ISC 2020 analiza el impacto del COVID-19 en el mercado mundial de madera de coníferas
El pasado 8 de octubre de 2020 se celebró (por primera vez online) la 68 edición de la Conferencia Internacional de Coníferas (ISC 2020). Ni siquiera la pandemia del COVID-19 ha podido frenar a los productores e importadores de madera de coníferas de la organización de su reunión anual. La conferencia, como viene siendo habitual, fue organizada por la Organización Europea de Industrias del Aserrío (EOS) y la Federación Europea de Comercio de Madera (ETTF), y contó con la participación de la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera (Aeim).
Los ponentes de este año han tenido que hacer frente a un desafío adicional muy complicado ya que uno de los principales objetivos de los organizadores de la conferencia de este año era proporcionar una visión de futuro que anticipe cuáles son las consecuencias a corto y largo plazo de la pandemia de la COVID-19 sobre el mercado mundial de coníferas, desde la perspectiva de los productores y comerciantes.
La evolución de la producción y el consumo de maderas de coníferas indica que en 2020 se va a producir un declive general en Europa. Sin embargo, se prevé que sea inferior a la caída del PIB en los distintos países. Esto pone de manifiesto el hecho de que los mercados de madera resinosa se han mostrado en general resistentes. La previsión para para 2021 es de recuperación moderada, si bien la incertidumbre es muy alta.
Morten Bergsten, vicepresidente de la ETTF y Sampsa Auvinen, presidente de EOS, transmitieron mensajes similares en sus presentaciones desde sus respectivos puntos de vista de usuario y productor. En general, enfatizaron que la crisis de la COVID-19 está teniendo un impacto muy diverso en el sector. En algunos de los países europeos, especialmente en Alemania y Escandinavia, el mercado de la construcción se ha mantenido a un ritmo relativamente bueno. Esto ha tenido un efecto positivo en la industria de los aserraderos.
En otros países, como Reino Unido y el sur de Europa, donde la primera ola del virus fue más fuerte y los confinamientos más estrictos, los mercados de la construcción y la economía en general, se vieron mucho más afectados, lo que también tuvo un efecto negativo en mercado de madera de coníferas.
El panorama es muy variado también en lo que respecta al impacto del virus en los distintos subsectores. Dado que la gente ha tenido que pasar más tiempo en sus casas, el bricolaje ha funcionado muy bien y la renovación en general se ha mantenido. En la mayoría de los países, por otro lado, el sector del mueble se ha visto particularmente afectado por la crisis.
Durante la conferencia se destacó varias veces que, en el futuro, los mercados de la construcción serán clave. En general, esta actividad ha ido mejor de lo esperado en algunas zonas de Europa, si bien algunos países destacaron que esto se debió principalmente a la finalización de proyectos existentes. No obstante, habrá que ver lo que pasará con los nuevos proyectos en caso de que disminuyan las inversiones. Un motivo importante para ser optimistas es el creciente reconocimiento del potencial que tiene la madera para mitigar el cambio climático y el aumento de la cuota de mercado de la madera como material de construcción, como resaltó Auvinen en su presentación.
Bergsten mencionó que la presidenta de la Comisión Europea ha declarado recientemente en su discurso sobre el estado de la Unión que usar más madera en el sector de la construcción tiene beneficios ambientales. También se enfatizó que la crisis del coronavirus, dependiendo también de su duración, aún impredecible, podría tener efectos estructurales en la economía. Ya que la gente va a pasar menos tiempo en la oficina y más en casa, lo que podría tener consecuencias, también en el mercado de la madera de coníferas.
La mayoría de los ponentes de la conferencia de distintos países a nivel mundial se hicieron eco de las tendencias mencionadas anteriormente.
Incluso en América del Norte, el mercado del bricolaje está resultando positivo. Se aprecia una clara tendencia de las personas en general a dejar las ciudades para tener una casa unifamiliar más grande (que comparativamente tiene más madera) a las afueras de las ciudades o en zonas rurales.
Las exportaciones europeas a Estados Unidos han alcanzado niveles récord en lo que va de año. En Asia, cabe destacar que China después de un difícil primer trimestre, se ha recuperado más rápido de lo que esperaban la mayoría de los analistas, y las exportaciones de madera aserrada de coníferas desde Europa a este país están siendo positivas. Japón sigue siendo un mercado estable y los próximos Juegos Olímpicos impulsarán el consumo de madera.
La perspectiva a corto plazo para el área MENA (Middle East, North Africa) es difícil de prever, pero a largo plazo, la población joven y un panorama político más estable son un buen augurio para el consumo de madera de coníferas.
Un desafío continuo para el sector, que probablemente se prolongará más que la crisis del coronavirus, sigue siendo la plaga del ‘bark beetle’ (escarabajo del abeto) que incluso este verano han devastado muchas áreas de Europa Central, dañando grandes cantidades de troncos, en particular abeto. La cantidad de troncos dañados en Europa Central se estima en 120 millones de metros cúbicos solo en 2020, tanto como el año pasado. Durante la conferencia, se hizo una comparación entre la plaga europea del escarabajo de la corteza y la plaga que afectó a la Columbia Británica, y se demostró que tales plagas, provocadas por el clima tuvieron y tendrán efectos importantes en los precios de las materias primas.
En resumen, es probable que los principales problemas del sector de cara al futuro vengan más por el lado de la oferta que por el lado de la demanda.
La próxima edición de la Conferencia Internacional de Coníferas tendrá lugar en Helsinki del 14 al 15 de octubre de 2021.