«El impacto de la guerra no llega a un 7 % de la producción mundial de JCB»
El conflicto que estalló el pasado 24 de febrero con el comienzo de los ataques de Rusia en territorio ucraniano supone, además de una enorme tragedia humana, un problema añadido para la economía mundial, que apenas comenzaba a recuperarse de la crisis provocada por la pandemia. Desde Potencia nos hemos puesto en contacto con varios profesionales del sector para que nos cuenten cual es el impacto de la guerra en la industria de la maquinaria. Además de la grave crisis humanitaria que plantea la situación, la economía global se está viendo muy resentida por las consecuencias de la invasión y el sector también ha notado el impacto.
Las dificultades a raíz de las sanciones internacionales, el encarecimiento de los precios energéticos o los problemas para el abastecimiento de materias primas son tan solo algunos de los efectos que el conflicto tiene sobre la economía mundial. Ignacio Lanzadera, responsable de la Línea de Negocio de JCB, nos explica como esta coyuntura internacional afecta a la compañía.
¿Qué efectos está teniendo el conflicto para vuestra distribución en la zona? ¿Qué repercusiones tienen las sanciones de la UE para el comercio con Rusia?
Nuestro distribuidor de Ucrania tenía titularidad y sede social en Bulgaria, por lo tanto, lo que ha hecho es desplazar los recursos, los vehículos de servicio y el stock a este país, y está dando soporte a la zona desde allí, en la medida de lo posible. En Ucrania, la cuota de mercado de JCB en mixtas supera el 60%, de hecho, en muchas de las imágenes que vemos del conflicto aparecen con máquinas JCB de esta clase.
La distribución en Ucrania se ha trasladado y se mantiene la línea abierta en la medida de lo posible a través de Bulgaria.
Las sanciones de la Unión Europea (UE) han sido también adoptadas por Reino Unido (RU), por lo tanto, se ha cortado la exportación de equipos y recambios siguiendo a rajatabla las normas establecidas por RU y la UE, ya que muchos de los almacenes que comerciaban con esta zona están ubicados en Europa.
Se prevé que derivada de la guerra la inflación, que ya era alta, continúe aumentando ¿Cuáles serían las consecuencias para la compañía si la escalada en los precios se mantiene mientras dure la guerra?
Está fuera de duda que los costes de producción en nuestras fábricas de Europa, con las subidas de los precios de la electricidad y el gas necesarios para la actividad productiva, derivarán en un incremento del coste de los equipos a corto plazo, ni siquiera a medio. De tal modo, que está prevista una escalada de los precios a raíz de los elevados costes energéticos.
¿En qué medida afecta esta coyuntura internacional al sector a la hora de importar diferentes materiales desde la zona del conflicto? (níquel, cobre, paladio, aluminio, titanio, hierro, acero y otros minerales metálicos) ¿Puede la guerra desestabilizar aún más la cadena de suministros que viene teniendo problemas desde la pandemia?
Nosotros no estamos teniendo problemas para importar materiales. Esto se debe a la naturaleza original de JCB y a su expansión global. JCB, a diferencia de otras marcas europeas, tiene su fuente de materiales en la India. Nuestra compañía cuenta con una implantación muy potente en este país, de hecho, cubrimos casi el 40% de la cuota de mercado allí.
Algunos de los productores de aluminio más importantes del mundo están en la India por lo que el suministro de momento no está comprometido. Orgánicamente, JCB tiene mucha más dependencia de este país que de Rusia. Cosa que no ocurre con todas las marcas, en su momento muchas preferían comprar en China o en Rusia en lugar de irse hasta la India.
Tanto es así, que en nuestro caso el impacto no llega a un 7 % de la producción mundial. Teníamos previsto fabricar 115.000 unidades y estimamos que las repercusiones del conflicto afecten a entre 3.000 y 7.000 unidades.
Pese a todo, acabaremos viéndonos influidos por la situación, en un mundo global algo nos terminará alcanzando de un modo modo u otro, probablemente lo descubriremos con el paso de los meses. Pero realmente ya vivíamos una guerra comercial previa, esto no ha sido repentino, durante los últimos meses ya era muy complicada la adquisición de materias primas o componentes, esto es el colofón a esa situación. Aun así, no nos afecta porque de la India hasta Europa casi todo el producto que viene es mediante flete y de momento el conflicto no está en la ruta.
Hay gente que está mucho más focalizada en vender a Centro Asia y ahí el impacto será mucho mayor, porque Rusia es la puerta de entrada a esta zona del mundo.
¿Conoce alguna empresa del sector que esté pensando en abandonar sus negocios en Rusia?
No conozco ninguna empresa que esté pensando en salir de Rusia. Hay un mar de fondo en esto que es interesante y es que existían ciertos proyectos energéticos a nivel europeo para la no dependencia de los combustibles fósiles, que pasaban por Rusia.
Por ejemplo, el caso del hidrógeno, este tipo de vehículos no utilizan hidrógeno puro, sino que su funcionamiento depende de una mezcla entre este y el gas natural. Sí, era muy ecológico, pero no se hablaba de que necesitabas, además del hidrógeno, un combustible que no generamos en Europa como es el gas. Probablemente, esto no acabe con las iniciativas en esta línea, pero sí que retrasará el desarrollo de las energías alternativas dependientes del gas natural. La situación puede afectar directamente a gran parte de las petroleras que estaban previendo montar grandes redes de hidrogeneradoras por toda Europa. Este contexto les va a hacer parar, no retirarse, pero si parar.
Uno de los pilares del hidrógeno es el gas natural y si no se usa probablemente se retrasará la incorporación de esas nuevas tecnologías
¿Existen otros factores que golpeen directamente al sector?
El miedo es un factor importantísimo. La inversión en equipos de maquinaria requiere un periodo mínimo de retorno de 5 años. Nadie invierte en maquinaria si no tiene un retorno seguro, si las previsiones a 5 años empiezan a ponerse grises evidentemente se restringe la inversión.
Había mucha alegría por el dinero público, los fondos Next Generation y la liquidez de los tipos de interés a cero. Pero probablemente el miedo y no un problema real, sino algo intangible como es el el miedo haga subir los tipos de interés y aumente el escepticismo. Desde luego, nosotros en 15 días hemos notado que muchas operaciones en curso se han cerrado no por falta de equipos, que era el problema que teníamos los últimos 12 meses, sino por falta de expectativas
Probablemente, algo intangible como es el el miedo haga subir los tipos de interés y aumente el escepticismo