La Asociación de Forestalistas de Bizkaia celebra su Asamblea General este domingo
12 de junio de 2009
La Asociación de Forestalistas de Bizkaia-Bizkaiko Basogintza Elkartea va a celebrar el próximo domingo 14 de junio su Asamblea General Anual, que tendrá lugar en los locales de la Escuela Agraria de Derio a partir de las 11:00 horas. La reunión servirá para revisar la actividad de la Asociación a lo largo del último año, aprobar cuentas y presupuestos, y establecer los objetivos de cara al nuevo ejercicio, que estará fuertemente influenciado por la crisis económica.
La entidad vizcaína, que agrupa a un colectivo de 2.900 propietarios y más de 38.000 hectáreas de superficie forestal y está integrada en la Confederación de Forestalistas del País Vasco, explicará en esta asamblea las medidas que estudia para afrontar el duro deterioro del mercado de la madera, generado por la confluencia de la crisis económica y el ciclón Klaus.
Por un lado, el sector se ha convertido en una de las víctimas directas del hundimiento de la actividad en la construcción, la fabricación de muebles y embalajes, los pilares de su demanda; y por otro, el paso por el norte de la península ibérica y el sur de Francia del ciclón Klaus ha generado la sobreacumulación de madera (derribada por el temporal) y la coincidencia con el mercado en ratios de mínimos consumo, con el agravante de que la madera gala sí contará con enormes ayudas para introducirla en los deteriorados mercados.
En este sentido, la Asociación de Forestalistas de Bizkaia reivindica la necesidad de articular medidas de apoyo para paliar esta aplastante competencia de los 40 millones de metros cúbicos de madera derribadas en Aquitania (en la CAV se producía una media de 1,5 millones de metros cúbicos al año), que contarán con 800 millones de euros de ayudas del gobierno francés, cofinanciadas por la Comisión Europea y devaluará al límite el valor de nuestro ya reducido mercado de madera.
Además, la Asociación subraya que el apoyo al sector supone una clara inversión y apuesta por la sostenibilidad, tanto de la gestión del 55% de nuestro territorio, como por el material más ecológico en términos de renovabilidad y mínimos consumos energéticos; una actividad que, aunque en estos momentos atraviesa una difícil situación, tiene un claro interés estratégico futuro.