Innovar de forma rentable
De hecho, las empresas que quieran conseguir algo más que mantenerse simplemente a flote no deberían renunciar a ninguna de estas dos iniciativas. El reto se encuentra en encontrar formas prácticas de lograr ambos objetivos a la vez.
Las compañías más visionarias están aprovechando los momentos de dificultad para colocarse a la cabeza en sus sectores a través de la innovación. Son necesarias nuevas soluciones tanto para conseguir o mantener el liderazgo como para abordar los principales retos a los que se enfrentan las empresas en sus procesos de fabricación, tanto hoy en día como también en los próximos años.
Por ejemplo, la integridad y calidad del producto son claves en las industrias más competitivas, porque los fallos resultan tremendamente costosos. Un producto que debe repararse o sustituirse constantemente impacta de forma directa en los beneficios y daña la reputación de la compañía. También es constante la preocupación por la seguridad y minimizar, o conseguir erradicar, los riesgos derivados del uso de los productos durante todo su ciclo de vida. Otra preocupación creciente es también el diseño ecológico, pues la sostenibilidad y el respeto por el medioambiente están conduciendo la innovación a un nuevo escenario a la hora de desarrollar cualquier producto.
Las empresas se encuentran inmersas en una carrera por la innovación. Desarrollar productos capaces de generar una alta demanda y de gran calidad, y hacerlo con éxito, tiene mucho que ver con innovar. Conseguirlo significa romper la forma y las técnicas tradicionales del pasado y rediseñar los procesos de desarrollo del producto de forma que se puedan reducir costes, acortar el tiempo necesario para comercializarlo y minimizar los riesgos financieros. El “business as usual” ya no es una opción.
Para situarse en la punta de lanza de la innovación ya no sirve crear múltiples prototipos físicos, para probar cada diseño y su comportamiento. Esto requiere presupuestos elevados, además de implicar procesos de desarrollo muy largos para poner los productos en el mercado. Por el contrario, los nuevos procesos deben permitir a las empresas diseñar con calidad y desarrollar productos innovadores a precios más bajos.
El último informe de la consultora Aberdeen, 'Estrategias para el ahorro de costes: el uso de la simulación para la mejor toma de decisiones' arroja luz sobre cuáles son las mejores prácticas aplicadas por empresas de éxito, para cumplir con los objetivos de acortar tiempos, ahorrar costes y ofrecer la máxima calidad.
Aberdeen apunta que las compañías más punteras de cada sector utilizan sistemáticamente la simulación de ingeniería para el diseño de nuevos productos en entornos virtuales. Consiguen de este modo avanzar y ser más rápidos que sus competidores, optimizando procesos de desarrollo y fabricación, aplicando estrategias que les permiten acertar desde el primer momento. Por ejemplo, pueden predecir y
analizar el comportamiento del producto en todo su ciclo de vida, desde los estadios más iniciales del proceso de diseño. Además, evalúan mayor número de iteraciones, desde el mismo momento del concepto o diseño. Utilizando la simulación de ingeniería pueden reducir los experimentos y pruebas con prototipos físicos. Haciéndolo en el mundo virtual, acortan el tiempo de puesta del producto en el mercado, lo que impacta positivamente en la compañía. Además abren la puerta a probar y realizar mejoras tremendamente significativas, gracias al uso de soluciones innovadoras para hacerlo.
Ya son muchas las empresas que utilizan simulación en sus procesos de diseño, pero las que tendrán más éxito serán aquellas que lo hagan de forma sistemática, aplicándolo en todo el proceso, utilizando como estándar el concepto de la simulación virtual, integrando esta estrategia en el “corazón” de la compañía y permitiendo interacciones entre diseñadores, ingenieros y analistas, a través de un software integrado y común para el uso de todos ellos. De este modo pueden obtener una ventaja competitiva, previendo de forma efectiva y precisa el comportamiento de los productos, lo que la mayor parte de las veces implica analizar iteraciones físicas no lineares, análisis estructural, de dinámica de fluidos, modelos electromagnéticos, análisis de fatiga y otra serie de investigaciones. Además, las interacciones entre las diferentes partes individuales de un producto y entre el producto y su ambiente requieren modelos geométricos complejos y funcionalidades para medición, así como de computación avanzada de alto rendimiento.
Aunque el concepto de desarrollo de productos a través de simulación puede ser un objetivo ideal en el diseño de procesos para las empresas, no se puede poner en práctica con éxito si no es contando con la plataforma tecnológica más avanzada, que incluya el conocimiento exhaustivo de los procesos de diseño y permita simular el proceso completo, de principio a fin, con análisis multi-físicos complejos.
No cabe duda de los beneficios que aporta la simulación de ingeniería y las empresas que no cojan este tren, experimentarán muy pronto los inconvenientes: no podrán mantener su competitividad. Los líderes del mañana desarrollarán sistemáticamente modelos virtuales detallados, apalancándose en estas herramientas de simulación para optimizar ahorro de costes y poder desarrollar nuevos diseños innovadores para obtener importantes ganancias competitivas en los próximos años.