¿Por qué mueren las empresas familiares?
Lamentablemente, el sector de la ferretería no se salva de estas elevadas cifras de mortalidad empresarial que muestran una acusada dificultad para conseguir la continuidad de los negocios familiares. Las principales razones que lo explican son la falta de planificación del relevo generacional, los problemas vinculados a la relación familia-empresa y las dificultades en la gestión del negocio.
La necesaria planificación del relevo generacional
Para garantizar su éxito, es importante planear con tiempo y con los consensos adecuados la sucesión del negocio y escoger el mejor momento para llevar a cabo el relevo generacional, asegurándose de que haya una buena situación familiar y empresarial. El relevo generacional debe ser paulatino y no debe llevarse a cabo ni demasiado pronto, cuando la generación entrante es demasiado joven y puede no estar suficientemente preparada, ni demasiado tarde, cuando la generación saliente es demasiado mayor y ya no se puede aprovechar toda su experiencia y conocimientos y el apoyo que puede brindar a los sucesores.
Los problemas vinculados a la relación familia-empresa
Estos problemas, que aparecen al mezclar familia y empresa, suelen hacerse visibles o acentuarse una vez la generación anterior, que actuaba como punto de equilibrio entre hermanos o primos, sale del negocio al acabar el proceso de relevo generacional, poniendo en riesgo el futuro de la empresa familiar.
Problemas vinculados a la gestión del negocio
Entre estos problemas vinculados a la gestión del negocio encontramos la falta de un plan o documento estratégico, limitarse a repetir el modelo del fundador, no apostar por la digitalización y la omnicanalidad, no trabajar el valor percibido, y no modernizarse por miedo al cambio, entre otros. Sin embargo, tal vez la dificultad más característica de los negocios familiares ferreteros es la falta de profesionalización de la empresa y, en este sentido, es importante apostar por incorporar buenos profesionales al negocio, sean familiares o no familiares, para una gestión excelente del negocio y una mayor competitividad.
Consensuar soluciones con tiempo
Sin embargo, no es fácil afrontar los problemas de la empresa familiar en los que se mezclan familia y empresa, a menudo por pereza, porque entran en juego las emociones familiares o porque no siempre se tienen ni las competencias ni las herramientas necesarias para abordar estos problemas. Aun así, de la misma manera que todas las empresas consiguen sacar tiempo para elaborar presupuestos y planificar inversiones, los negocios familiares deberían ser capaces de encontrar también el tiempo necesario para consensuar estos temas en un Protocolo Familiar o en unos Pactos de Familia con la ayuda de un experto en empresa familiar, ya que no hacerlo, o demorarlo sine die, puede condicionar la continuidad del negocio.
El mejor camino para superar las dificultades intrínsecas a las empresas familiares y conseguir su continuidad es consensuar un Protocolo Familiar o unos Pactos de Familia