticamente, sin afectar al tráfico. Esto hace que las operaciones sean significativamente más eficientes. Además, el flujo constante de tráfico aporta otra serie de ventajas, como la mejora de la seguridad vial y la reducción de las emisiones.

Llevamos años siendo testigos de los beneficios del telepeaje y cada vez vemos un uso más amplio. El siguiente paso lógico sería la combinación de las ventajas del telepeaje con una mayor comodidad y seguridad en la carretera. Es el MLFF.

Mientras que, en las estaciones de peaje convencionales, los vehículos reducen la velocidad o paran para realizar el pago, con el peaje MLFF los vehículos mantienen su velocidad y a través de pórticos se identifica electrónicamente al vehículo para su posterior cobro.

Para entender claramente las ventajas que supone migrar del peaje convencional/canalizado al peaje MLFF, es importante conocer las diferencias entre estos sistemas y los beneficios respectivos tanto para las organizaciones responsables del peaje como para los usuarios de la carretera. Las principales son:

1. Mayor capacidad en el flujo de vehículos

El peaje de flujo libre (MLFF) proporciona una capacidad equivalente a la capacidad total de la infraestructura, es decir 2.500 vehículos por hora y carril. Nada que ver con los peajes tradicionales que son el cuello de botella de la infraestructura. Pero no se puede olvidar que, aunque el MLFF elimine de forma eficaz la congestión asociada a las estaciones de peaje canalizado, posiblemente ésta se desplace a otras partes de la red. Por lo tanto, es importante considerar un enfoque holístico de planificación de la red de carreteras y aplicar medidas de equilibrio del tráfico en toda la red cuando se lleve a cabo el paso al peaje MLFF.

2. Reducción de Costes de Operación

El MLFF ayuda a racionalizar la infraestructura de peaje, ya que supone la eliminación de cabinas de peaje, atenuadores, semáforos de carril y señalización, haciendo mucho más fácil y, en general, menos costoso su funcionamiento y mantenimiento. La tecnología para el pago electrónico con MLFF permite, además, elevados niveles de automatización, garantizando flujos de ingresos estables, mejorando el rendimiento operativo, pero también creando nuevas posibilidades. Al mismo tiempo, el número de personas necesarias para operar un sistema MLFF es mucho menor que el requerido para un sistema de cobro de peaje convencional, lo que reduce aún más los costes globales de la concesión.

3. Mejoras en seguridad y protección

Los datos estadísticos destacan que la seguridad mejora drásticamente en un entorno de MLFF. La mayoría de los accidentes en las estaciones de peaje implican colisiones con la propia infraestructura de la estación. Otra causa común es el tráfico de parada y arranque en la aproximación, así como las colisiones entre los vehículos que se incorporan a los carriles al salir de la estación.

El hecho de que no haya obstáculos contra los que chocar significa que se eliminan los accidentes por estos motivos y se mejora la seguridad vial. También debe tenerse en cuenta la seguridad del personal que realiza el mantenimiento preventivo y correctivo en las estaciones de peaje. En los sistemas de peaje convencional están expuestos al encontrarse al nivel de rodadura. En los sistemas de MLFF los pórticos permiten ejecutar todas las tareas de mantenimiento sin necesidad de cerrar carriles y sin exponer a los usuarios de la carretera y al personal a los riesgos del tráfico intenso.

Por otro lado, en un sistema de peaje MLFF, todos los usuarios pagan automáticamente el peaje de forma electrónica. No se maneja ni se guarda dinero en efectivo en las cabinas de peaje, lo que elimina eficazmente el riesgo de robos, demasiado frecuentes en las estaciones de peaje de todo el mundo.

4. Menos emisiones contaminantes

El peaje canalizado produce inevitablemente tráfico de parada y arranque, y los vehículos aceleran/desaceleran al acercarse/salir del carril, creando condiciones desfavorables en las que las emisiones de gases de escape de los vehículos son máximas. Debido a su naturaleza de flujo libre, el peaje MLFF es un medio eficaz para suavizar el tráfico, logrando importantes beneficios para la calidad del aire en comparación con el diseño convencional de las estaciones de peaje. Así lo han demostrado diversos estudios; en uno de ellos, se observó que los niveles de concentración de monóxido de carbono cerca de la carretera se reducían hasta en un 37% y las emisiones de partículas diésel disminuían hasta en un 58%.

A la vista queda que son muchas las ventajas derivadas del cambio a una infraestructura MLFF, pero este no será posible sin la coordinación de todas las partes implicadas: gobiernos, organismos responsables del peaje, proveedores de servicios, así como usuarios de la carretera. El éxito de la migración exige el compromiso y la cooperación de todas las partes interesadas a lo largo de todo el proceso, a nivel técnico, comercial, jurídico y operativo, pero sus beneficios harán que merezca la pena.