Cada millón de toneladas de madera que sustituya al petróleo genera 4.000 nuevos trabajos
2 de diciembre de 2010
Las conclusiones del grupo de trabajo de biomasa en Conama 2010 giraron en torno a tres términos, siempre en la defensa y la necesidad de su utilización: criterios de obligación, de precio y de interés nacional. La obligación se refiere a que España deberá asumir diversos compromisos energéticos para el año 2020. Por un lado, el 20% de su producción energética deberá proceder de energías renovables. Por el otro, habrá que reducir un 10% las emisiones de CO2 en los sectores no sujetos a la compra de derechos de emisión (doméstico, institucional, transporte, agrario y ganadero, y residuos), todo ello por mandato de directivas europeas. En este aspecto el grupo ha defendido el valor ambiental de la biomasa forestal puesto que no produce emisiones netas de CO2.
Hablando de interés nacional, las conclusiones extraídas en Conama 2010 se refieren sobre todo a cuestiones como el empleo. Según los expertos en biomasa forestal, producir la misma energía con biomasa o con petróleo supone un 25% menos de inversión para la biomasa y crea de 5 a 10 puestos de trabajo permanentes. Otro dato significativo en comparación con el petróleo es que con un millón de toneladas de madera que sustituyan al petróleo se genera 4.000 nuevos puestos de trabajo. De ellos uno es en la planta generadora y tres en la gestión y obtención del recurso en el monte.
Además, la biomasa es un recurso propio, no de importación, y además de la madera se encuentran también los cultivos energéticos agrícolas: cáscara de almendra, avellana y hueso de aceituna, entre otros.
A pesar de todo estos puntos a favor, el sector reconoce una serie de problemas a su desarrollo comercial. El principal es que la mayor parte de la superficie forestal de España se encuentra en manos privadas y en muchos casos son pequeñas propiedades, lo que dificulta la gestión. Además, aunque la producción energética es barata, su tecnología es cara y se requiere una diferente para cada tipo de biomasa. Aunque quizás el punto que pone más freno a este mercado es el desconocimiento general existente en el ámbito doméstico y la escasa promoción de las astillas y los pellets. Por ello, el sector reclama los apoyos políticos y económicos necesarios para la constitución de un mercado que desarrolle la biomasa. Se considera también que el desarrollo de cultivos energéticos apoyará en gran medida al sector agrícola y rural, pero se necesita un mayor conocimiento así como garantías de sostenibilidad por parte de las Administraciones.