8 de marzo. Un compromiso compartido por la igualdad de mujeres y hombres, también desde la minería
Por: Pirscila Moreno, gerente de Aminer
El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, una fecha que reivindica la igualdad de mujeres y hombres para construir una sociedad justa, porque el desarrollo y el progreso debe ser un compromiso compartido por todos. Nos queda aún mucho camino por recorrer para romper la brecha de género que todavía está presente en nuestras vidas cotidianas y que constituye el gran reto para avanzar hacia un mundo verdaderamente sostenible tal y como marcan los ODS de Naciones Unidas.
La senda se vislumbra larga, pero desde las economías avanzadas tenemos la oportunidad de dar pasos firmes y seguros para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 que persigue lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas del mundo en el horizonte, no tan lejano, de 2030.
La industria y, en particular, la minería, han sido tradicionalmente sectores que han impuesto barreras profesionales a la integración laboral de las mujeres. Las explotaciones mineras han estado vetadas al entorno femenino hasta hace muy pocas décadas. Sin embargo, el sector se ha modernizado y profesionalizado vertiginosamente en los últimos años con la aplicación de las tecnologías más innovadoras, eficientes y seguras, y también dejando de lado tópicos y estereotipos ligados a la participación de las mujeres en la cadena de producción.
En la actualidad, el 8% de los puestos de trabajo en el sector de la minería lo desempeñan mujeres. Se trata de una cifra modesta, pero que crece hasta el 30% si analizamos los datos de empleo en el ámbito técnico y administrativo. La presencia femenina en el sector sigue siendo el reflejo de una sociedad que aún debe derribar barreras para promover la formación de niñas y mujeres en estudios técnicos, orientando su futuro profesional hacia las carreras STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas), lo que permitirá en las próximas décadas incrementar la presencia de las mujeres en la industria y avanzar hacia la igualdad real, la igualdad de oportunidades.
La economía europea está inmersa en la transición hacia un nuevo modelo energético libre de emisiones, responsable en el uso de los recursos naturales y comprometido con el planeta y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de un nuevo paradigma en el que los metales se sitúan como un aliado para el progreso de la humanidad, que vendrá de la mano del desarrollo de la electrificación y de las energías renovables, incrementando exponencialmente la demanda de cobre, zinc, plata o plomo, y las llamadas tierras raras, entre otros. Así, la minería metálica está llamada liderar esta transformación, jugando un papel protagonista en las próximas décadas.
Pero no solo Europa, sino el mundo en su conjunto se enfrenta a este nuevo desafío en el que no podemos permitirnos renunciar a la participación femenina. Según datos de la Unesco, solo el 28% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres. Pero este techo de cristal se mueve y, aunque lo hace levemente, tenemos que comprometernos desde todos los sectores a seguir elevándolo hasta conseguir difuminarlo. Porque el crecimiento económico solo podrá ser más equilibrado, más justo y sostenible, si lo impulsamos conjuntamente mujeres y hombres en igualdad.