Con el frío, muchas especies plaga se trasladan al calor y cobijo de viviendas y locales, con el riesgo que esto conlleva
Las plagas no son sólo para el verano
Si bien la época estival constituye el punto álgido de presencia de plagas, la temporada de invierno no supone ni mucho menos una tregua. Las plagas de invierno más comunes son la de chinches de cama, termitas y ratas, que tienden a multiplicarse y expandirse con el trasiego de viajes propio de la Navidad. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) recomienda no bajar la guardia y permanecer alerta ante la posible presencia de posibles plagas también en esta época del año.
Si eres de las personas que piensan que con el frío se acabaron las plagas, estás muy equivocada. Y es que, además de que con el cambio climático la ventana de reproducción de las especies plaga se está ampliando cada vez más (cada vez son más largos los periodos de calor), en cuestión de plagas urbanas hay que tener en cuenta que éstas están muy asociadas a la actividad humana. Actividad que se desarrolla en espacios cerrados como locales, hoteles, restaurantes o viviendas privadas dotadas de calefacción y, en muchos casos, todas las comodidades que este tipo de especies necesitan. Además, por si fuera poco, su expansión está estrechamente ligada con los movimientos de personas, tan frecuente en estas fechas, de cara a las fechas navideñas.
Chinches de cama
Por eso, si estás planificando una escapada de otoño/invierno, ANECPLA recomienda no dejar de estar alerta ante la posible presencia de, por ejemplo, chinches de cama ya sea en el hotel, casa rural o alquiler vacacional elegido. “Las chinches de cama son una de las plagas más comunes durante todo el año”, explica el director general de la asociación, Jorge Galván. “Y son tan frecuentes que, a día de hoy, están consideradas como uno de los mayores problemas de salud pública. No se trata de que los espacios no estén bien limpios o higienizados. Hace tiempo que la presencia de chinches se dejó de relacionar con la suciedad. Es cuestión de estar alertas y actuar correctamente tan pronto se tenga constancia de su presencia”, recomienda.
Ningún alojamiento, por muchas estrellas que acumule, está libre de padecer la presencia de estos incómodos parásitos capaces, no sólo de chupar la sangre de sus hospedadores, sino que de acabar con la salud mental de quienes los padecen. Y es que, si bien hasta ahora se relacionaba su presencia con la suciedad y el abandono, ha quedado demostrado que la presencia de chinches no tiene nada que ver con estos factores, sino que su crecimiento exponencial, especialmente en las dos últimas décadas, está más relacionado con otras circunstancias mucho más generales. “La globalización, los mayores niveles de contaminación y el aumento de las temperaturas debido al cambio climático están detrás de este resurgimiento de las chinches, cuya población se calcula que se viene incrementando un 500% cada año durante los últimos años”, afirma asimismo Sergio Monge, presidente de ANECPLA.
Ratas
El director general de ANECPLA, Jorge Galván, recuerda que “con la prevención evitaremos la aparición de estos animales tan incómodos, con todo lo que implican. Pero además minimizaremos los costes, ya que no es lo mismo actuar frente a una plaga, que realizar labores de mantenimiento cuando la situación está estabilizada”. Asimismo, desde ANECPLA recuerdan la importancia de contratar los servicios de empresas especializadas inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Plaguicidas / Biocidas cuyo personal técnico esté capacitado oficialmente como especialista y que empleen una serie de productos en todo caso registrados y autorizados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Termitas
Las termitas son otras de las especies plaga que no cesan su actividad en invierno. Una plaga que vive y se alimenta de las estructuras de madera y que cuando se detecta, por lo general, ya suele ser demasiado tarde. Por ello desde ANECPLA insisten en la importancia de mantenerse alerta ante su presencia y realizar periódicos servicios de prevención y mantenimiento por cuanto que “cuando una plaga de termitas es detectada, ya es demasiado tarde”, afirman desde la asociación, y añaden: “el daño que van causando poco a poco estos insectos ni se oye ni se percibe, por eso cuando los síntomas de su actuación se convierten en evidentes es signo de que el daño causado es ya enorme y, en muchos casos, irreparable”.
El poder de destrucción de las termitas no tiene límites. En la actualidad, son multitud los edificios afectados en España por su capacidad destructiva, muchos de ellos tan relevantes e icónicos, y pertenecientes al Patrimonio Histórico del país, como es el caso de la Mezquita de Córdoba, la catedral de Barcelona o el emblemático monasterio de El Escorial en Madrid. La lista es larga y evidencia así un relevante problema que desde ANECPLA consideran imprescindible atajar de una vez por todas.
“Es fundamental realizar controles periódicos de todas aquellas instalaciones susceptibles de convertirse en foco de termitas”, advierte el director general de ANECPLA.