El papel de la biomasa forestal primaria en el nuevo PER 2011-2020
Asimismo, en lo referente a los cultivos energéticos, el estudio se centra, prioritariamente y de acuerdo a la acepción clásica de ‘selvicultura’, más en las masas leñeras tradicionales, cuya utilización principal es la energética, que en los cultivos intensivos de ciclo corto, sin por ello pretender ignorar la importancia que deben alcanzar los cultivos energéticos de especies forestales de ciclo corto a los que se les dedica un apartado específico.
Características de la biomasa forestal
La biomasa forestal, generalizando dentro de la amplia diversidad de productos que engloba, presenta varias características:
- Es un combustible gestionable. Puede utilizarse en el momento y en el lugar en que se demande energía.
- La biomasa forestal primaria no es un producto tóxico ni peligroso.
- Es un combustible de gran calidad química. Su combustión no produce en cantidad significativa elementos corrosivos, como es el caso del cloro para la biomasa herbácea, o tóxicos, como los productos de combustión de pinturas y colas en la biomasa recuperada o RSU. Sus emisiones son comparables con los combustibles fósiles de mejor calidad.
- Puede tener un % de humedad variable y en algunos casos elevado por lo que su capacidad calorífica puede ser menor que otras biomasas sólidas. Por ello, en muchos casos el método idóneo para gestionar la biomasa forestal es mediante empresas de servicios energéticos que suministren energía térmica en contador.
- En general sus costes de extracción son algo superiores que los precios actuales de otros combustibles biomásicos como la biomasa recuperada, paja, cáscaras, hueso, etc. Sin embargo su precio es muy inferior al de los combustibles fósiles habituales como gas natural o gasóleo.
- A diferencia de otras fuentes renovables como la solar o la eólica es un recurso de disponibilidad limitada.
Disponibilidad del recurso
Durante la vigencia del actual plan de energías renovables se han realizado varias estimaciones de biomasa forestal. Entre ellas probablemente la más completa ha sido la realizada por la antigua Dirección General para la Biodiversidad para la redacción de la ‘Estrategia Española para el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal residual’ en la que estima la biomasa forestal residual aprovechable en condiciones económicas, ecológicas y técnicas razonables en 6,6 millones de toneladas/año. Esta evaluación de recurso, además de incluir numerosos condicionantes ambientales y de explotación, parte del principio de aprovechar como biomasa forestal para usos energéticos únicamente la que no puede tener otros usos, con un planteamiento proteccionista de la industria del tablero al entender que esta industria aporta más valor añadido a la madera de trituración que su aprovechamiento energético.
No obstante, este principio se encuentra con una realidad diferente:
■ Las técnicas de aprovechamiento de biomasa ensayadas estos años indican que, en la mayoría de los casos, la alternativa económicamente más eficiente para la extracción de biomasa es la de árbol completo, lo que impide la separación durante el aprovechamiento entre madera de trituración y residuo valorizable energéticamente.
■ El aprovechamiento de los restos que quedan después de la saca de la madera aprovechable para trituración es muy caro, lo que en la práctica elimina el aprovechamiento de biomasa.
■ La industria del tablero no tiene capacidad para absorber buena parte de las necesidades de aprovechamiento de las masas forestales españolas. El incremento de recursos disponibles no se ha visto reflejado en un aumento de la producción industrial.
■ Amplias zonas de España se encuentran fuera del área de influencia de industrias forestales de entidad.
En estas condiciones, es el mercado en que debe regular, en función de criterios técnicos y económicos, qué montes se aprovechan preferentemente para la industria del tablero y qué montes van a tener un uso preferentemente energético. Cabe señalar que con la industria de aserrío no existe competencia por el producto. Es más, el desarrollo de la demanda de biomasa para uso energético puede provocar un aumento del precio de los subproductos de la industria de aserrado con el consiguiente beneficio para el sector.
Por otra parte, hay que tener en cuenta, a la hora de realizar la transformación a biomasa, que 1 m3 de madera en rollo recién cortada tiene una densidad muy próxima a 1 tm/m3 (algo inferior en pinos y chopos y algo superior en Quercus y eucaliptos) y una humedad en torno al 50%. Realmente los aprovechamientos de biomasa no se refieren únicamente a la madera en rollo sino que las condiciones lógicas de aprovechamiento serán de utilización del árbol completo (parte aérea). En estas condiciones, no resulta aventurado suponer que la extracción alcance el valor del 150% de la madera en rollo para los árboles, que en condiciones normales se van a emplear para biomasa.
La singularidad de la biomasa forestal española con respecto a la de los países que han desarrollado un intenso aprovechamiento de la biomasa forestal, Austria, Finlandia o Suecia, radica en la abundancia de biomasa que puede obtenerse del aprovechamiento del árbol completo y las mejores condiciones climáticas que permiten manejar astilla con porcentajes de humedad relativamente bajos.
Estos países que disponen de recursos forestales con árboles adecuados para producir madera de aserrío de alta calidad destinan a biomasa subproductos del proceso principal. Las astillas que podemos obtener en España de encinas, robles, pinos o eucaliptos pueden ser de mejor calidad que las de nuestros referentes europeos.
Biomasa en el PER 2005-2010
El 26 de agosto de 2005 fue aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros el Plan de Energías Renovables para el periodo 2005-2010. Las previsiones de esta normativa estimaban en un 12,1% el consumo de energía primaria que sería abastecido en el año 2010 por las energías renovables. El Plan de Fomento de las Energías Renovables 2005-2010 en España asignó a la biomasa un papel preponderante para la consecución de este objetivo del 1 2 % de consumo de energía primaria con fuentes renovables.
El Plan diferenciaba los objetivos entre la destinada a la generación de electricidad y la de usos térmicos. En cuanto a la primera, el objetivo de crecimiento en el periodo del Plan de Energías Renovables se sitúa en 1.695 MW, para lo que se contaba con la puesta en marcha de un programa de co-combustión, un incremento de la retribución a la electricidad generada y la potenciación de la Comisión Interministerial de la Biomasa, con la pretensión de que dinamizara el mercado potencial. En cuanto a la biomasa térmica, el objetivo de incremento hasta el fin del periodo ascendía a 583 ktep, para lo que se mejoraría la logística del suministro y se contaría con una nueva línea de apoyo a la inversión, a fondo perdido, propuesta en el Plan.
El Balance Energético del IDAE del año 2008 destaca que las energías renovables aportaron en este año 2008 el 7,6% del consumo de energía primaria en España. El aumento de a producción de energías renovables ha permitido elevar el grado de autoabastecimiento energético en 2008 hasta el 21,6%, desde el 20,9% del año anterior.
Sin embargo, mientras en varias áreas renovables, eólica y solar fotovoltaica, se han superado los objetivos o están a punto de hacerlo, en biomasa el desarrollo ha sido muy escaso. En el sector eléctrico a finales de 2008 existen con inscripción definitiva 424 MW de potencia instalados en plantas de biomasa sólida. El objetivo señalado a alcanzar en 2010 para estos grupos según está fijado en el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, es de 1 370 MW, por lo que actualmente nos encontramos al 32% del cumplimiento de ese objetivo. De esa potencia la mayoría se corresponde con biomasa agrícola o de industria forestal.
La producción de pellets para su uso como biomasa se ha multiplicado por 10 en los últimos tres años, pero la mayor parte de la producción se exporta por la ausencia de demanda nacional. Del mismo modo biomasas más humildes como el hueso de aceituna o el orujillo también se exportan en cantidades importantes.
Actualmente se aprecia un auge de las empresas de servicios energéticos para las instalaciones domésticas pero está por definir el mercado. Ha causado cierto desánimo en el sector forestal la falta de desarrollo de proyectos muy publicitados de producción eléctrica en turbina de vapor, gasificación o co-combustión con carbón.
Biomasa en el PER 2011-2020: propuestas de actuación
Existen una serie de desequilibrios en el mercado de la madera motivados por razones históricas y de mercado. De hecho, es comúnmente aceptado que, si bien los montes directamente dependientes de la administración y aquellos particulares de elevada productividad son gestionados, no ocurre lo mismo con amplias extensiones de montes particulares. De igual forma, amplias superficies de gestión pública del sur y este de la península han optado por la no gestión, dada la imposibilidad de financiar los aprovechamientos por la baja calidad maderera de las masas de pinos mediterráneos.
· Movilización de aprovechamientos en superficies de gestión pública
En general la propiedad forestal de gestión pública abarca las fincas de mayor dimensión, en las que es relativamente sencilla una gestión forestal planificada y sostenible. No podemos hacer un análisis de las expectativas de aprovechamiento de estas masas sin hacer referencia al Decreto 661/07 (y a las aclaraciones expresadas en la contestación a la consulta de APPA de 10 de julio de 2008) en el que se fijan diferentes primas a biomasa forestal primaria, en función de la consideración de residuo o cultivo de dicho material y las condiciones de esta catalogación. Sin embargo, la postura de Aemfo contraria a esta división. Consideramos que la distorsión de mercado que provoca que, por tener menor prima lo que el Decreto considera residuos forestales se quede en el monte, mientras se destinan otras tierras a cultivos energéticos, es ecológica y económicamente ineficiente. No obstante, aceptando la existencia de esta clasificación, las implicaciones en la gestión forestal pueden ser importantes y positivas. De hecho, durante los últimos años hemos asistido a un desencuentro entre las demandas de los promotores de instalaciones de producción eléctrica y el sector forestal. Los primeros solicitando contratos de suministro con operadores fiables a largo plazo y bajo precio que les permitieran apalancar las inversiones y los segundos alegando imposibilidad de firmar dichos contratos.
Pero son precisamente las superficies de gestión pública las que pueden garantizar esos contratos en cantidad suficiente.
· Movilización de aprovechamientos en superficies de propiedad particular
Las masas de quercíneas: encinas, quejigos, rebollos, alcornoques..., que tradicionalmente se han dedicado a suministrar energía a los hogares y las industrias, son mayoritariamente de propiedad particular. Una parte de la superficie se concentra en grandes fincas, en muchos casos resultado de la desamortización, otra parte importante de superficie está repartida en multitud de pequeñas fincas mayoritariamente no gestionadas. La biomasa que se puede obtener de estas superficies es de primera calidad.
La movilización de esta biomasa debe ser un objetivo prioritario de gestión forestal.
· Cultivos energéticos de ciclo corto
En los apartados anteriores hemos hablado, desde el planteamiento clásico de selvicultura, del aprovechamiento de las masas forestales existentes. Entendemos que, conceptualmente, antes de destinar nuevas tierras a cultivos energéticos es necesario utilizar racionalmente los recursos existentes. No obstante los cultivos energéticos de ciclo corto pueden tener un importante papel como superficie garante de combustible a las centrales eléctricas cultivando áreas próximas a las centrales optimizando, por tanto, los costes de transporte y creando una economía en el entorno de la central.
Por otra parte, entendemos que la utilización de especies como el chopo, sauce, eucalipto, paulonia u otras debe ceñirse a aquellas áreas donde la elevada producción justifique su cultivo, en general en Galicia, la cornisa cantábrica y en zonas de regadío.
Además, la utilización de especies como las citadas en zonas de baja producción ha sido fuertemente contestada en el pasado y no entendemos que esas situaciones puedan repetirse.
Finalmente, para la implantación de cultivos energéticos de ciclo corto en tierras de regadío se detecta como barrera, de alguna manera, la irreversibilidad del cambio de un cultivo agrario a un cultivo forestal. Muchos propietarios de tierras de regadío que cultivan remolacha, maíz, tomate, etc cultivos con serios problemas actualmente, pueden ver con buenos ojos la plantación de cultivos energéticos leñosos.
· Mercados existentes y potenciales para la biomasa
La biomasa en conjunto es la principal energía renovable gestionable por lo que su papel en la producción eléctrica debe ser la sustitución o complementación de los combustibles fósiles como el gas o el carbón.
La producción eléctrica con biomasa en instalaciones específicas tiene una eficiencia en torno al 21,4% (según ejemplos del PER 2005-2010); en comparación con la generación eléctrica con gas en ciclo combinado. Respecto a la producción térmica con biomasa, ésta tiene un rendimiento global en torno al 80% (PER), sólo ligeramente inferior a calderas de gas natural de condensación.
Sin embargo, en España se fomenta la producción eléctrica con biomasa y hacemos los edificios para calentarlos con gas natural, lo que supone una clara ineficiencia energética como país.
La incorporación de la biomasa a las demandas térmicas industriales y sobre todo urbanas requiere un cambio de modelo de suministro de climatización, en el que pasamos de utilizar combustibles importados caros en instalaciones sencillas a utilizar combustibles más baratos en instalaciones más sofisticadas y con mayores gastos de gestión. En la práctica costes similares pero con mayor eficiencia energética y mayor generación de empleo de cierto nivel técnico y alta estabilidad profesional.
Buena parte de la biomasa forestal es, deforma aislada o combinada con otras biomasas lignocelulósicas, la más adecuada por las características indicadas en un punto anterior, fundamentalmente mejores características químicas y mayor coste para satisfacer demandas térmicas.
De hecho, los objetivos definidos en la nueva directiva de renovables 2009/28/CE 20% de energía final procedente de fuentes renovables en 2020 para España, suponen un cambio de enfoque sobre la legislación anterior que hacia referencia a la energía primaria. Con este nuevo enfoque la biomasa contribuye mucho mejor a los objetivos españoles en usos preferentemente térmicos.
En conclusión, la disponibilidad de biomasa forestal primaria en los montes españoles para destinos energéticos es muy alta. Se puede estimar en más de 10 millones de toneladas, con el 25% de humedad, las necesarias para mantener un nivel de gestión silvícola razonable, totalmente compatible con la mejora de nuestras masas.
Asimismo, la utilización de esta biomasa se autofinancia en precios de 15-20 /MWh generando aproximadamente 10.000 puestos de trabajo directos en monte. Alcanzar este nivel de utilización requiere fomentar los usos térmicos y eléctricos. Además, los usos térmicos no han tenido ningún tipo de apoyo significativo durante el actual PER siendo la biomasa especialmente eficiente en estas utilizaciones. El enfoque de contabilización de energía final de la nueva Directiva de Renovables obliga a España a realizar un especial esfuerzo en utilizar la biomasa para usos térmicos.
Por otra parte, para utilizar la biomasa disponible en España es necesario fomentar también la utilización eléctrica. Y el uso eléctrico de la biomasa puede facilitarse incrementando las plantaciones forestales de ciclo corto.
Finalmente, utilizar biomasa forestal primaria, en comparación con cualquier combustible fósil, genera más empleo, aumenta la recaudación en cotizaciones y tributaria, disminuye el déficit exterior y puede suministrar energía al cliente final a precios inferiores.