Proyectar el futuro con madera
2 de enero de 2012
“La madera es un material que ha evolucionado mucho a lo largo de los últimos años y consideramos que no se han comunicado lo suficiente sus ventajas y características para que profesionales como los arquitectos, sepan valorar cuál es el producto idóneo para sus necesidades constructivas”, señalaba Alberto Castrillo a modo de introducción.
Partiendo de una evolución histórica, el gestor de Contract de Tafibra indicaba que fue a partir de los años 50 cuando se comenzó a obtener un mayor aprovechamiento de todos los elementos derivados de la madera, reduciendo progresivamente el porcentaje de los derivados que acababan como residuos. Con el auge de esta industria comenzaron a florecer nuevas empresas que posteriormente, sobre todo a finales de los años 90 y principios del nuevo siglo, iniciaron un proceso de concentración, hasta formar grandes grupos internacionales como es el caso de Sonae Industria. “Si se pusieran en fila todos los tableros que fabrica anualmente Sonae Industria, se cubrirían 2/3 de la distancia de la Tierra a la Luna”, indicaba Alberto Castrillo como presentación de este grupo empresarial que tiene como una de sus principales estrategias mostrarse en el mercado como una firma capaz de proporcionar aplicaciones decorativas innovadoras y atractivas para el proyectista.
Madera y sostenibilidad
Una de las principales ventajas de la madera frente a otros materiales, es que contribuye a la sostenibilidad del planeta desde su propio origen. A través del proceso de la fotosíntesis los bosques fijan el 25% de las emisiones de CO2 mundiales y hacen que la madera sea el único material natural cuya huella de carbono sea negativa, es decir fija más carbono que el que emite en sus diferentes usos. Además, esa fijación de CO2 se mantiene durante toda la vida de la madera, pudiéndose incluso emplear finalmente como biomasa, lo que permite ofrecer un valor contaminante muy inferior a combustibles fósiles.
Además, la madera es un material completamente reciclable que puede tener numerosos usos a lo largo de su vida: como viga, mueble, palet, astillas para tableros, etc., de tal forma que reduce la tala de árboles. Además, el seguimiento de políticas de reforestación cada vez más estrictas, contribuyen a esta conservación del entorno natural.
Derivados de la madera
Como indicaba Alberto Castrillo, para la elaboración de los tableros, la madera empleada puede tener diferentes orígenes: residuos forestales, materiales procedentes del denominado “bosque urbano” (palets, embalajes y otros elementos que habitualmente se tiraban en las ciudades)…
Para que esta materia prima se transforme en tablero se siguen tres fases: 1) preparación de las partículas de madera que van al producto final (trituración, secado, mezcla con aditivos, etc.); 2) elaboración de la masa, pastel o manta, con el correspondiente prensado; y 3) acabado, que contempla, entre otros procesos, el lijado, corte o revestimiento del tablero.
Los tableros tienen, como mínimo, un 90% de madera y requieren tener un nivel de humedad justo para aprovechar todas sus propiedades.
Para el recubrimiento decorativo se suelen emplear diferentes técnicas, que dan lugar a diversos efectos estéticos. Se pueden recubrir los tableros con chapas de madera obtenidas por corte de madera por desenrollo, tangencialmente, radialmente o a la media vuelta radial. También se pueden emplear superficies melamínicas para aplicaciones en las que se necesita una mayor resistencia o las tradicionales técnicas de lacado de la madera. Cualquiera que sea el acabado decorativo elegido es importante destacar que los tableros salen ya terminados de la fábrica, lo que permite garantizar un montaje 'en seco' y una mayor flexibilidad y rapidez en la obra.
Posteriormente, hay que cantear el tablero para lo que igualmente existen numerosas alternativas, desde el barnizado al pintado, pasando por el empleo de cantos de aluminio, madera u otros materiales.
Variedad de gama
El derivado de madera más empleado es el aglomerado de partículas, que es además la alternativa más ecológica porque facilita un mayor reciclaje. Para la elaboración de estos aglomerados se emplean las partículas más gruesas en el centro de la estructura para dotarla de una mayor resistencia.
Como segundo derivado está el tablero de fibras de densidad media, más exigente en los materiales ya que requiere extraer la fibra de la madera disolviendo la lignina. Para su obtención se suelen emplear residuos forestales y el producto final resulta más homogéneo, con una superficie más suave, que puede ser lacada o tintada.
Y por último, está la solución del tablero de virutas orientadas, un tablero estructural que tiene su origen en EE UU, que presenta una resistencia a la flexión muy alta, una gran estabilidad dimensional y notables prestaciones mecánicas.
A la hora de seleccionar la alternativa que más se ajusta a un requerimiento concreto, el profesional debe tener en cuenta tres factores principalmente: el tipo de aplicación (uso general, estructural o de altas prestaciones), las condiciones ambientales en las que va a emplearse (seco, húmedo o exterior) y su reacción al fuego.
Fuente de emociones
Alberto Castrillo concluía su ponencia señalando que los derivados de la madera aúnan las ventajas de este material natural y los beneficios que proporciona el estar sometidos a un proceso industrializado, sobre todo a la hora de evitar sorpresas y saber cómo se va a comportar.
En resumen, estos derivados dan valor a los bosques, crean riqueza en las áreas rurales, son un almacén de CO2 durante toda su vida útil, requieren poca energía para su fabricación y transformación, suponen una buena solución acústica y proporcionan un gran aislamiento térmico.
El gestor de Contract de Tafibra, no quiso finalizar su intervención sin hacer mención a otro valor característico de la madera: su capacidad para emocionar. “Decorar supone proporcionar una sensación y la madera transmite, sin duda, valores muy positivos”, indicaba. Por ello las soluciones decorativas que proporciona este material son numerosas y muy variadas, en todo tipo de aplicaciones: falsos techos, pavimentos flotantes, pavimentos técnicos, mamparas divisorias, cabinas sanitarias, etc.
Tafibra es la marca comercial en la Península Ibérica del Grupo Sonae Industria, multinacional de capital portugués y una de las mayores empresas de producción de tableros y otros productos derivados de la madera a nivel mundial. Con plantas industriales en siete países, Portugal, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá y África del Sur, la empresa tiene un total de 28 unidades industriales y cuenta con cerca de 5.000 colaboradores.
En 2010, el volumen de negocios consolidado de Sonae Industria fue de 1.293 millones de euros lo que representa un crecimiento del 6% respecto al mismo periodo del año 2009.
En España, la gama de productos de Tafibra incluye aglomerado de partículas de madera, aglomerado de fibras de madera (MDF), OSB (Oriented Strand Board), tableros melamínicos, laminados decorativos y suelos flotantes, entre otros. Estos materiales son utilizados en los sectores de producción de mobiliario, de decoración de interiores, de construcción y del embalaje.