Otro año positivo para la tecnología italiana de la industria de la madera y el mueble
2022 se cierra con otro resultado positivo para el sector italiano de la maquinaria, equipos y herramientas para la industria de la madera y el mueble. Según los datos recogidos por el gabinete de estudios de Acimall, la asociación miembro de Confindustria que representa a las empresas del sector, la producción total alcanzó un valor de 2.646 millones de euros, un 4,6% más que el récord anterior de 2021.
La tendencia de la exportación fue sustancialmente estable, ascendiendo a 1.757 millones de euros (más del 1% respecto a 2021), con unas ventas en el mercado nacional de 889 millones de euros, nada menos que un 12,1% por encima del excelente resultado del año pasado, marcando un nuevo récord también para estas categorías.
Las importaciones también aumentaron (257 millones de euros, más un 5,3% respecto a 2021), llevando la balanza comercial a un resultado positivo de 1.500 millones de euros, más o menos el mismo valor que en 2021, con un aumento del 0,2%.
El consumo aparente en Italia ascendió a 1.146 millones de euros, un 10,8% más que el año pasado.
Las cifras son claras: en 2022, las empresas del sector han repetido los exitosos resultados de los dos últimos años, aunque con una tasa de crecimiento ligeramente inferior. En realidad, habría sido imposible hacerlo mejor, porque -como se menciona a menudo- el término de comparación es el año récord 2021, y porque en 2022 los efectos de la pandemia se vieron agravados por una situación muy compleja, la invasión rusa en Ucrania, la subida vertiginosa de los precios de la energía, el cierre de muchos mercados y la dificultad persistente para aprovisionarse de componentes y materias primas.
Estos elementos tuvieron un mayor impacto en el último trimestre de 2022, con resultados que afectaron negativamente al balance de final de año.
Sin embargo, las “empresas clientes” italianas mantuvieron un flujo de inversión sostenido, apoyado por los fuertes incentivos de las autoridades centrales, que les ayudaron a renovar su parque de equipos.
En estos momentos, es más difícil que nunca hacer previsiones para 2023: los conocidos retos mundiales, la situación económica general que no parece apoyar el gasto familiar ni la concesión de nuevas hipotecas para la compra o renovación de viviendas, y la fuerte renovación tecnológica llevada a cabo por las empresas en los últimos años, sugieren sin duda un optimismo prudente, que podría traducirse en una confirmación sustancial de los niveles alcanzados este año.