Una nueva generación de máquinas para una nueva generación de tractores y empresarios agrícolas
Jympa, 45 años creciendo junto al agricultor
Poco podía imaginar Josep Maria Pradas en 1971 que casi medio siglo más tarde un proyecto que surgió de un pequeño taller se convertiría en un respetable grupo especializado en maquinaria para la preparación de suelo con presencia en medio mundo. La gran ventaja de Josep Maria es que siempre quiso mirar más allá de nuestras fronteras, y con la base en Castellserà, localidad ilerdense de la que incluso fue alcalde, logró hacerse un hueco en el panorama del sector de maquinaria agrícola a nivel mundial. Ahora, con sus hijos Marta y Marcel como máximo apoyo, la siguiente generación está tomando el relevo para iniciar una nueva etapa de lanzamiento del Grupo Jympa que pretende acabar con el desembarco en nuevos mercados.
Los inicios...
“Nuestro mercado siempre ha sido el mundo”. Es una de las muchas frases pronunciadas por Josep Maria Pradas que se pueden encontrar buceando en la inmensidad de unas redes que a principios de los años 70 aún no conectaban el mundo. "Fue en 1971 cuando de una pequeña herrería de 70 m2, y junto a mi esposa Maria Lluïsa, fundé la empresa, dedicada en un primer momento a las diferentes reparaciones que demandaban nuestros clientes, en carpintería metálica, rejas, etc., pero teniendo muy claro que debíamos hacer algo diferente y salir de los límites de Castellserà". En ese momento llegó una de las primeras frases contundente que pronunció Josep Maria durante nuestra conversación y que son muestra de su filosofía: "Debíamos perder de vista el campanario del pueblo". "Mi primer cometido fue recoger las necesidades de los agricultores con los que tenía un contacto directo". Fue así como llegó el primer gran desarrollo de la empresa, una carretilla para apilar las cajas de fruta.
"Por entonces se llegaban a apilar unas 15 cajas de forma manual. Consideramos que se podía ayudar a las cooperativas en este menester con una carretilla que apilase las cajas fácilmente. En el año 1973 conseguimos patentar la primera carretilla para cámaras de fruta, ajustada a las medidas de las primeras instalaciones de este tipo en España", remarca. Fue junto a este primer desarrollo que apareció la marca Jympa, "algo imprescindible, porque detrás de un producto se necesita un responsable y una marca". "Necesitábamos un término fácil de pronunciar en cualquier idioma y por ello se coló la 'y' entre las iniciales de mi nombre", reconoce el fundador del grupo. Fue a principios de los años 80, cuando aparecieron los denominados 'toros' para el transporte de mercancía, que Jympa dejó de fabricar su primera máquina registrada. Para entonces Jympa ya había equipado con sus carretillas casi a la totalidad de cámaras de fruta de Cataluña, norte de la Comunidad Valenciana y Aragón.
Paralelamente se desarrolla la segunda máquina patentada por Jympa. "En una época de concentración parcelaria me sugirieron la necesidad de desarrollar un rastrillo que ayudase a limpiar y preparar el terreno". Con esta máquina y la apiladora Josep Maria Pradas acudió por primera vez a FIMA en 1975. "Ante la necesidad no solo de remover las piedras sino también de recogerlas nace nuestra primera despedregadora, una máquina que al igual que el rastrillo siguen vigentes en nuestra gama de productos en sus versiones más actualizadas".
En 1976 comenzaron los viajes al extranjero, y los primeros destinos durante una misión comercial organizada por Amec fueron Polonia y Rumanía. “Se trató de una primera incursión muy enriquecedora que me permitió conocer a responsables de varias compañías catalanas del sector. Fue durante ese viaje que surgieron contactos que permitieron desarrollar proyectos de largo recorrido para Jympa”.
Durante FIMA en 1977 llegó el primer salto a México, el que ha sido el gran mercado de Jympa en el continente americano. "A través de un empresario catalán en el país centroamericano nos llegó nuestro primer gran pedido: el gobierno mexicano nos pedía decenas de despedregadoras. Vendimos la primera máquina por 4.000 dólares y un operario y yo mismo nos desplazamos a Chiapas para ponerla en marcha en una demostración con representantes del gobierno y la banca. Aunque el pedido inicial se redujo significativamente por temas políticos, el proyecto salió adelante y estuvimos trabajando en México hasta el año 2000, enviando incluso nuestros subsoladores como complemento de la despedregadora".
Subsolador Jympa de 1973 (izq.) y el subsolador en su versión de 1981 (dcha.).
Una completa gama de productos
El catálogo de productos de Jympa no ha parado de crecer en los últimos 40 años. “Las despedregadoras y subsoladores de Jympa son conocidos en todo el mundo, y representan actualmente más del 60% de toda nuestra facturación”, apunta Marcel Pradas, director técnico de la compañía. “Estas dos máquinas de cultivo primario las hemos rodeado con un gran número de equipos de preparación de suelo: cultivadores, gradas de disco, polidozers, etc.”. Y añade Josep Maria Pradas: “Era la forma de definirnos. Podemos hacer de todo, pero no podemos ser buenos en todo. Por eso nos hemos especializado en la maquinaria de preparación de suelo, que es con lo que hemos trabajado desde el primer día”. De aquí viene uno de los lemas históricos de Jympa: 'Sembrar no es suficiente'. "Un buen rendimiento va en función de una buena preparación y por ello son tan importantes las máquinas que permiten oxigenar el terreno y mejorar la capacidad de absorción del suelo", añade Marcel a las palabras de su progenitor.
La familia como nexo de unión
Jympa cuenta actualmente con más de 20 empleados y ha mantenido siempre su estructura familiar. “Disponemos de una plantilla ajustada a las necesidades del mercado y que tiene como característica su gran flexibilidad. En Jympa contamos con la ventaja de que pensamos la idea, la desarrollamos, la diseñamos y la fabricamos nosotros”, explica con orgullo Josep Maria. “Jympa cuenta con unas ventanas muy grandes abiertas al mundo”. En los próximos meses el equipo comercial de la empresa tiene previstos viajes a países tan diversos como México, Cuba, Argelia o Malasia. En los últimos años la empresa ha vuelto a poner el foco en el mercado de Centro y Sudamérica (México, Chile, Costa Rica, Colombia o Bolivia) y ha asentado su presencia en Europa del Este (Rusia, Ucrania, Hungría, Bulgaria y República Checa), países con un gran peso en la facturación de Jympa en los últimos años. Además en los dos últimos años se han intensificado también las acciones comerciales en países de nuestro entorno como Francia o Portugal. "La exportación siempre ha sido fundamental para Jympa, con un pico del 72% de la facturación en 2013. En estos últimos años se ha estabilizado en torno al 60%, siempre abriendo nuevos mercados sin descuidar el nacional", puntualiza Marta Pradas, directora comercial de la compañía.
Se trata del inicio de una nueva etapa de expansión de Jympa para abrir mercado y estar próximos al cliente. "Desde siempre nos hemos querido ganar su confianza y mimarlo. De entrada el cliente siempre tiene la razón y queremos estar a su lado, porque un cliente abandonado se traduce en una imagen deteriorada que una empresa como la nuestra no se puede permitir". Para ello Jympa no ha dudado en establecer alianzas con otras empresas fabricantes de maquinaria agrícola, y de esta forma ofrecer la gama más completa al cliente.
Innovar para ser competitivos
“Todo este proceso debe contar con una potente política de I+D sin la que hoy no sería posible sobrevivir. La evolución en diseño, innovación y nuevos productos ha consistido primero en adaptarse a las necesidades del mercado, siempre de la mano del agricultor. La agricultura y la maquinaria de los años 70, cuando comenzamos, no tiene nada que ver con la de hoy. Hemos pasado de fincas pequeñas de un propietario a grandes parcelas de terreno operadas por empresas de servicio. La evolución de nuestras máquinas ha tenido que ir ligada a ese incremento significativo de la potencia de los tractores, que superan los 400 y 500 CV”, explica Marcel Pradas. "Por otro lado, hemos innovado buscando máquinas que ofreciesen un mayor rendimiento al agricultor abaratando costes. En este sentido, 'Master Till', nuestra última gran apuesta, es una combinación de esas dos ideas: se adapta a grandes extensiones de terreno y es innovadora porque en una sola máquina se combina el trabajo primario efectuado por el subsolador con una grada de discos que efectúa dos pasadas en una".
“Jympa quiere demostrar al mercado nacional e internacional que es capaz de ofrecer maquinaria muy novedosa con total garantía. Muchas veces es el agricultor español el que más reticencias presenta a la hora de comprar producto nacional, aunque por prestaciones sea igual o mejor que una máquina alemana, por ejemplo, y ésta tenga un precio superior al nuestro”, explica Marta Pradas. “En los últimos años estamos intentando cambiar esa filosofía, demostrándole al agricultor de que somos capaces de ofrecer maquinaria con la mejor tecnología a un precio competitivo”.
Un servicio posventa que forma parte de la venta
“El servicio posventa es uno de los pilares de la relación entre el cliente y la empresa que más intentamos potenciar. Enviar una máquina y olvidarnos del cliente no ha formado parte nunca de nuestra filosofía”, explica Marcel Pradas. “Intentamos potenciar la relación con el cliente final a través del distribuidor. El cliente valora muchísimo que ante cualquier problema sea correctamente atendido por la marca y no abandonado a su suerte”.
Esta forma de fidelizar al cliente hace que en muchas ocasiones sean los propios técnicos de Jympa los que viajen a destino para poner en marcha la máquina. "No se nos caen los anillos por ir a cualquier parte del mundo para estar con el usuario. Forma parte de nuestra filosofía y el cliente lo valora muy positivamente", apunta el director técnico de Jympa.
Un futuro definido
Jympa sigue trabajando de cara al futuro en nuevas máquinas que se adaptan a las necesidades del mercado, algunas de gran envergadura como la 'Master Till', y que podrían ver la luz a lo largo de 2017, pero también en otras de gran utilidad y que van incorporando continuamente a su catálogo. “La idea es que algunas de estas máquinas se acaben fabricando directamente en México para el mercado del país centroamericano y también para Estados Unidos”, añade Marcel. Al mismo tiempo, desde Jympa se tiene muy presente el continente africano de cara a un futuro no muy lejano.
El acercamiento al 'smart farming' o agricultura inteligente es el otro gran reto de Jympa. "En las próximas décadas la forma de alimentar el mundo cambiará y nuestra maquinaria ha de estar preparada para hacer frente a ese nuevo reto. Eso sí, sin dar pasos en falso y aportando la tecnología estrictamente necesaria para que el cliente pueda desarrollar su labor de la mejor manera posible".