Entrevista con Custodio Monfort, presidente de la Federación de Áridos
La industria en general y el sector de los áridos en particular viven una situación verdaderamente compleja. A las tensiones geopolíticas y económicas que están teniendo un impacto muy directo en la industria extractiva, se suma la agenda de la Unión Europea en su esfuerzo de liderar las transiciones energética y digital. A su vez, este escenario abre una vía de oportunidades a las empresas productoras de áridos para transformarse, mejorar sus procesos y aumentar su rentabilidad.
Pocas voces tan cualificadas como Custodio Monfort, recientemente elegido presidente de la Federación de Áridos (FdA), para analizar la situación de la industria. El empresario, que compagina este cargo con la presidencia de la Asociación de Empresas de Áridos de la Comunitat Valenciana (Arival), cuenta con una dilatada experiencia al frente de su empresa, Áridos Monfort. En esta entrevista, Custodio hace balance del año 2022, un ejercicio complicado marcado por el encarecimiento de los precios de las materias primas que ha tenido un impacto directo en las empresas productoras.
¿Cuál es, a grandes rasgos, la radiografía del sector en la actualidad?
Los datos que tenemos ahora en nuestras manos, a la espera de las estadísticas más actuales que publicaremos en breve, apuntan hacia un escenario complicado. En este sentido, es necesario resaltar las grandes incertidumbres económicas, sociales y geopolíticas que estamos sufriendo. Esta situación tan cambiante y dinámica, hace que realizar una previsión consistente para 2023 sea una tarea difícil.
Dicho esto, el carácter de industria estratégica de nuestro sector nos confiere una relevancia digna de atención: somos el principal suministrador de materias primas para la construcción de infraestructuras, para la edificación, para la industria y para la protección del medio ambiente. De hecho, cada español ha consumido, en 2021, unos 2.900 kilogramos anuales, es decir, casi 8 kilogramos diarios, aunque todavía estamos muy lejos de la media europea.
El empleo directo en el sector asciende a casi 9.000 trabajadores directos, a los que hay que sumar otros más de 15.000 indirectos. Además, contamos con unos 21.000 trabajadores en empleos inducidos próximos al sector por lo que podríamos afirmar que, en total, la industria de los áridos genera más de 45.000 puestos de trabajo.
Según los datos de la Estadística Minera de España, el número de explotaciones de áridos activas es de 1.732, el 66% del total de las explotaciones mineras del país, aunque una cifra más acorde con la actividad que desarrollan nos arrojaría una cantidad cercana a las 1.375 explotaciones realmente activas.
Los áridos, dentro de la minería en general, somos el primer subsector en empleo directo; el primero en número de explotaciones activas y el primero también en volumen de producción con el 81,42% del total de las rocas y minerales extraídos. Además, los áridos son el segundo subsector en volumen de negocio con el 27,0% del total, tras la minería metálica.
¿Cómo ha sido 2022 para el sector de los áridos? ¿Qué previsiones de producción manejáis de cara al cierre del año pasado?
En relación con el consumo de áridos en 2022, los datos actuales apuntan a una horquilla que se situaría entre el -2% (en el escenario más pesimista) y el +1% (si seguimos el escenario más optimista). Vistos los datos de los demás sectores, el valor más probable, para nosotros, estaría en el -1% en volumen de producción, con los desequilibrios territoriales usuales dependiendo de la región.
El consumo de cemento en 2022 creció un +1,8% en noviembre. Desde enero a noviembre, se produjo un crecimiento del 0%, con un interanual todavía positivo de +1,5%.
En cuanto al hormigón, los datos provisionales de Anefhop adelantan una caída del consumo de hormigón preparado en el tercer trimestre del entorno del -9,2% con un retroceso del -4,7% en 2022 y un -0,9% en el año móvil. La licitación pública, por su parte, creció un 26,6 % en los once primeros meses de 2022.
Por último, la industria española del asfalto ha cerrado 2022 con una cifra estimada de producción de mezcla bituminosa de 17,1 millones de toneladas. El consumo de betún para mezclas bituminosas pasa de 645.102 toneladas a 582.331, lo que supone una caída del 9,7% respecto al ejercicio anterior y el regreso a los niveles de 2020.
En cuanto a la construcción de vivienda, pensamos que la evolución es positiva, pero se advierte una cierta ralentización. En los once primeros meses del año 2022, se iniciaron más de 100.000 viviendas, un 1,6% superior al mismo periodo de 2021. Esto representa una subida del 3,5% en el interanual. La reforma de vivienda, con un interacumulado de 24.350, vuelve a caer y está un 10,8% por debajo de noviembre del año pasado mientras que la rehabilitación de edificios en un 10,5%. Por su lado, la compraventa de vivienda nueva asciende a casi 110.000 unidades en esos once primeros meses del año 2022, un 3,8% más que en el mismo período del año anterior, lo que supone un aumento del 5,5% en el interanual acumulado.
2022 ha sido un año especialmente complejo, que comenzó con la invasión de Ucrania. ¿Qué impacto ha tenido este conflicto en el sector?
El impacto ha sido muy importante en todo el sector de las materias primas, en la industria y en toda la sociedad. Si analizamos nuestra actividad en concreto lo cierto es que está siendo muy complicado poder repercutir los incrementos de precios sufridos ya que, como es bien sabido por todos, la contratación en la obra pública no lo ha permitido. A esto se añade que muchos contratos privados han seguido la misma dinámica por lo que en gran cantidad de proyectos hemos tenido que asumir esa subida por entero.
Si a esta situación actual añadimos la coyuntura anterior que proviene de una pandemia global y una dura crisis económica, tenemos un dibujo del sector que muestra, en algunos casos, una situación extremadamente complicada. De hecho, en algunas ocasiones, todo este estrés que ha rodeado, y rodea, nuestra actividad en los últimos tiempos ha contribuido a formar un panorama en el que muchas empresas corren el riesgo de desaparecer, o han desaparecido, por falta de viabilidad económica.
Custodio Monfort es presidente de Arival desde 2016.
Otro de los grandes problemas al que os habéis enfrentado en 2022 ha sido el encarecimiento del precio de las materias primas, que el Gobierno trató de paliar aprobando la revisión de precios en los contratos públicos. Desde el sector extractivo se lamentó que, en la práctica, su impacto no alcanzaba a subcontratistas ni suministradores. ¿Cómo os está afectando este problema? ¿Qué medidas reclamáis al Gobierno que sí sean efectivas para quienes estáis al inicio de la cadena de suministro?
Las medidas que realmente serían de ayuda y que ya estamos pidiendo, son, por un lado, que se contemple la posibilidad de referenciar los precios de productos en las licitaciones a algún tipo de índice proporcional a los costes de fabricación y explotación. De esta manera, no estaríamos tan expuestos a las crisis, las subidas de precios de la energía o los vaivenes extremos que pueda tener el mercado.
Por otra parte, para tener un funcionamiento correcto y poder asegurar el futuro de nuestra actividad, este sector como cualquier otro, precisa de algunos principios fundamentales como son la seguridad jurídica, la estabilidad legislativa y reglamentaria. Esto es imprescindible.
Por otro lado, y esto ya nos afecta a todos como sociedad y no tan solo a nuestro sector, también sería conveniente que las administraciones competentes hicieran un esfuerzo por diseñar un plan de actuación a medio plazo que contribuya a evitar al máximo en derroche innecesario de obra no imprescindible a corto plazo con finalidad puramente política.
Otros dos problemas que acucian sobremanera al sector de los áridos en nuestro país son la morosidad y la competencia desleal. Su negativa influencia en nuestra actividad nos hace muy difícil poder planificar financiera y económicamente nuestras explotaciones que, por otro lado, son vitales para el desarrollo del país.
La Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Transición Energética son un pilar de las políticas de la Unión Europea y, en consecuencia, de los gobiernos que forman parte de ella. ¿Qué papel debe jugar el sector de los áridos en este proceso?
El sector de los áridos aquí juega de nuevo un papel fundamental. Si algo tenemos claro en la difícil coyuntura actual es que tanto nuestros productos como nuestros servicios son realmente estratégicos para el funcionamiento y el desarrollo de nuestras sociedades. Recordemos que, tras el aire y el agua, somos la materia prima más utilizada en todo el mundo. Por todas estas razones podemos asegurar que somos fundamentales a la hora de lograr, por ejemplo, una mayor eficiencia de nuestras conducciones de agua, lo cual nos hará más resilientes al cambio climático y a la escasez de lluvias, además de hacernos más eficientes y eficaces en otras actividades tales como el transporte ferroviario, el transporte por carretera, la construcción de infraestructuras en general, parques eólicos, parques de energía solar y un largo etcétera.
Somos estratégicos, y por eso nos hemos comprometido al máximo para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible planteados por la ONU. Además de lo anterior, nos comprometemos a promover el crecimiento económico sostenido inclusivo y sostenible; a lograr que las ciudades y los asentamientos sean inclusivos y seguros resilientes y sostenibles; a construir infraestructura e infraestructuras, promover la industrialización inclusiva y sostenible, fomentar la innovación, promover el uso sostenible de los ecosistemas…
La actualización del Plan Estratégico de Áridos, presentado en el pasado Congreso Nacional, recoge buena parte de estos objetivos. En resumen, ¿qué contempla este Plan con miras a 2030? ¿Cuáles son sus principales novedades respecto al anterior Plan cuya hoja de ruta llegaba hasta 2025?
Para nosotros el Plan Estratégico Áridos 2030 es un documento fundamental, son los cimientos sobre los que queremos construir nuestro desarrollo en los próximos años, nuestra guía. Si bien es básicamente un documento que se elabora a partir de un excelente plan anterior, se ha ido más allá en algunos temas tales como el desarrollo sostenible del que hablábamos anteriormente.
Personalmente, pienso que gracias a su aplicación el sector va a conseguir una aceptación social mucho más adecuada a nuestros compromisos y a la importancia de nuestra actividad. Esto, por supuesto, añadido al logro de una mayor viabilidad económica de nuestras empresas y a una mejor y más profunda relación con nuestro ecosistema.
¿En qué situación se encuentra la incorporación de los áridos reciclados a las obras?
Si bien en este punto estamos en una fase inicial nuestro compromiso es extremadamente sólido. Por un lado, estamos intentando colaborar en que su uso se regule por las administraciones de un modo estable y generalizado. Este particular, siempre, claro está, con todos los necesarios exámenes técnicos para asegurar una calidad y una seguridad máximas, ya comienza a ser una realidad en algunas comunidades autónomas como Cataluña o Madrid.
La Federación de Áridos y, en general, todo nuestro sector, está muy concienciada en la necesidad de aumentar la circularidad de la producción en cuántos más sectores mejor y sabemos también de nuestra importancia como expertos en determinadas áreas para impulsar el tratamiento y el uso de materiales reciclados en un amplio abanico de usos como por ejemplo la construcción. Dicho esto, es necesario tener claro que, en este aspecto, nunca se aspira a utilizar el cien por cien de material reciclado en un proyecto en concreto sino de buscar maneras de aprovechar al máximo lo que podamos con las tecnologías actuales e integrar estos áridos reciclados con áridos naturales.
Desde las diferentes asociaciones que conforman la Federación de Áridos llevamos 30 años trabajando en materia de normativa de reciclado para que estos se puedan reutilizar y poner en el mercado de nuevo con todas las garantías técnicas. Desde Anefa, por ejemplo, se ha firmado recientemente un acuerdo de colaboración permanente con RCD, la Asociación Española de Reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición.
¿Están llegando al sector las inversiones de los fondos Next Generation?
La llegada de estos fondos y su aplicación consecuente está siendo muy compleja, sobre todo en lo administrativo. Por nuestra parte además echamos en falta proyectos extremadamente útiles y necesarios que engloben sectores como el de las infraestructuras, las energías renovables o las prospecciones geológicas que nos ayuden a la investigación sobre qué recursos poseemos…
Esperamos que tanto durante este año 2023 como en 2024 estos fondos comiencen a llegar de manera mucho más definitiva a nuestra economía y que tengan, por tanto, ese esperado efecto positivo que se busca desde las instituciones.
La otra gran transición que se está promoviendo desde Europa es la digital. ¿En qué situación se encuentra el sector en cuanto a su digitalización? ¿Cuáles son los avances necesarios para alcanzar el concepto de ‘Áridos 4.0’?
El esfuerzo por la digitalización lleva muchos años presente en el sector. De hecho, muchas de las actividades que realizamos ya están en gran medida digitalizadas. Nuestra apuesta por la innovación, la formación y la mejora continua es muy decidida. Aspiramos a ser mejores, producir mejor producto y ofrecer mejores servicios a toda la sociedad. En este sentido, por ejemplo, no podemos olvidar el papel fundamental que tienen las asociaciones que forman nuestra federación. Una muestra de ello es que Anefa, en representación de los áridos de nuestro país, lidera dos importantes proyectos europeos encaminados a la mejora de la eficiencia y la eficacia, la circularidad o a la aplicación de las ventajas que aportan la inteligencia artificial, el análisis de datos y la digitalización para hacer de nuestro sector una referencia en cuanto a desarrollo sostenible.
Estos proyectos, financiados por la Comisión Europea, en los que participan empresas, instituciones, universidades, canteras o centros de investigación de toda Europa, y que se denominan DigiEcoQuarry y Rotate, ejercen de punta de lanza en la modernización de nuestra actividad. Además, aspiramos a poder disfrutar de los beneficios de la digitalización en nuestras relaciones con las administraciones y con nuestros clientes, así como en otros campos como la monitorización de los procesos correspondientes a la calidad ambiental
¿Qué postura tenéis respecto a la reforma de la Ley de Minas? ¿Qué aportaciones habéis hecho a la consulta pública lanzada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico?
Los parámetros fundamentales para nuestra posición en este aspecto son el logro de mejorías considerables para nuestro entorno social y nuestro medio ambiente, teniendo siempre en cuenta principios como la sostenibilidad y la estabilidad jurídica que son parámetros fundamentales para nosotros. Dicho esto, no consideramos que una ley de minas sea una prioridad para la sociedad o para la economía en este momento.
Además, defendemos que, con la anunciada Ley Europea de las Materias Primas Críticas, Esenciales y Estratégicas en camino no procede generar un cuerpo legislativo nuevo. Si creamos una nueva ley de minas la deberemos adaptar de inmediato a esta legislación europea en cuanto se haga pública. Por ello, hacer el esfuerzo de crear una ley de minas que, en breve, habrá que corregir y adaptar, conllevaría incurrir, en cierta manera, en un esfuerzo en balde. Además, consideramos que la ley actual, aunque haya cumplido casi 50 años, ha proporcionado un marco estable de regulación y una muy necesaria seguridad jurídica. Esto no es óbice para que el sector se mantenga abierto a actualizaciones que puedan contribuir a la solidez de nuestra actividad.
Algo que sí sería de gran utilidad para el sector, en cambio, sería una Ley de Fomento de las Materias Primas Minerales Sostenibles, ya que contribuiría satisfactoriamente a lograr y asegurar un suministro sostenible de materias primas minerales para la transición energética que nos ayude a lograr una economía descarbonizada y digitalizada.
Por último, ¿cómo esperáis que sea este 2023?
Este 2023 se nos presenta con algunas nubes que ya teníamos el año pasado sobre nuestras cabezas. El año se nos presenta con muchas incertidumbres y también con muchas oportunidades. Los datos económicos que hacen relación a nuestro sector nos muestran una ralentización de la construcción y nos adelantan una atonía del consumo de áridos a medio plazo por lo que, en un escenario realista, esperamos mantener los parámetros productivos del pasado año.
Hay elementos positivos como el hecho de que los Presupuestos Generales del Estado hayan sido receptivos a un incremento de la inversión en construcción o que nos encontremos en un año electoral en la mayor parte de nuestro territorio, lo que puede favorecer la inversión y la ejecución de obra pública. Además, en el siguiente año esperamos que los mencionados fondos europeos, que en parte van a llegar tarde, comiencen su aterrizaje masivo, y por ende empiece a notarse su influencia positiva en nuestra economía.
Por otro lado, como es obvio, hay una serie de elementos que van a influir negativamente en el desarrollo económico del sector y que hay que tener en cuenta para extremar las precauciones. La inflación, unida al aumento de los precios de la energía, son algunos de los principales. Otros de los riesgos que es necesario mencionar son un posible estancamiento de la economía; la presumible paralización de nuevas licitaciones debido a la entrada de nuevos equipos en las Administraciones Públicas; el impacto del aumento de los precios en la construcción privada o la elevada deuda pública. A esto hay que añadir, como ya antes he mencionado, el repunte de la morosidad y de los concursos de acreedores en el tejido empresarial. Eso por no hablar de la complicada situación geopolítica provocada por la invasión rusa de Ucrania que, esta vez, afecta muy directamente al continente europeo.
A todo ello se añade, como ya ha adelantado la propia Comisión Europea, un cambio muy importante en el criterio político relacionado con las materias primas, por lo que esperamos que se desarrolle en los próximos meses un importante trabajo legislativo y jurídico en este sentido.