La crisis, la ‘Sociedad del Reciclado’ y el sector de la recuperación de madera
La Asociación Española de Recuperadores de Madera, Aserma, denuncia desde su creación estas cuestiones: por un lado que el productor es el responsable de la correcta gestión de sus residuos (pudiendo hacerlo él directamente o encargándoselo a una empresa especializada) y el establecimiento de los mecanismos que sean necesarios para la no entrada de madera en los vertederos. Por supuesto tampoco deberían ejecutarse acciones irresponsables como la quema de materiales ni el abandono sin más. También existen empresas ilegales que no compiten en igualdad de condiciones que los gestores autorizados por las Comunidades Autónomas, ya que no tienen que hacer frente a las mismas responsabilidades y pueden dar un coste por servicio más atractivo dado su carácter fraudulento.
El gestor de residuos ofrece y da un servicio a una empresa, por el cual pasa a ser responsable del material buscándole una salida óptima. Hace años en esta relación, el gestor podía no cobrar la entrada del material, ya que con el coste de salida cubría el servicio y obtenía un beneficio, pero en los últimos tiempos esto ha cambiado, ya que los precios de la madera recuperada han bajado paulatinamente en 10 años, los costes de gestión subieron (transporte, mantenimiento de maquinaria, inversión en equipos para buscar más calidad, granulometría, etc.) y esto llevó a repercutir en parte los mismos al productor de residuos, responsable de los mismos.
No todas las empresas gestoras pudieron repartir los costes entre productor y cliente ya que la tasa de vertedero en muchas Comunidades Autónomas es tan baja que tirarlos era más fácil y económico. Estas conductas son sancionables tanto para la empresa productora como para la Administración encargada del vertedero. En 2007 las empresas asociadas a Aserma gestionaron casi 750.000 toneladas de madera y estimamos que si no existieran estos problemas esta cifra aumentaría entre un 30 y un 70% más.
Actualmente esta problemática se ha visto agravada por la crisis general actual y en concreto por la crisis de la industria de la madera y el mueble español. La madera gestionada por las empresas ha bajado considerablemente: el porcentaje estaría entre el 40 y 50% menos de madera gestionada. A su vez, el problema del vertedero persiste.
En 2008 las empresas gestoras de residuos y/o subproductos de madera tenían gran excedente de madera preparada para su salida y también para gestionar, lo que llevó a que las plantas estuviesen llenas. Esto se tradujo en una nueva bajada del precio de la madera recuperada. Pero a su vez, se debía seguir con la entrada de madera vendiendo el producto a un bajo precio.
Este año 2009 algunos productores de residuos, ya en general reacios de por sí a asumir el coste de su responsabilidad en cuanto a residuos, no pueden hacer frente al coste y a pesar de que hay menos entrada de madera en las plantas de los gestores no ha aumentado el precio de salida. Esto hace que las empresas recuperadoras de madera asuman riesgos, tanto de entrada como de salida, para equilibrar la balanza.
Ocurre igual con las empresas que gestionan ecoparques o puntos limpios, de los cuales son responsables las entidades locales. Éstos están destinados a los particulares, familias que llevan allí sus enseres y distintos residuos no sólo de madera sino también de otros materiales.
Evidentemente la actividad del recuperador de residuos es un servicio a particulares, empresas y administraciones pero como toda empresa busca un beneficio que actualmente no sólo no encuentran, sino que se ven en serias dificultades para mantenerse, dándose pérdida de puestos de trabajo y cierres temporales o definitivos de empresas. Nadie quiere ver residuos, pero tampoco nadie quiere costear su gestión o queriendo éste no puede asumirse. A eso se unen los últimos temporales que han provocado una crisis forestal, que afectará de forma directa al sector de la recuperación de madera y de nuevo, al precio de la madera.
Si se quiere avanzar hacia la ‘Sociedad del Reciclado’ no se debe dejar de lado a empresas que llevan años trabajando, dando un servicio a la sociedad y convirtiendo un problema medioambiental en una oportunidad sostenible.