Haas da en el clavo en Blumeprot
Una pequeña pero ambiciosa empresa de fabricación de prototipos de Barcelona ha invertido en un centro de mecanizado Haas UMC-750 de cinco ejes. La máquina, que ha reducido enormemente los tiempos de amarre de la empresa, permite producir componentes complejos con tolerancias muy ajustadas, de materiales que van desde aleaciones de aluminio hasta titanio, pasando por acero inoxidable para aplicaciones quirúrgicas.
Abrir un negocio de mecanizado no es fácil. A menudo, para tener éxito, hay que ofrecer algo nuevo al mercado. Para diferenciar su modelo de negocio, los fundadores de la barcelonesa Blumeprot decidieron en 2011 crear un taller de mecanizado especializado en piezas de gran valor añadido, sobre todo prototipos y preseries pequeñas.
La idea surgió a raíz del auge de las piezas impresas en 3D. Aunque su uso se haya extendido en las empresas de ingeniería, los diseñadores a menudo se sienten frustrados cuando reciben prototipos que no se han fabricado con el material final concebido por ellos. Blumeprot pretende dar una solución a este problema a través del mecanizado CNC. Para competir con la velocidad de la impresión 3D, la empresa confía en las máquinas herramienta de Haas. Su última adquisición es un centro de mecanizado vertical UMC-750.
“Teníamos una máquina de cinco ejes más pequeña de otro fabricante, así que ya sabíamos que podríamos ahorrar mucho tiempo de amarre, pero necesitábamos más capacidad”, dice Josep Marsol, director de la empresa. “Lo que nos atrajo de Haas es que la relación calidad-precio de sus productos es fantástica. El Haas UMC-750 no solo tiene las dimensiones perfectas para nuestras necesidades, sino que también es más rápido y preciso que muchas otras máquinas del mercado, aparte de que produce unas superficies de mejor calidad. Algunos de los clientes quieren diseño; otros, precisión, pero muchos buscan ambas cosas”.
Alrededor de la mitad de la producción de Blumeprot va destinada a clientes del sector del instrumental médico. Un 20% de la producción es para la industria del automóvil, así como fabricantes de motocicletas. Además, Blumeprot trabaja para clientes del mundo de los deportes del motor, el sector aeroespacial y la ciencia, por citar algunos. “Cada aplicación requiere un enfoque de fabricación diferente, y nuestra misión es aconsejar a los clientes la solución que mejor se adapte a sus necesidades”, dice Marsol. “Siempre estamos encantados de ayudar a analizar la funcionalidad de los prototipos. También colaboramos con los clientes para rediseñar el prototipo de modo que se reduzcan los costes y se maximicen los beneficios en la posterior producción en serie”.
Marsol señala que el objetivo de Blumeprot es producir piezas de calidad muy alta, de forma rápida y a un precio adecuado. Para conseguirlo, en todos los puestos de trabajo donde hay máquinas, hay también un ordenador con el software de fabricación asistida Missler TopSolid, de manera que el maquinista se responsabiliza totalmente de la pieza que produce. En el taller de Blumeprot, salta a la vista que los profesionales son algo más que operarios.
“Somos con un centro de formación, en realidad”, sonríe Marsol. “Todos nuestros maquinistas están muy preparados. Necesitamos que sean productivos para poder cumplir los plazos de entrega, sobre todo desde que instalamos el UMC-750, que ya nos ha ayudado a conseguir más encargos”.