La madera. Construyendo vanguardia
Ecología y Sostenibilidad
En Europa central, Austria incluida, la madera siempre tuvo una relevancia clara en todos los aspectos de la vida.
La prensa para hacer vino, el molino de agua, de viento, carracas para ahuyentar a las aves, jarras y barricas de cerveza, muebles, barcos, carros, puentes levadizos, grandes edificios o puentes que cubrían impensables luces, todo se podía hacer y hacía con madera. Ello ha producido a lo largo de los siglos un profundo conocimiento del material en toda la cadena de valor del mismo, desde la selección del árbol en el bosque, hasta la selección de la especie más adecuada para la aplicación más específica y especializada. La llegada de la era de la tecnología no sólo no ha supuesto una merma de esta tradición sino que viene a reforzarla.
Los nuevos avances de la ciencia y la tecnología, han hecho que estemos viviendo una auténtica revolución técnica que abre nuevas y prometedoras perspectivas de aplicación para los productos derivados de la madera en la construcción.
Probablemente no exista ninguna industria más ecológica y sostenible que una industria responsable, controlada y certificada como lo es la industria austriaca de la madera. La madera es la principal materia prima que se autoregenera y que es por tanto inagotable dentro de un escenario de producción y consumo controlado. Por ello, una gestión adecuada de los recursos forestales así como el máximo aprovechamiento de estos, es de la máxima importancia. Según el último estudio de la FAO, (Organismo de las Naciones Unidas) los bosques centroeuropeos aumentan continuamente en superficie pese al aumento de la producción de productos derivados de la madera, lo cual revela el enorme grado de aprovechamiento que se alcanza en esta modernísima industria.
El consumo de madera certificada forestalmente, no solo no supone una amenaza para nuestras superficies boscosas, sino que supone una garantía de que estas van a seguir creciendo con la máxima calidad de mantenimiento.
Del bosque al hogar
Cada segundo crece en Austria aproximadamente 1m³ de madera: la materia prima madera constituye un verdadero bien patrimonial con un enorme potencial para el futuro. Cada año crecen en Austria unos 30 millones de metros cúbicos de madera. Dos terceras partes de esta madera son taladas, mientras que una tercera parte permanece en el bosque y va incrementando las reservas de madera. En Austria hay 3,9 millones de hectáreas de bosque, lo que representa el 47 por ciento de la superficie total.
Los bosques proporcionan 1.000 millones de metros cúbicos de madera. Austria es líder europeo en cuanto a reservas de madera por hectárea de superficie forestal frente a los principales productores y mercados de la UE. Un 25 por ciento de los bosques austriacos pueden calificarse como bosques naturales. Un 41 por ciento muestran una moderada modificación comparado a un bosque natural. Ello significa que dos terceras partes de los bosques austriacos corresponden a la categoría de un ecosistema íntegro.
A través de la certificación de los bosques según PEFC, este porcentaje todavía aumentará considerablemente en los próximos años. La industria forestal y maderera es de las que más puestos de trabajo genera en Austria. Se presenta como ramo con la más moderna tecnología, los métodos de fabricación más recientes y un know-how altamente especializado. Unas 250.000 personas viven en Austria del aprovechamiento de los bosques y de la madera.
La tecnología de la madera
La madera es un material natural con un fuerte carácter heterogéneo y anisótropo.
Al igual que no existen dos personas iguales, no hay dos árboles idénticos. Por ello, es fácil comprender que no existan dos piezas de madera idénticas. Aun más compleja se vuelve la comparación si la hacemos extensiva a las diferentes especies de madera, desde la ligerísima madera de Balsa hasta el pesado ébano. La variabilidad es absoluta, por ello, comprender la composición de los diferentes tipos de madera y sus virtudes y defectos a nivel estadístico, es funda mental.
Solo conociendo perfectamente el material, podemos modificarlo y adaptarlo a nuestras necesidades. La revolución tecnológica que ha vivido la madera en las últimas décadas ha sido posible gracias a cuatro pilares principales:
- La investigación científica del material
- El desarrollo técnico de los productos
- La sistematización e industrialización de la producción
- El control de calidad.
Investigación
El primer paso hacia el control de las características de un material para su aprovechamiento máximo es conocer su naturaleza intrínseca. De esto se encargan los diversos apartados de la ciencia. Así, todo el proceso se estudia y analiza, desde los procedimientos de reforestación, de cuidado, de tala del bosque, hasta el comportamiento en la escala microscópica de la madera en el cepillado, secado, encolado, etc. De ahí obtenemos datos fundamentales como resistencia, durabilidad, comportamiento en el secado, comportamiento ante el fuego, etc., para cada especie y región. Esta información aportada por el científico es fundamental para que el tecnólogo haga su parte del trabajo, desarrollo de aplicaciones tecnológicas.
Desarrollo Tecnológico
En base a los conocimientos aportados por la ciencia, es posible plantear estrategias que lleven a una nueva aplicación tecnológica, que resuelva problemas concretos. Así, se desarrollan nuevas estrategias de lijado o cepillado más efectivas, aserrado más rápido, secados, tratamientos, etc., que permiten que la producción industrial gane en calidad y rendimiento, y que nazcan infinidad de nuevos productos derivados de la madera que abren nuevos horizontes en la construcción y demás industrias.
Exportación
La cifra de exportaciones es cercana al 75 por ciento, siendo los ámbitos más importantes los de madera aserrada de coníferas, materiales de madera (tableros) y esquíes. Con un 76,1 por ciento, la Unión Europea es el comprador más importante de productos de madera austriacos. Se exporta principalmente a Italia y Alemania.