“Lamentablemente, como Sísifo, no habíamos terminado de hacer frente a la crisis de 2007, cuando nos ha abordado como un tsunami la crisis de la COVID-19”
En la antesala del final de su segundo mandato presidencial y en vísperas de la Asamblea General de Anefa, Ramón Ruberte Auré, presidente de la Asociación, quiso realizar una serie de consideraciones sobre estos tres años pasados y sobre los avatares que estamos viviendo en este año 2020.
Balance del mandato
Cuando renové el mandato, en 2017, la Junta Directiva y yo nos marcamos la prioridad de seguir fortaleciendo Anefa, a través de nuestro Plan de Crecimiento, y haciendo lo necesario para acercarnos a las pocas organizaciones alejadas de nuestra órbita, con nuestra proverbial vocación integradora. Hoy creo que el objetivo de estabilidad se ha cumplido, a pesar de todas las vicisitudes que estamos viviendo. También hemos dado un pequeño paso en la mejora de la polivalencia de nuestra estructura. Con ello, hemos podido seguir impulsando avances en otros de los ejes de trabajo que nos marcamos, como el impulso de la sostenibilidad, la prevención de riesgos laborales, la innovación, la participación en proyectos, la comunicación, la formación, etc.
También, mejorando la red de alianzas con las organizaciones de nuestro entorno, hemos estado en el centro de la creación de Primigea, hemos entrado en Cepyme a través de la Federación de Áridos y de Cominroc, seguimos mejorando nuestra coordinación con Cepco, Anefhop, Oficemen y otras muchas organizaciones, todo ello para incrementar nuestra capacidad de influencia, elevar el listón de la eficacia y proyección del trabajo realizado, en los ámbitos nacional e internacional, con el fin de intentar resolver los problemas que nos acucian a las empresas.
Evolución del sector
El pasado año 2019, el crecimiento del sector se ha comportado de forma generalmente positiva, con un crecimiento del 6,6% que nos ha situado por encima de los 136 millones de toneladas de áridos naturales para la construcción, si bien hemos vivido una cierta desaceleración del consumo de áridos a finales del ejercicio, donde la construcción encadenó dos trimestres seguidos en negativo, según datos del INE. En consecuencia, la pérdida de impulso ha sido mayor de lo que se esperaba, debido a la débil influencia de la obra pública, a la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria, al deterioro de la confianza y a la ralentización de la actividad y el empleo.
El impacto de la COVID-19
Lamentablemente, como Sísifo, no habíamos terminado de hacer frente a la crisis de 2007, cuando nos ha abordado como un tsunami la crisis de la COVID-19, afectando muy gravemente a todos los ciudadanos, a las empresas, a las bolsas, al tráfico de mercancías, a las cadenas de producción y al corazón de nuestra sociedad.
Recuerdo con especial dramatismo aquellos primeros días donde se nos estigmatizaba por los medios de comunicación a todos aquellos que estábamos cumpliendo con nuestro deber de mantener la actividad económica, lo que nos hizo remitiros una carta de apoyo para daros confianza en esos inciertos momentos.
A pesar de todos los esfuerzos de todas las organizaciones empresariales del país proponiendo, desde el conocimiento, planes de medidas racionales para hacer frente a esta nueva situación, desgraciadamente, los datos de actividad se están viendo afectados por la lentitud y, en algunos casos, por falta de acierto en la toma de decisiones por parte de las Administraciones. Esto provoca que, no solo no se esté consiguiendo ser eficaces para controlar la pandemia, sino que tampoco se atenúe la caída de todos los indicadores económicos. Hoy, más que nunca, es necesario agilizar la tramitación de permisos, autorizaciones, licencias, para nuevos proyectos, que eviten el desplome de todos los datos de licitación y de actividad económica que ya estamos padeciendo.
Llegados a este punto, tras el primer impacto sufrido por la llegada de la COVID-19, todos debemos formar parte de la palanca que impulse al país y nadie, mucho menos las Administraciones, puede permitirse ser un lastre para la recuperación.
En este escenario, preocupa el todavía bajo nivel de actividad (-24%) estancado respecto al esperado. Los sectores que somos indicadores adelantados de la construcción estamos proclamando a los cuatro vientos que un frenazo de nuestras actividades originará una debacle en una industria que todavía estaba muy lejos de un nivel aceptable de actividad. Esto impedirá que podamos contribuir a tomar el relevo de otros sectores hoy en día cercanos al colapso y comprometerá el futuro económico del país.
Para reclamar el impulso de la actividad, nuestro documento de propuestas del sector para la reactivación económica ha sido remitido a más de 260 contactos del Gobierno, los partidos políticos, las Comunidades Autónomas, el Congreso de los Diputados, el Senado, el Parlamento Europeo, etc. Prosigue nuestra intensa rueda de contactos de alto nivel con el Gobierno, los partidos políticos, las Comunidades Autónomas, el Congreso de los Diputados, el Senado, el Parlamento Europeo, etc., proponiendo soluciones para resolver la crisis económica y para dinamizar la gestión pública de licitaciones, contratos y autorizaciones.
Incansablemente desde el inicio de esta crisis, nuestro equipo de Anefa ha hecho y sigue haciendo un gran esfuerzo coordinando toda la información sobre el COVID-19 que se está circulando a través de la Federación de Áridos y de Cominroc, preparando innumerables informes interpretativos, documentos de posición sectorial, alegaciones a las disposiciones legales aprobadas con motivo del estado de alarma, resolviendo incidencias, estableciendo rondas de contacto con las Administraciones, coordinando acciones con otras Asociaciones (FdA, Cominroc, Cepco, Primigea, Ceoe, Cepyme, Uepg), realizando cuestionarios e informes de diagnosis de la situación sectorial, etc.
Tenemos por delante un escenario con muchas incertidumbres derivadas de la evolución futura de la pandemia y de la falta de decisiones adecuadas por nuestros Gobiernos, para priorizar y consolidar la imprescindible recuperación económica.
En estos días, nuevamente la pandemia está creciendo sin tregua y nosotros debemos trabajar con la cabeza fría, adoptando en nuestras empresas medidas para minimizar los riesgos económicos y, desde luego, para la salud de nuestros trabajadores. En este marco, he de seguir insistiendo en el cumplimiento estricto de las normas de seguridad que se han facilitado por expertos desde Sanidad y desde Trabajo y, en particular, del Protocolo / instrucción de trabajo frente al COVID-19 en explotaciones mineras y en plantas de tratamiento que revisamos periódicamente, desde Cominroc.
Un cambio de paradigma para el sector
En otro orden de cosas, el hecho de contar con una nueva Comisión Europea y un nuevo Gobierno en España, que están en los primeros momentos de lanzamiento de sus políticas, en particular las de cambio climático, transición energética y digitalización, va a suponer a más corto plazo de lo que se pueda pensar, una transformación muy profunda – un cambio de paradigma – para nuestra sociedad en conjunto y, para los sectores industriales como el nuestro, en particular.
Nada de lo que está viniendo en el ámbito político es desconocido pues, afortunadamente, llevamos muchos años preparándonos para posicionar adecuadamente al sector en Europa y en España. Pero la intensidad de las medidas que se prevé aprobar es de una magnitud todavía desconocida. Y eso puede ser un foco de incertidumbre e inseguridad jurídica para las empresas, además de un reto tecnológico y un test de stress para nuestros modelos de negocio.
De nuestra capacidad de anticiparnos a estos cambios y de convertir las amenazas en oportunidades, con hechos tangibles, dependerá el futuro de muchas empresas. Los modelos reactivos preexistentes que se basen en la inercia empresarial, van a ser sumergidos por la marea de medidas de todo tipo que busquen la introducción generalizada de las energías renovables, la descarbonización de la economía, potenciar la biodiversidad, intensificar la economía circular, incrementar la eficiencia energética, fomentar la movilidad sostenible, impulsar la industria 4.0, darle una voz creciente a la ciudadanía, y un larguísimo etcétera.
Tenemos la certeza de que nuestros profesionales de Anefa nos guiarán adecuadamente a través de todos estos cambios, para poder tomar las decisiones necesarias para lograr con éxito la adaptación de las empresas a estos nuevos modelos y, en consecuencia, a los objetivos del desarrollo sostenible de la ONU.
Acciones de Anefa por el sector
Ya centrándome en Anefa, hemos sido capaces de liderar acciones, a través de la Federación de Áridos, de Cominroc y ahora de Primigea para hacer frente a graves amenazas para nuestras empresas, como son: la siempre compleja tramitación administrativa que dificulta enormemente el acceso a los recursos, la creciente dinámica populista contra la aprobación de permisos de explotación – o contra la propia viabilidad de las explotaciones ya existentes -, la revisión de la normativa de restauración y de residuos que se están acometiendo por ciertas Administraciones, la trasposición de la legislación europea sobre la Sílice Cristalina Respirable, las incesantes nuevas iniciativas sobre impuestos, y un largo etcétera, al que solo nos podemos enfrentar con éxito si todos trabajamos unidos y de forma coordinada.
También una parte muy importante de nuestro trabajo es proactivo, anticipándonos a los problemas y tratando de mostrar el camino más adecuado a los empresarios para situar adecuadamente al sector ante las oportunidades de las que vamos disponiendo, como es, la economía circular, la revisión de la red Natura 2000, el cambio de modelo de rehabilitación o la ejecución de nuevos proyectos técnicos y de investigación muy ilusionantes, entre otras.
Por supuesto, no debemos olvidar las acciones acometidas en relación con el acceso sostenible a los recursos mineros locales, la lucha permanente contra la competencia desleal, la mejora continua de la calidad de nuestros productos y servicios, la excelencia en seguridad y salud, la creciente compatibilidad de nuestra actividad con el medio ambiente, la firma de acuerdos a favor de la biodiversidad con ONGs muy prestigiosas, la inversión permanente en formación de nuestros trabajadores, la profesionalización del sector, así como la mejora de la percepción pública de que la extracción de áridos es beneficiosa para la Sociedad, objetivos que ya son de sobra conocidos por todos.
También, seguimos trabajando en otros frentes y tenemos proyectos ilusionantes por delante, como la publicación del Manual de Áridos para el Siglo XXI – una obra de una calidad excelente y una referencia mundial para todo profesional –, la elaboración de una Declaración Ambiental de Producto sectorial para Áridos, la revisión de nuestro Plan Estratégico a 2030, la buena acogida de los secretarios de Estado de Energía y de Medio Ambiente al desarrollo de una Estrategia española de las industrias de materias primas minerales sostenibles, el desarrollo de nuestro nuevo Plan de cumplimiento normativo y buen gobierno para la Asociación y para las empresas, nuestro impulso un proyecto global sobre educación, imagen y comunicación denominado Campaña de divulgación de Minería: Sociedad y Vida y un largo etcétera de proyectos e iniciativas para lograr una industria moderna, eficiente y adaptada a los retos del cambio climático, de la transición energética y de la digitalización.
Hemos tenido que adoptar decisiones complejas, pero perfectamente lógicas y razonables, como la de aplazar el VI Congreso Nacional de Áridos que tendrá lugar en Oviedo bajo el lema Contribuyendo a los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030”, a mayo 2022, o la de retrasar a 2021 la publicación de la revisión de nuestro plan estratégico sectorial, pues no tenía sentido lanzarlo ahora, en medio de una situación tan variable y compleja.
A lo largo del mes de mayo y junio, se han celebrado las reuniones de todas las AFAs territoriales, por videoconferencia, en las que he tenido la ocasión de acompañaros, en todos los territorios, y de conocer, de primera mano, la situación originada por la COVID-19.
Todo esto resume parte de las actuaciones incesantes de la organización, de todos conocida.
Toda la ingente tarea que he descrito ha sido posible gracias al respaldo incansable y sin fisuras de los miembros de la Junta Directiva y, especialmente, de los vicepresidentes y del tesorero que me prestan una más que efectiva colaboración, lo que les agradezco en nombre propio y en el de todos los miembros de la Asociación.
Finalmente, quiero reconocer el esfuerzo de todos los excelentes profesionales que forman nuestro dinámico equipo de trabajo actual – Rosa, Rita, María José, María, Pilar, Carlos y José Luis Fuertes – y a César, nuestro director general, su ilusión, su esfuerzo y su absoluta dedicación a la Asociación, sin los que nada de lo realizado habría sido posible.
Nuestras actividades no han cesado ni un minuto, celebrando también las reuniones de todos los Comités de la Asociación. Todo el equipo está, esencialmente, teletrabajando, con coordinación permanente, de forma que esta excepcional situación no ha supuesto ningún menoscabo de la capacidad de apoyar a las empresas miembro en todos los ámbitos del negocio.
Estos desafíos y retos que tenemos por delante, el apoyo de la Junta Directiva, la confianza en nuestro equipo de profesionales, lo mucho que se valora el trabajo de la Asociación no solo por los empresarios y técnicos, sino también desde las Administraciones y las numerosas instituciones con las que nos relacionamos y mi fe ciega en nuestra capacidad colectiva sectorial para progresar a pesar de las dificultades, son los que me han llevado a aceptar presentarme a un tercer mandato en el que espero poder contribuir con mi esfuerzo a lograr un sector mejor para todos.
Como empresarios, es en estos difíciles momentos cuando comprobamos la importancia de estar unidos en el marco de una casa común donde únicamente se trabaja para defender nuestros intereses y luchar por nuestro futuro.
¡Muchas gracias a todos!
¡Entre todos lo vamos a superar!