Los bosques sostenibles y sanos y los productos de madera maciza son dos destacados aspectos implicados en el debate sobre la fijación del carbono.
Jameson French, Presidente de Northland Forest Products: "Un objetivo común"
Jameson French, Presidente de Northland Forest Products15/02/2008
15 de febrero de 2008
Jameson French, Presidente de la empresa estadounidense Northland Forest Products, urge a estrechar los lazos entre el sector de la madera y los grupos medioambientales, así como a conseguir una tolerancia cero frente a la explotación ilegal de la madera.
Jameson French.
Uno de los momentos más destacados del 2007 para mí fue, sin duda, cuando tuve la oportunidad de escuchar a Alexander Von Bismark, Director Ejecutivo de la Environmental Investigation Agency, EIA, (Agencia para la Investigación Medioambiental estadounidense), hablando sobre los esfuerzos conjuntos de los grupos industriales y las ONGs medioambientales para combatir la explotación maderera ilegal. No sólo agradeció a la US Hardwood Federation su apoyo a una legislación que aborde el comercio ilegal, sino que también resaltó la "legalidad y sostenibilidad" que representan las maderas de las frondosas de los EE UU.
Durante varios años, tanto el sector industrial como los agentes medioambientales han intentado encontrar algún medio realista y eficaz que permita reducir el flujo de madera de procedencia ilegal. La ley Lacey, que se introdujo hace casi 100 años con el objeto de combatir la importación de fauna y flora salvajes, resultó ser la solución ideal. En lugar de crear un nuevo y complejo sistema burocrático para las importaciones procedentes de áreas de alto riesgo se ha modificado dicha ley con el fin de incluir a la madera y creando un "fuerte elemento sancionador" que desanime a quienes puedan sentirse tentados de asumir los riesgos de comerciar con productos que pudieran proceder de recursos ilegales. En otras palabras, si se descubre a alguien importando conscientemente productos ilegales, las sanciones son severas.
La ley Lacey se introdujo hace casi 100 años para combatir la importación de fauna y flora salvajes.
Tras haber dedicado la mayor parte de mi vida adulta a promocionar los intereses comunes del sector comercial maderero y de la comunidad preocupada por el medioambiente, las palabras de Von Bismark sonaron como música en mis oídos. Como Vicepresidente de la Hardwood Federation, localizada en Washington DC, yo era consciente de los esfuerzos que tuvimos que hacer para conservar el amplio apoyo de la industria maderera mientras ejercíamos presiones a favor de las enmiendas de la Ley Lacey. Muchos agentes de la industria se mostraban francamente asustados ante la idea de apoyar una legislación patrocinada por ONGs medioambientales, por no mencionar el incremento de la regulación dentro de nuestro propio sector.
Crear confianza
Afortunadamente, finalmente prevalecieron las posturas más sensatas. El enfoque estratégico y de carácter empresarial de la coalición de ONGs liderada por la EIA logró crear lentamente la confianza necesaria y la opinión de que realmente era posible colaborar juntos. ¡Y vaya si han hecho lo que dijeron que harían, manteniéndose firmes en su posición! Además, tanto del diálogo honesto como el capital político que hemos construido tienen también la posibilidad de servir en otras áreas de interés mutuo. La enmienda de la ley Lacey también ha supuesto el vehículo perfecto para alcanzar un compromiso entre las diversas partes.
Pero sigue habiendo mucho por hacer. Todos sabemos que la madera es el material de construcción más aceptable desde un punto de vista medioambiental. Entonces, ¿por qué no parecemos ser capaces de transmitir este mensaje de manera clara y uniforme? El primer paso consiste en aplicar tolerancia cero a las "manzanas podridas" existentes en el mercado de la madera, tanto si se trata de fabricantes dudosos en una cierta región como de operaciones locales de explotación maderera no sostenible.
La industria maderera de los países del G8 debe unirse y urgir a los gobiernos nacionales y locales a que pongan freno a las prácticas no sostenibles y al flujo de madera procedente de fuentes ilegales. En lugar de esperar a que las ONGs expongan ante el público a los peores agentes de nuestro mercado, debemos ser más diligentes en lo relativo a nuestras propias políticas. Imagínense el impacto en la opinión pública si la industria maderera revelase a un proveedor de madera ilegal o si las asociaciones comerciales europeas o americanas urgieran a sus miembros a boicotear un producto específico, o incluso a un país que no se mostrara dispuesto a hacer cumplir sus propias leyes
Obviamente las medidas de este tipo deberían aplicarse con cuidado. Sin embargo, una discusión seria sobre este asunto contribuye a mejorar la manera de actuar de algunos proveedores ansiosos de hacerse con parte de la cuota del mercado europeo o norteamericano.
Punto de partida
Una vez hayamos demostrado nuestras intenciones mediante el apoyo activo a las acciones legislativas necesarias, podremos urgir a los agentes medioambientales para que colaboren con nosotros en la promoción de la madera maciza y de otros productos elaborados de madera. Debemos comenzar por promocionar los productos producidos localmente, pero podemos ampliar estas acciones para incluir comparaciones con otros materiales como el acero, el PVC y el hormigón.
La industria estadounidense ya ha asumido un papel proactivo, mediante el estudio de Seneca Creek, patrocinado por AHEC, referente a la legalidad y la sostenibilidad de los bosques de frondosas de los EE UU. Debemos continuar apoyando y promoviendo la certificación medioambiental efectuada por terceras partes independientes. Y también tenemos que emprender acciones valientes para hacer frente a las ofertas baratas provenientes de fuentes de las que "no estoy seguro". Sintámonos bien con la idea de pagar un poco más por un producto que sabemos que es legal y sostenible.
El 2008 podría ser el año en que se den todas las condiciones para una promoción de la madera basada en aspectos medioambientales. El cambio climático está en la mente de todos. Los EE UU también tendrán pronto un nuevo presidente y la mayoría de los principales candidatos tienen puntos de vista muy diferentes a los de la administración actual en lo relativo a los asuntos del medioambiente y la energía. El liderazgo de la UE quedó patente en la reciente Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas.
Los bosques sostenibles y sanos y los productos de madera maciza son dos destacados aspectos implicados en el debate sobre la fijación del carbono. Los consumidores desean unos productos saludables, sostenibles, duraderos y energéticamente eficientes. Así que comencemos a trabajar juntos como un sector realmente internacional, con el fin de establecer nuevas relaciones con la comunidad dedicada a la protección del medioambiente y colaborar con ellos para promocionar una materia prima sostenible, la madera.
Este año se dan todas las condiciones para una promoción de la madera basada en aspectos medioambientales.