Cambio al software
Desde que el microprocesador comenzó a hacerse presente en las plantas de producción hasta hoy, el proceso desde el diseño de una pieza o máquina hasta su distribución y venta final ha sufrido cambios trascendentales. Desde los primeros controles numéricos, que pronto dieron paso a los robots, hasta las posibilidades actuales de «fabricación virtual» - por los sensores inteligentes y las redes locales, con la inestimable contribución de los PC - el mundo de la producción mecánica ha cambiado radicalmente.
Los sistemas de CAD/CAM/CAE operan sobre PC perfectamente estandarizados (todos iguales) o sobre estaciones de trabajo - PC mejorados, también muy parecidos entre sí. A salvo, quizás, de diferencias en el sistema operativo– de los que bien pocos, por cierto, quedan como herramientas de futuro. Los controles numéricos, autómatas programables, e incluso diversas gamas de máquinas-herramienta se han convertido - salvo excepciones - en algo parecido a las «commodities». Sólo la mal llamada «alta velocidad» ha venido a alterar de forma sustancial los elementos mecánicos de los sistemas.
En las máquinas de medir se ha llegado ya a unas estructuras mecánicas difícilmente superables de forma sustantiva. Programas de montaje y fabricación virtual, que operan sobre las mismas estaciones de trabajo que se emplean en CAE avanzado, permiten determinar la mejor disposición y método de montaje, así como la logística de producción óptima.
Los camiones de transporte son también muy parecidos entre sí dada cierta necesidad y tipo de producto, y lo que importa es la coordinación de tiempos para conseguir un buen just-in-time, lo que se consigue mediante software y comunicaciones. La comercialización se realiza mediante simulación de segmentaciones y pautas de consumo.
Entendámonos: no es que no se puedan mejorar los elementos mecánicos, que las máquinas y sus accesorios no puedan ser más productivas y económicas, que las herramientas - donde si se prevé una fuerte evolución - no puedan ser más duraderas y eficaces. Es que, hoy, la evolución está en el software: la tercera revolución ha llegado a la industria, después de protagonizar ésta la segunda, hace ahora poco más de un siglo.