Un corazón de roble en el mayor centro de exposiciones de Europa
El Auditórium posee la especial característica de encontrarse bajo una ola de cristal de 43 metros de altura. Su volumetría está caracterizada por la intersección de las superficies cóncavas y convexas de la ola de cristal y aluminio que lo recubre. La forma levemente derramada hacia arriba y revestida externamente de color rojo carmín con una raya negra en la parte superior – donde se encuentran las salidas del aire acondicionado que toman la forma de pequeños cañones – recuerda a un barco.
A través de cuatro dobles puertas de roble blanco, colocadas simétricamente a los lados de la sala de dirección, se accede al piso superior. El espacio tiene forma de elipse cortada por motivos acústicos, en su eje más largo, por la sala de dirección en uno de sus extremos y por la mesa de los ponentes en el otro. La sala se articula en tres niveles que descienden hacia el escenario. Cada uno de los tres niveles puede aislarse de los demás y convertirse en una sala independiente mediante los paneles divisorios que cuelgan del techo.
El techo está revestido con un falso cielo de paneles reflectantes de MDF curvados chapados con roble blanco, que se abren para permitir el descenso de diferentes equipos de la sala como pantallas y proyectores. La iluminación del auditorio también se encuentra oculta e instalada entre ellos.
Las paredes de la sala están revestidas con listones macizos de roble blanco dispuestos de tal manera que forman aparentemente una pared continua que, además de su función estética, cubren el revestimiento acústico modular.
El escenario está realizado en carpintería metálica y revestido con paneles de madera de roble blanco. En él se encuentran la mesa para los ponentes, los atriles y el panel de separación de la chácena, todos de madera de la especie mencionada.
También encontramos roble blanco macizo en el parquet del suelo sobre el que, mediante sencillos acoplamientos, se montan las butacas de cuero en color pálido, vaciadas en la parte inferior del asiento con el fin de mejorar la acústica del auditorio.
El roble blanco estadounidense se ha convertido en la primera elección para arquitectos y diseñadores de todo el mundo, para proyectos tanto públicos como privados gracias a su flexibilidad, estabilidad, atractivo veteado y fibra recta, que hacen de ella una especie muy adecuada para la mayor parte de las aplicaciones de carpintería.