Entrevista a Vicente Guallart, director del IAAC y de Guallart Architects
Comencemos con el presente: ¿Cómo es actualmente la arquitectura de inicios de siglo?
La arquitectura es un reflejo de la sociedad que la construye. Hasta la crisis de 2008 se vivieron los momentos de mayor exuberancia formal de las últimas décadas. La idea de un crecimiento sin fin hizo que en muchos casos hubiesen proyectos poco útiles para la sociedad y que conectaban más con el marketing político o de las ciudades. Esta crisis será buena para replantear los paradigmas sobre los que construimos nuestras ciudades.
¿Ha cambiado mucho respecto a las décadas pasadas?
La arquitectura se volvió conservadora en los años 70 y 80 y tuvo un resurgir en los 90. Esto coincidió con la aparición de nuevos polos de desarrollo mundial como China, donde se construyó casi cualquier cosa. Ahora, la arquitectura afronta el gran reto de ser más útil y eficiente.
¿En qué puede mejorar la arquitectura en lo que llevamos de siglo?
La crisis actual es una crisis de valores profundos porque hacemos ciudades y tendríamos que saber qué debemos hacer en ellas, cuáles son las funciones y las propiedades que deben asumir los edificios. Estamos ante una revolución similar a la ocurrida en los años 20, cuando se definió la estructura de pilares abierta y donde se liberó la planta de los edificios, pero ahora los cambios van a ser metabólicos.
Viendo esto, ¿cuáles son los retos de la arquitectura del siglo XXI?
Los edificios serán productores y no solo consumidores de recursos. El más evidente será el de la producción de la energía. Todos los edificios generarán el 100% de la energía que consumen y estarán gestionados por redes de inteligencia que los conectan con su entorno. La cuestión no solo es de ingeniería, sino también de diseño, de nuevos materiales, de integración...
¿Y qué papel juega la sostenibilidad?
La sostenibilidad es un concepto obsoleto. Sirvió para contrarrestar los excesos de final de siglo. La idea era pensar en el futuro para tomar decisiones en el presente que no consumieran los potenciales futuros recursos. Era un catálogo de buenas intenciones que más tarde ha sido utilizado para hacer leyes o para justificar casi cualquier cosa. Hemos de empezar a poner números a las cosas y producir balances positivos. Ahora hablamos de autosuficiencia conectada.
¿Y la domótica?
La domótica también es un concepto antiguo. Era la robótica de la casa, la idea del control centralizado que hacía cosas que en el fondo no se necesitaban. Ahora el gran reto es llevar los sistemas de gestión, con protocolo IP, y el que se ha llamado 'Internet de las Cosas': la fusión del mundo digital y el físico.
En cuanto a tendencias, ¿existe un tipo de arquitectura del s. XXI española o europea? o ¿las tendencias tienen una presencia más global?
Está por construir, pero ya vemos que será más natural, orgánica, producida con sistemas no seriados y estará hecha a la escala del hombre.
¿Cuáles son las últimas novedades en materiales de construcción?
Ahora hay muchos materiales en desarrollo, superficies flexibles productoras de energía, aislamientos naturales, fibras hechas a base de 'natural composite'. La nanotecnología ayudará a crear nuevos materiales.
¿Cómo ve la utilización de materiales plásticos innovadores (los composites o la nanotecnología aplicada al plástico) en la construcción?
Los compuestos naturales representan uno de los próximos grandes retos. Nosotros vamos a hacer nuestra próxima casa solar con estos materiales. Son muy ligeros y resistentes y tienen propiedades estructurales. Con las fibras se consigue, pero con las resinas todavía no. Ahora trabajamos con materiales que no dejen rastro en el Planeta. Se acaba de inaugurar el Green Product Innovation Institute en California, para fomentar la cultura 'del cradle to cradle', materiales limpios que no dejen rastros, desde su origen al fin. Los plásticos seguramente no encajarán en esta categoría.
¿Qué es más importante para un buen aislamiento del hogar: ventanas de buena calidad o un buen diseño de la vivienda?
Ambas cosas. La ventana es un elemento fundamental en los edificios, el control de las vistas y la ventilación natural. La fachada es la última piel privada del individuo, a partir de ahí, ya está el espacio público. Debemos tender a utilizar materiales naturales en todas las fases de la construcción de los edificios, o en su caso, inventar nuevos materiales que sean reciclables y limpios.
¿Quiere destacar algo que todavía no haya sido mencionado en la presente entrevista?
Estamos es una época de cambio, lo cual es fantástico para la innovación. Ahora se van a definir muchos de los paradigmas de la arquitectura del siglo XXI. Por ello, desde el IAAC colaboramos con empresas e instituciones para invertir en proyectos innovadores que definan las características de las ciudades y de los edificios de los próximos años. Y por otro lado, también es fundamental poder realizar proyectos y construir en todo el mundo, a partir de colaboraciones de empresas nacionales. La experiencia de España en la construcción del país puede ser llevada a otros lugares del mundo en desarrollo.
