Máquinas reconstruidas Cat, una opción muy rentable y segura
La empresa Maresa reestrena en su cantera de Morata de Tajuña un dúmper Cat 775D, después de 26.000 horas de trabajo. Gracias a la labor realizada por el equipo técnico de Barloworld Finanzauto la compañía disfruta ya de un equipo prácticamente nuevo, consiguiendo un ahorro muy significativo en sus costes de operación y mantenimiento.
Fue en el año 2001 cuando Maresa adquirió un nuevo dúmper Cat, modelo 775D, para ampliar el parque de maquinaria destinado a su cantera de Morata de Tajuña (Madrid). Tras 14 largos años de trabajo y 26.000 horas productivas se hacía recomendable, bien una reparación general que permitiera alargar la vida de la máquina algunos años más, o bien el cambio por un nuevo dúmper. Tanto una como otra opción conllevaban sus ventajas e inconvenientes con importantes factores a tener en cuenta como la cuantía de la inversión necesaria, el tiempo a emplear en zanjar el asunto, la fiabilidad y seguridad exigidas, la rentabilidad, costes horarios, costes por tonelada, garantías, etc.
Estudiadas las opciones y los requerimientos del cliente, desde Barloworld Finanzauto recomendamos una tercera opción: la reconstrucción total del tren de potencia del dúmper, más la reparación de golpes y pequeñas fisuras en la caja. De esta manera se podría dar una nueva vida útil a la unidad ya que Caterpillar certifica la reconstrucción y garantiza que las prestaciones y rendimiento del dúmper vuelven a ser los mismos que cuando se estrenó. Además, para mayor seguridad, la unidad se entregaría con un contrato de mantenimiento, en el que los especialistas de Barloworld Finanzauto se ocuparían de mantenerla en perfectas condiciones; y tres años de garantía en el tren de potencia, que no sólo ofrecen una enorme tranquilidad al cliente, sino que además dan una idea de la total confianza del fabricante, Caterpillar, y su distribuidor en España, Barloworld Finanzauto.
Todas estas razones, más el importante ahorro en inversión respecto a la compra de un nuevo dúmper, facilitaron la toma de decisión del Cliente que, finalmente, dio su aprobación para llevar a cabo la reconstrucción.
Pero, ¿cómo se hace una reconstrucción de tren de potencia? ¿Hay requisitos? ¿Qué pasos se han de seguir? Lo primero que hay que hacer (imprescindible) es una inspección de la máquina, para determinar que está en condiciones de someterse a la reconstrucción y que, con las reparaciones pertinentes, volverá a quedar como nueva. Esta inspección se realiza en el lugar de trabajo de la máquina, evitando costes de traslados y pérdida de productividad.
Una vez realizada la inspección y comprobado que la reconstrucción es viable se hace el presupuesto correspondiente, para que el cliente conozca el montante de la inversión y pueda tomar la decisión final. También en ese momento se establecen las fechas de inicio de la reconstrucción y entrega de la máquina acabada.
El equipo humano
Tan pronto como Barloworld Finanzauto tuvo el ‘ok’ del cliente, preparó un equipo de trabajo para llevar a cabo toda la reconstrucción. Capitaneado por el jefe de Servicios y el jefe de Taller de la Base de Arganda de Barloworld Finanzauto, se configuró un excelente equipo de trabajo compuesto por un coordinador, dos técnicos destinados al montaje y desmontaje de los conjuntos, dos técnicos para la reparación del motor, un técnico para la reparación del grupo diferencial y otros tres técnicos para la reparación del resto de componentes (transmisión y mandos finales). Además se dispuso de un equipo de tres personas más para todas las labores de soldadura y dos personas más para lavado y pintura. En total 14 personas trabajando prácticamente a tiempo completo durante varias semanas para la reconstrucción de este equipo
La reconstrucción
En primer lugar se procedió a desmontar todos los componentes del tren de potencia, concretamente motor, transmisión, diferencial y mandos finales.
Una vez desmontados, cada componente pasa a ser reparado, utilizando las piezas originales que sean necesarias.
Tras su reparación se prueban a fondo, con total rigor y exigencia. Por ejemplo, el motor se prueba en banco y se confirma que ofrece la potencia nominal que acreditan sus especificaciones. Igualmente la transmisión se prueba en el banco de transmisiones y se verifica su perfecto funcionamiento. Finalizadas las reparaciones y pruebas de componentes, se realiza el montaje y hacen los ajustes necesarios. Por último, se hacen pruebas de funcionamiento de la unidad, para entregársela al cliente con la seguridad de que su rendimiento es correcto y está preparada para iniciar una nueva vida útil larga y muy productiva.
El antes y el después
Las imágenes son más que reveladoras. Se ve claramente una máquina que ha trabajado duro durante 14 años y, a su lado, otra máquina lista para rendir al máximo otros tantos.
Tras un proceso de ajustes, reparaciones, cambio de piezas, pruebas, etc., que duró algo más de dos meses, el viejo dúmper, protagonista de 26.000 largas horas de trabajo, pasó a convertirse en un joven y fuerte 775D Caterpillar capaz de afrontar otras tantas.
Arriba vemos el 775D en octubre de 2014, horas antes de iniciar su reconstrucción. Abajo, lo podemos ver en enero de 2015, el día de su entrega al cliente, listo para trabajar.
Los detalles
No todas las máquinas con 26.000 horas son perceptibles de reconstruir. Si, por ejemplo, tienen fisuras en el bloque o roturas serias en componentes, no serían aptas. El 775D de Maresa, trabajó duro, pero gracias en buena parte a que este equipo tuvo un contrato de mantenimiento con Barloworld Finanzauto, sus componentes más importantes, principalmente el motor, presentaban un estado inmejorable, pudiéndose ajustar, por tanto, los costes de la reconstrucción, lo que supuso un importante ahorro para el propietario.
El cliente no esperó a que el dúmper se averiase. Tomó la decisión de reconstruir tren de potencia antes de que llegase una avería y para llevarla a cabo tuvo que interrumpir el trabajo que estaba haciendo en ese momento, pero a cambio, obtuvo un equipo prácticamente nuevo y consiguió un ahorro muy significativo en sus costes de operación y mantenimiento.