Tarruella Trenchs renueva el Hotel Peralada empapado por el golf, las bodegas y el castillo
La finalidad del proyecto de reforma del Hotel Peralada llevado cabo por Tarruella Trenchs Studio era actualizar su imagen teniendo en cuenta la ubicación en el Golf en el Empordà, con la importancia de la relación con las bodegas, con el Castillo, y con el condicionante de tener que hacer dicha reforma en 3 meses.
Tarruella Trenchs nos cuenta como lo han ejecutado,
Lo más importante ha sido el cambio de uso de algunos espacios y sobre todo centralizar las zonas comunes del hotel en la primera planta uniendo en un solo espacio comunicado los salones, bar, comedor y terraza, y así potenciar la actividad a cualquier hora del día y garantizar el buen servicio y atención al cliente. Para ello hemos trabajado con distintos tipos de asiento y mesas a diferentes alturas y materiales, sin perder de vista las visuales al campo de golf y amueblando la terraza conectada a esta zona como continuación.
De este modo la recepción del hotel es más diáfana, más luminosa para darle más importancia a los cuadros y una gran exposición de vinos y cavas de Bodegas Perelada, sobre un conjunto topográfico de pallets. El cambio de imagen ha consistido en revestir los pavimentos existentes de gres por un pavimento continuo de color piedra claro y alfombras de fibras naturales, y pintar las paredes a la cal (del mismo piedra) para dotarlas de un aspecto más rústico y luminoso, lo que se repite en las escaleras que conducen a los clientes desde la recepción en planta baja a las zonas comunes y habitaciones. Lo primero que descubre el cliente al acceder a las zonas comunes desde el vestíbulo de la escalera es el salón, un espacio acogedor en el que destacan las paredes revestidas de roble recuperado, las estanterías de roble, hierro y latón, la chimenea exenta de hierro y la alfombra de lana estampada de 576 x 720 cm diseñada especialmente para esta estancia. El mobiliario de cuero, hierro, piedra y madera del interior coloniza parcialmente la terraza contigua y permite sentarse a leer la prensa, tomar algo o comer a diferentes alturas.
La actividad se concentra en la barra central de piedra Sierra Elvira y listones de nogal, que situamos en una posición central para dar servicio y articular los espacios del salón, el restaurante y la terraza. Para que los clientes identifiquen fácilmente la ubicación de la barra diseñamos un botellero formado por volúmenes de hierro y latón que a su vez ilumina la superficie de trabajo.
En el restaurante escogimos mobiliario de mimbre, hierro, madera, piedra y tejidos naturales que nos permitía su colocación tanto en el comedor interior como en la terraza. Los tonos neutros de los revestimientos, los cuadros procedentes del Museu Castell de Peralada, las lámparas de pie, las alfombras exteriores y las cortinas de lino aportan la calidez deseada. Se puede acceder al restaurante directamente desde el campo de golf a través de un volumen de hierro y vidrio que aloja la doble puerta de iroko.
Una celosía formada por pletinas de hierro y tacos de madera de roble constituye un sistema de exposición de los vinos y cavas de las bodegas Peralada y separa el restaurante de la masía, utilizada como sala de eventos. Nuestra intervención en la masía pone en valor su arquitectura original derribamos la construcción añadida, resaltando la estructura muros de piedra sobre un pavimento continuo y colocando lámparas Cirio en el centro de las crujías. Para que este espacio se pueda utilizar de forma autónoma lo dotamos de una barra, muebles de apoyo y estanterías de madera recuperada de roble, granito zimbawe y hierro. Una pérgola de madera de iroko delimita la terraza de la masía a la que se puede acceder a través de carpinterías de madera de grandes dimensiones.
La intervención en las habitaciones debía ser epidérmica, por lo que decidimos colocar parquet laminado de roble, aplicar revestimientos a la cal de color arena en paredes y techos y diseñar muebles versátiles de roble, hierro y dm negro. Las alfombras de fibras naturales, las cortinas y cojines de lino y las lámparas decorativas consiguen que la habitación adquiera un carácter doméstico y confortable, actual pero con materiales rústicos.
Los mismos colores neutros de las habitaciones bañan las puertas, paredes y techos de los pasillos y distribuidores. Las alfombras de coco que recorren los pasillos de las habitaciones se transforman en los distribuidores en volúmenes revestidos de algas creando una zona de espera.
Finalmente en el spa revestimos paredes, techos y pavimentos en tonos claros y colocamos colgadores metálicos con telas y toallas que funcionan como separador entre mobiliario de madera recuperada y tejidos naturales de las camas perimetrales a la piscina interior.
Textos e imágenes cedidos por Tarruella Trenchs Studio
Fotografías: Meritxell Arjalaguer
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