Se trata del proyecto Biopur para la industria del mueble
Un estudio desarrolla bacterias para biodegradar los residuos de espumas de poliuretano
Por otro lado, AIDIMME ha desarrollado, además, otro procedimiento propio mediante el que se han determinado especies bacterianas que pueden realizar funciones poliuretanolíticas similares.
Espumas, el quinto residuo plástico en la tierra
Estos avances se reflejan en los resultados previos a la finalización de esta ambiciosa iniciativa, que permitiría evitar la acumulación de restos de espumas en espera de su reutilización. El estudio se ha iniciado con un exhaustivo análisis de imagen, donde se ha podido observar el impacto de las bacterias seleccionadas sobre las espumas de poliuretano.
Las imágenes por SEM muestran claramente la diferencia entre las espumas de control, incubadas bajo las mismas condiciones, y las espumas de estudio inoculadas con diferentes inóculos bacterianos.
El cracking observado en las espumas inoculadas indica la capacidad poliuretanolítica de este consorcio bacteriano. A través de la incubación de unas de las bacterias aisladas en los laboratorios de AIDIMME, con potencial poliuretanolítico, también se han llevado a cabo los mismos análisis de imagen. Así que los resultados muestran la aparición de grietas en las zonas en la que quedan ancladas las células bacterianas
En cuanto a los valores de biodegradabilidad, las espumas alcanzan un valor aproximado al IMPRANIL (Covestro S.L./ IMCD Iberia), compuesto de PU reconocido como biodegradable.
Este efecto se consigue a través de un pretratamiento y fundamentalmente, gracias a la inoculación de un consorcio bacteriano definido por determinadas especies bacterianas pertenecientes mayoritariamente a los géneros Sphingobium spp., Terrimicrobium spp., Moehibacter spp. y Truepera spp.
Del análisis de espectroscopia infrarroja (FTIR) realizado en las espumas de poliuretano, tras ser sometidas al tratamiento de degradación biológica, se han evidenciado importantes cambios en los grupos funcionales que lo conforman.
La mayor o menor intensidad registrada de los grupos funcionales identificados, mediante la técnica FTIR, demuestran la actividad de los microorganismos (procedentes de la EDAR: Quart-Benageber) en presencia de las espumas de poliuretano como única fuente de alimento.
La biodegradación tuvo lugar principalmente por la rotura del grupo carbonilo del enlace éster del uretano, que une el poliol (segmento blando) con el isocianato (segmento duro), y la consiguiente generación de subproductos como potencial fuente de carbono y nitrógeno, más accesibles y aprovechables por los microorganismos.
El avance de resultados de la iniciativa Biopur permite aventurar el inicio de un proceso de mejora para la biodegradación de las espumas, uno de los mayores problemas sobre el impacto medioambiental por su longevidad y volumen, al ser extensamente empleadas en tapicería de uso privado y público, como sillas, sofás, colchones, asientos de coches, aviones, autobuses, barcos, entre otros múltiples objetos y destinos.