El fabricante especialista en ropa laboral ofrece un servicio único de venta online a sus principales clientes
Miguélez Confección: calidad, personalización y confección 100% 'Made in León'
Más de medio siglo de experiencia en la confección de vestuario laboral de calidad ha convertido a Miguélez Confección en un referente en el sector, donde cuenta con cientos de clientes que avalan la marca. Esta área de Miguélez, dirigida por su CEO Alejandra Miguélez, está bajo la batuta de Javier Haro, quien coordina la división desde hace 25 años. Pronto una nueva generación tomará el relevo de Javier, que disfrutará de una merecida jubilación, pero manteniendo intactos los valores que han hecho grande esta empresa: calidad, personalización y confección hecha 100% en su fábrica de León.
Las instalaciones que Miguélez tiene en la capital leonesa han ido creciendo en proporción al desarrollo exponencial de esta empresa familiar con 70 años de historia, fruto de las inquietudes de dos hermanos emprendedores: Luis y José Miguélez. El negocio de la confección de ropa laboral convive y colabora orgánicamente con las otras dos divisiones de la empresa: la fabricación de cable eléctrico —Miguélez Cables— y de mobiliario para juego y Horeca —Miguélez Seating—.
A medida del cliente y ‘hecho en León’
Javier Haro dirige un equipo de 15 personas que, desde el taller de confección, elaboran las prendas para sus clientes. La gama de productos de Miguélez Confección cuenta entre sus líneas más destacadas con pantalones, cazadoras, buzos, petos, batas y gamas específicas de alta visibilidad, sanidad y gerontología.
Pero lo que marca la diferencia con respecto a otras empresas de confección de ropa laboral es que estas prendas son, en su gran mayoría, soluciones hechas a medida de las necesidades de sus clientes en lo referente a vestuario corporativo. “Lo que hacemos, lo hacemos bien, con buenos materiales y excelente acabado, pero, sobre todo, personalizado”, explica Javier Haro. “La imagen de marca debe ser un signo distintivo, algo que el cliente reconozca incluso antes de haber visto el logo sobre la prenda. Es ahí donde Miguélez impulsa la personalización, de acuerdo con la empresa cliente: cómo se diseña la vestimenta, con qué selección de colores y aspectos de diferenciación. Les ayudamos en ese proceso madurativo de cómo se va a confeccionar su uniforme; nosotros permanecemos a su la do desde el principio del viaje hacia la prenda idónea”, señala Javier. De hecho, el eslogan de la empresa es ‘El vestuario que nace de tu inspiración’ porque los clientes de Miguélez pueden implicarse para llevar a término el vestuario laboral que tienen en mente, junto con la asesoría de profesionales y de este modo alcanzar un carácter distintivo de su plantilla sin tener que ceñirse a modelos cerrados. La compañía cuenta con personal especializado en patronaje y diseño, junto a maquinaria orientada a la customización, tanto de la disposición de los elementos que conforman la prenda —bolsillos, puños, cierres, bajos, combinaciones cromáticas de tejido, etc.—, como de los elementos identificativos, logotipos y anagramas, entre otros.
Javier Haro nos muestra la calidad del bordado en una prenda personalizada.
Esta proximidad con el cliente se hace especialmente patente en todo el proceso, desde la creación de la prenda hasta su expedición. Una vez diseñada, y antes que se elabore la pieza, se envían al cliente muestras de las prendas tanto confeccionadas como despiezadas para que las puedan examinar con detalle. Además, todas las prendas expedidas llevan una tarjeta donde se le pregunta si el pedido ha sido satisfactorio, con un teléfono de contacto directo con el fabricante por si surgiera alguna incidencia.
Esto sería impensable si el producto proviniera del mercado asiático, por ejemplo. “Perdimos muchos clientes en 2008-2012, con el boom de los productos que venían de China, pero estos mismos clientes se dieron cuenta posteriormente que que precisaban de cuatro prendas chinas para cubrir un periodo anual, mientras que con dos nuestras lo hubieran conseguido. Esto, además de reducir costes financieros en casa del cliente, agiliza las compras y los tiempos de manipulación y entrega”, explica Javier Haro. “Confiar en empresas como Miguélez es ahorrarse sorpresas con tallajes, materiales y calidad”. Por ello, “raramente” han recibido reclamaciones por el comportamiento de sus prendas. “Tratamos de darles la mayor garantía posible, utilizando el tejido italiano Klopman de la mejor categoría y, al final, el cliente lo que obtiene es resistencia y durabilidad en su producto”.
Mesa de corte de patrones en el taller de confección.
Desde sus años de experiencia, Javier explica que tienen clientes que iniciaron las relaciones comerciales con Miguélez desde la generación de sus padres e incluso abuelos. “Muchos de los clientes que aparecen nuevos son gracias a referencias de la cartera existente, que nos recomiendan y nos hacen de prescriptores”, señala.
Los principales clientes de Miguélez provienen de la automoción, sobre todo talleres, pero también industrias, laboratorios y sanidad. “Fabricamos mucho para suministros industriales y ferretería, que comercializan nuestro producto”, afirma Javier. Para ello, Miguélez dispone de stock de básicos “para la rotación de referencias de clientes habituales”, aunque lo más común son los clientes que piden la ropa totalmente personalizada, bien en colores, logotipos, tipos de bolsillos, etc. Incluso, cada vez más, las comercializadoras de herramienta y afines que suministran prendas estándar, ya empiezan a pedirlas personalizadas, con el logotipo bordado o mediante técnica de transfer. Además, saben que “al estar hecho en España, si mañana tienen un problema con esta prenda contactarán con nosotros, y lo resolveremos directamente, sin interlocutores ni intermediarios”, señala.
E-commerce con valor añadido
Todo el catálogo de Miguélez Confección está disponible para su compra en la tienda online de su página web. Además de la garantía de Miguélez, los pedidos realizados se entregan en pocas horas. Hasta aquí, nada que destaque respecto a otros e-commerce. Pero lo que realmente aventaja a Miguélez es el área reservada a sus clientes con una necesidad específica en la oferta y distribución de prendas.
Desde un acceso para los usuarios registrados, estos pueden navegar por un catálogo propio, con las prendas y los precios pactados previamente con la empresa a la que pertenecen. Este servicio es especialmente útil para corporaciones con muchos puntos de venta o con una amplia red de agentes en todo el país. Es el caso de Iveco o Volvo, por ejemplo, del que Miguélez es proveedor exclusivo de vestuario laboral.
“Antes, los pedidos iban de los talleres a la central y de la central a nosotros. Una vez hecho el pedido, el recorrido era el inverso. Al principio experíamos la orden a la central, hasta que, desde Miguélez, les planteamos una optimización en el proceso de compra que beneficiaría a toda la estructura del cliente. Además, se sumaba la facturación”, explica Javier Haro. Pero con su espacio propio en la tienda online, todos estos procesos se simplifican a un pedido directo desde su log in, donde encuentran su ropa corporativa con los formatos y precios ya negociados. “Cuando se simplifica el proceso, se consigue que todo sea más eficiente, tanto el procedimiento de compra y venta como el de posventa. Todo lo que estás optimizando en tiempo, también repercute favorablemente en los costes, ni más ni menos, y es lo más interesante para las empresas”, señala por su parte Javier. Y añade: “En una sociedad en la que perseguimos perder el menor tiempo posible en alcanzar lo necesario, nuestro sistema de gestión de pedidos se ha convertido en algo muy ágil, funcional y práctico, que evita revisión de stock y condiciones en cada compra por parte de una delegación o punto de servicio de esa organización. Hay una amplia optimización en el proceso de compra y de recepción de material, y por lo tanto de recursos tanto económicos como de tiempo remarcables”.