Meya Mining, con sede en Koidu, emplea varias máquinas Volvo
Las minas de diamante de Sierra Leona mejoran su imagen
Decir que Sierra Leona es rica en recursos es algo obvio. Rutilo, bauxita, oro y mineral de hierro se encuentran entre los abundantes minerales del país. Sin embargo, son los diamantes por lo que es más famoso el país. Desde que irrumpieron con fuerza a principios de la década de 1930, se estima que ha producido más de 500 millones de quilates (100 toneladas) de este mineral precioso. Los campos de diamantes en el este del país son gigantescos: se estima que se extienden por más de 7.770 kilómetros cuadrados.
Antes de la guerra civil en 1991, la minería era el motor económico más importante para este país de África Occidental, representando alrededor del 80% de los ingresos de exportación y el 20% del PIB. Sin embargo, durante el conflicto, el comercio de diamantes de Sierra Leona se volvió muy controvertido. Cuando la guerra terminó en 2002, el Gobierno tuvo que garantizar a sus clientes en el extranjero que todos los elementos de su comercio de diamantes eran éticamente aceptables.
La Peace Diamond Alliance (PDA) se creó para desarrollar esquemas de compra competitivos; controlar la degradación ambiental; mejorar la cooperación entre el Gobierno, las empresas y la sociedad civil; y formar a los mineros en prácticas mineras responsables. Esto fue apoyado por el Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley (KPCS), un esquema de certificación internacional para los diamantes en bruto que prácticamente erradicó el comercio ilícito de diamantes.
Un ejemplo ‘brillante’
La mayoría de las operaciones de extracción de diamantes a gran escala obtienen las piedras preciosas de la kimberlita, una roca ígnea similar al granito pero de color más oscuro. La kimberlita se formó hace más de 150 millones de años a partir de erupciones volcánicas del manto de la tierra. El intenso calor y la presión crearon el ambiente perfecto para la formación de diamantes.
Excavadora sobre orugas EC380DL de Volvo en trabajos de extracción de la kimberlita.
Meya Mining, con sede en las afueras de Koidu, está comprometida con la minería de diamantes responsable y ética. Se constituyó en octubre de 2016 y posee una licencia de exploración de cuatro años para una reserva de kimberlita de 130 kilómetros cuadrados, que abarca desde el Kamara Gbense hasta Tankoro en el distrito de Kono, muy rico en diamantes. Dentro del área autorizada de Meya, se han identificado 16 bloques de kimberlita. Cada bloque tiene aproximadamente 12 kilómetros de longitud, 1,5 metros de anchura y una gran profundidad.
Meya emplea a más de 200 personas en la mina, incluidos cerca de 40 operadores de máquinas. E 90% de los empleados han sido reclutados localmente y el otro 10% son especialistas en minería con experiencia que ayudan a formar al resto de la plantilla.
“Estamos ansiosos por demostrar que la minería de diamantes puede ser beneficiosa para las comunidades locales”, dice Dino Coutinho, director de Operaciones (COO) en Meya Mining. "Nos tomamos muy en serio la responsabilidad social corporativa, y hemos puesto en marcha muchos planes ecológicos y económicos para demostrarlo. Un ejemplo de ello es que compramos todos nuestros alimentos y piezas pequeñas a la comunidad local”.
Un paso por delante
Para extraer y ayudar a procesar la kimberlita, Meya está utilizando una flota de excavadoras, dúmperes articulados y cargadoras de ruedas Volvo, que se compraron cuando comenzaron las operaciones en 2016.
“Desde que tengo memoria, siempre hemos usado máquinas Volvo en nuestras minas”, dice Coutinho. “La eficiencia del combustible, el tiempo de actividad y el rendimiento no tienen comparación. A nuestros operadores les atrae particularmente la maniobrabilidad de estas máquinas, ya que pueden moverse a través de los estrechos espacios de la mina con facilidad”.
Las máquinas fueron proporcionadas por la concesionaria Volvo A. Yazbeck And Sons, con sede en la capital de Sierra Leona, Freetown. Joseph Yazbeck, el propietario de la concesionaria junto con su hermano Assad, ha mantenido una estrecha relación con el CEO de Meya Mining Jan Joubert desde 1997, ayudándole con las empresas mineras de la región.
“Siempre hemos tenido un buen apoyo de Yazbeck y de Volvo, que, en mi opinión, es el mejor proveedor de movimiento de tierra en Sierra Leona”, dice Joubert. "Nos apoyaron con una línea de crédito, nos aportaron la nueva flota de movimiento de tierras y nos permitieron alcanzar los plazos de tiempo marcados”.
Aplicación de alta exigencia
Dos excavadoras sobre orugas EC380DL son responsables de eliminar la tierra y la capa de granito que rodea la kimberlita; un tercero usa un martillo HB38 para extraer la kimberlita y dividirla en piezas más manejables (de menos de 350 mm). Después, cinco dúmperes articulados A40F transportan la kimberlita a la planta de procesamiento, situada a dos kilómetros de distancia.
El diseño del dúmper articulado Volvo cuenta con bloqueos del diferencial 100% bloqueables, antideslizantes y sin desgaste. El control de tracción automático (ATC) activa los bloqueos del diferencial cuando es necesario y selecciona la combinación correcta en función de las condiciones del terreno, lo que garantiza una tracción y movilidad óptimas, con un consumo de combustible y desgaste de los neumáticos reducidos. Al bloquear todos los diferenciales, todas las ruedas giran a la misma velocidad para una tracción máxima en terrenos muy difíciles.
Trabajos de identificación de un diamante.
Una vez que la kimberlita llega a la planta de procesamiento, tres grandes unidades de trituración industrial rompen los fragmentos para liberar los diamantes. Dos cargadoras de ruedas Volvo L120Gz manipulan la kimberlita entre las diversas fases de trituración. Cualquier diamante grande se registra mediante una tecnología de imagen especial que identifica el carbono.
Cuando las piezas de kimberlita no son más grandes de 12 mm, se filtran en un edificio de alta seguridad, protegido por escáneres biométricos, cámaras y perros guardianes. Aquí, un pequeño equipo de ‘observadores de diamantes con ojos de águila’ examina el mineral triturado en una cinta transportadora. Cada ‘buscador’ trabaja solo durante dos horas, lo que garantiza el estado de alerta para que no se pierda ningún diamante. Cualquier diamante encontrado se retira, clasifica y registra. No se desperdicia nada; toda la piedra excavada se reutiliza para la construcción y mantenimiento de carreteras a nivel local.
Diamante gigante
En noviembre de 2017, Meya Mining llegó a los titulares internacionales cuando anunció que había descubierto un gran diamante de 476 quilates (95,2 gramos) en la mina. Está entre los 30 diamantes más grandes jamás descubiertos, y es el quinto más grande encontrado en Sierra Leona.
“El potencial geoeconómico que tenemos es muy alentador”, dice Jan Joubert. “Una vez que se apruebe nuestra licencia de explotación minera completa, podremos comenzar operaciones a gran escala y ayudar a proporcionar estabilidad económica a largo plazo a la región”.