“El sector del hormigón está perdiendo el 95% de sus beneficios por el incremento de precios”
El sector de la construcción lleva tiempo afectado por los problemas derivados del encarecimiento de las materias primas y la creciente escasez de suministros, ya sea debido situaciones sanitarias o geopolíticas. En su preocupación por este hecho la Asociación Nacional de la Industria del Prefabricado de Hormigón (Andece) ha publicado un estudio, encargado a la consultora Arthursen, para analizar el impacto de este contexto en el sector del hormigón.
Sonia Fernández Ayala es la directora general Andece, desde el año 2011. Fernández es economista y MBA por el Instituto de Empresa, y cuenta con una amplia experiencia profesional en el sector. En esta entrevista, Sonia Fernández analiza las claves para una industria que está sintiendo con fuerza los efectos nocivos de estos trastornos. Además, nos advierte del gran problema que enfrentarían los prefabricados de hormigón si este escenario se prolonga en el tiempo.
Texto: Adrián Megías
¿Cuál es el impacto de las subidas de precios para el sector del prefabricado de hormigón?
Atendiendo al estudio que la Junta Directiva de Andece decidió encargar a Arthursen, basado en datos de fuentes oficiales y en todo caso datos de terceros independientes, se cifra el impacto del encarecimiento de materias primas, suministros y servicios en un escenario normal, en una caída del 95% del beneficio antes de impuestos en 2021. Todo ello, teniendo en cuenta que se han tomado como referentes fuentes oficiales siempre que ha sido posible, de tal forma que las estimaciones sobre los impactos son muy conservadoras.
Los efectos de la pandemia COVID-19 han tenido una repercusión a escala económica mundial, que también se traslada claramente a la economía española en general y a la industria del prefabricado de hormigón en particular. A ello se une la nueva visión de economía sostenible y su inevitable impacto en los suministros energéticos, con el cambio progresivo a fuentes renovables.
Las perspectivas del FMI hablan de que la inflación global puede prolongarse hasta 2023. ¿Esta situación ha venido para quedarse?
Después de haber estado sometidos a los sobresaltos de la pandemia, difícilmente se pueden emitir juicios categóricos de futuro. Lo lógico ante situaciones exógenas de inestabilidad, es generar mecanismos supervisados y escrupulosos en su exactitud, que doten a la economía de una flexibilidad necesaria para adaptarse a los vaivenes que puedan suceder, resultando en un engranaje global más productivo y beneficioso para todo el país.
En España, la industria del prefabricado de hormigón está básicamente compuesta por pymes. Las pequeñas y medianas empresas industriales cuentan con esa dificultad financiera añadida, que pudiera suponer la desaparición de cierto tejido industrial en caso de márgenes negativos prolongados.
Recientemente la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) publicaba un estudio según el cual cuatro de cada diez empresas han cancelado o paralizado sus obras por la subida del precio de las materias primas. ¿Encontramos una situación similar en el sector del hormigón?
Las subidas de precio de materias primas básicas y de suministros afectan por igual a las obras públicas y a las obras privadas. En el caso de obras públicas se da la circunstancia de que, con la legislación vigente en cuanto a desindexación, resulta imposible una adecuación realista a la situación de mercado. Todo ello revierte en casos de retrasos de obras públicas e incluso en paralización de algunas de ellas, con su consecuente traslado a la cadena de valor de la construcción al completo, incluyendo nuestra industria.
La industria del prefabricado de hormigón en España, muy especialmente las fábricas especializadas en productos destinados a obra civil e incluso también los que destinan su producción a obra pública de edificación, se han visto afectados, como el resto de la cadena de valor, por la legislación vigente.
¿Esta situación supone un riesgo para las inversiones europeas?
La incertidumbre es creciente, inicialmente por la pandemia, y en estos momentos por posibles situaciones bélicas, todo ello factores exógenos poco controlables por los actores económicos en el mercado de la construcción. Estas circunstancias pueden suponer rémoras a la hora de tomar decisiones de inversión que tengan en cuenta los riesgos en los que se incurre.
Parece que la inversión inmobiliaria, por ahora, no ha sufrido los efectos de las alzas y escaseces de materias primas; habrá que observar su evolución en relación con la política monetaria europea y su efecto en los tipos de interés.
¿Cómo se puede atajar esta situación para el sector? ¿Es la revisión de precios la opción más viable?
Como se señala en el informe realizado por Arthursen, efectivamente, ya hay casos en España de Administraciones Públicas que han adoptado ciertas revisiones de precios estudiadas en función de la situación muy excepcional y no anticipada que hemos vivido. En el caso de las obras públicas estamos tratando con el Patrimonio de todos nosotros, al fin y al cabo, es el Patrimonio de nuestras Administraciones e Instituciones que será un legado de infraestructuras y edificaciones para nuestros sucesores. Es por un bien común que las obras públicas se realicen de la mejor manera posible, beneficiando a toda la sociedad española.
Desde Andece, ¿qué medidas estáis adoptado para tratar de paliar la situación?
Ya antes del verano, Andece comenzó a dar la voz de alarma sobre las consecuencias negativas de esta situación. Finalmente, tras abordar el tema en numerosas ocasiones, la Junta Directiva de la Asociación optó por subcontratar un tercero independiente que evaluase el impacto en nuestro sector.
Estamos muy agradecidos y valoramos muy positivamente el informe que ha desarrollado Arthursen, de manera completamente profesional e independiente, con las conclusiones tan desgraciadamente significativas en cuanto a las reducciones de márgenes soportadas en 2021 por el sector