"De cara a 2025, la logística se enfrenta a un escenario de moderación del crecimiento, condicionado por la evolución del comercio exterior, la geopolítica y la actividad industria"
Entrevista a Ramón García, director general del CEL
Laura Rodríguez Escosa17/03/2025
El 2025 ha empezado a medio gas para el sector logístico, aunque no en todas sus caras. Los datos marcan que el empleo ha aumentado, así como la actividad del sector inmobiliario. El comercio exterior se agota, igual que el transporte de mercancías por carretera. Las tecnologías disruptivas e incrementales se imponen como bastión de productividad y progreso de las empresas del sector, facilitando su desarrollo. Todo eso y mucho más en la entrevista a Ramón García director general del CEL que podéis leer a continuación.
¿Cómo termina el sector logístico en 2024 y comienza el 2025?
Según nuestro último CEL Data, la newsletter exclusiva para socios CEL en la que recogemos los principales KPI’s que impactan en logística y transporte, el sector ha cerrado 2024 con un balance mixto. Si bien segmentos como la actividad postal y el transporte de mercancías por carretera han mostrado cierta desaceleración, otros como la prestación de servicios logísticos (+9,5%), la carga aérea (+6,8%) y el tráfico marítimo (+9,2%) han mantenido un comportamiento más sólido y estable.
Uno de los aspectos más positivos ha sido el dinamismo del empleo, con un incremento significativo en el número de afiliados a la Seguridad Social y un descenso interanual del paro, aunque con cierta volatilidad en la contratación. En términos de actividad, el tráfico portuario ha seguido creciendo y la carga aérea ha registrado un buen inicio de 2025, con Barajas consolidando su papel como hub principal con el 61,5% de toda la carga aérea del país en 2024.
No obstante, el comercio exterior ha comenzado a mostrar signos de agotamiento, con una caída de las exportaciones que ha contribuido a un aumento del déficit comercial.
Por otro lado, el mercado inmobiliario ha mantenido una actividad intensa, con más de un millón de metros cuadrados contratados en el centro peninsular y cifras relevantes en Cataluña y la Comunidad Valenciana. Sin embargo, las tasas de disponibilidad muestran un panorama desigual, con una mayor oferta en el centro de la península (9,6%) y una escasez en la Comunidad Valencia (0.4%) o Cataluña (4,2%) que ha derivado en el alza para las rentas en algunas ubicaciones clave.
De cara a 2025, la logística se enfrenta a un escenario de moderación del crecimiento, condicionado por la evolución del comercio exterior, la geopolítica y la actividad industrial. La digitalización y la automatización seguirán siendo claves para mejorar la eficiencia operativa especialmente si tenemos en cuenta que la digitalización del dato es esencial para la implementación de Inteligencia Artificial, uno de los grandes retos para 2024. Mientras tanto la sostenibilidad ganará protagonismo ante la creciente regulación ambiental y la presión para reducir emisiones.
¿En qué partes de la cadena logística la industria está poniendo el foco en este momento?
En los últimos tres o cuatro años, la cadena logística se está focalizando mucho en ser más sostenible y resiliente. Estamos en un momento en el que es necesario replantearse el papel de Europa como player mundial. Por otro lado, el continente es un eje de consumo, no de fabricación. Por lo tanto, cualquier cosa que pase durante el proceso de fabricación del producto y su transporte influirá en su llegada al continente. Que los países productores pongan más o menos aranceles, por ejemplo, puede implicar unos cambios de ubicaciones estratégicas importantes.
Por otro lado, a lo largo de este tiempo también hemos vivido como sociedad todo tipo de disrupciones que han provocado que no se pudiera asegurar el suministro, o que viniera con retraso. La falta de conocimiento e información respecto a los plazos puede suponer la pérdida de clientes, sobrecostes u otro tipo de cuestiones.
Otra cuestión que se está trabajando es la de la resiliencia porque, desde Europa, no se está teniendo la facilidad de tener bajo control las cadenas de suministro.
Para finalizar, es imprescindible que estas sean ágiles. Estamos viviendo en la cuarta revolución industrial, en la que la sociedad está conectada y es la que manda y pide cuando quiere. O se es capaz de dar una respuesta ágil o no se llega.
Ahora cuentan con una delegación en levante, ¿Cuál es su estrategia sobre este territorio?
Nuestra delegación en levante tiene su origen en una asociación local con la que colaboramos para que los profesionales logísticos de la zona tuvieran una plataforma en la que encontrarse. Nosotros, al final, no dejamos de ser una asociación de ámbito nacional con el objetivo de dinamizar la actividad en logística y transporte, hacer que las cosas sucedan. Nuestra estrategia es intensificar las actividades que ya hacemos en esta región.
El pistoletazo de salida fue septiembre del año pasado, todavía estamos en periodo de implantación pero ya cuenta con Carlota Pérez como delegada y un calendario de actividades específicas para la región.
¿Cómo enfocan la infinidad de desafíos y contrariedades que ha supuesto la DANA para la logística Valenciana?
Nuestra entrada en la Comunidad Valenciana fue con la desgracia de la DANA. Nuestra primera respuesta al suceso fue poner nuestros recursos a disposición de las autoridades y compañías para ayudar. Primero hicimos un estudio exhaustivo de cómo la situación había afectado a los recursos de la zona. A continuación, movilizamos las empresas con capacidad de almacenaje, transporte, movilizar objetos… Durante tres semanas no paramos.
Ninguna administración pública tiene un plan de contingencia desarrollado para responder a una catástrofe natural de esta magnitud porque sería muy costoso de mantener. Para poder afrontarlo, es preciso contar con sistemas de colaboración público-privados. Es decir, que el estado coordine, y un número determinado de entidades y negocios respondan y presten sus recursos.
Desde Europa se ha planteado llevar a cabo este tipo de iniciativas, pero no se han desarrollado lo suficiente.
Carlota Pérez, delegada del CEL en Levante.
A principios de febrero, percibimos que la situación se estaba empezando a normalizar. El impacto de los destrozos materiales todavía está presente, pero comienza a haber actividad de nuevo.
¿Se encontraron con alguna dificultad?
No, no la encontramos porque aprendimos mucho durante la pandemia. Movilizamos gran cantidad de cosas. Entonces, ya teníamos mucho rodaje. Trabajamos con las redlines, buscamos fuentes alternativas en colaboración con otros partners, ya fueran clústers o asociaciones, localizamos puntos de fabricación local, movilizamos recursos de camiones, furgonetas y almacenes para los suministros la coordinamos temas de identificación y catálogos, desbloqueamos mercancía atrapada en aeropuertos…
Uno de los principales colectivos que tenemos dentro del CEL es el comité CEL Salud, de logística hospitalaria. Dentro del mismo hay cerca de 100 hospitales de toda España en el que hay un foro de debate. Muchas de las cosas que se movieron lo hicimos nosotros desde el comité.
Otra acción muy importante que llevamos a cabo fue la creación de una plataforma que conectaba hospitales y proveedores logísticos. De esta forma, quién le faltaba material podía contactar con quien sí tenía.
Asociamos la IA sobre todo en la optimización de rutas. ¿En qué otras tareas también podemos sacarle todo el jugo?
La inteligencia artificial tiene un potencial brutal en logística. La optimización de rutas es un ejemplo, pero existen otros, como la planificación de demanda, recursos, eventos, gestiones automáticas…
Con el tiempo, se van a ir desarrollando montones de aplicaciones que van a ayudar al objetivo final de la logística, que es el desarrollo de solo aquello que se necesita. Las predicciones son erróneas cuando tienen ruido, y eso provoca que se tomen decisiones sobre cosas que no se saben del todo.
Eso sí, para poder extraer todo el potencial a la herramienta, es imprescindible tener acceso a los datos. El reto es que estén estructurados de una forma comprensible y que, por supuesto, sean fiables.
Tecnología y sostenibilidad, ¿amigos o enemigos?
Lo más sostenible es no hacer lo que no hace falta hacer. Muchas veces nos emperramos en hacer una logística más sostenible que reparta en vehículos eléctricos o que haga prácticas colaborativas, pero la logística es organizar cosas. La importancia real a nivel macro de sostenibilidad es un buen manejo de la información, y las tecnologías son la llave de todo eso.
¿Cuál es el papel de la administración ante esto?
La administración favorece prácticas de transporte alternativas en lugar de las que ayudan a manejar mayor información. Se está obviando que el principal generador de sobre almacenamiento es una mala planificación.
En conclusión: las regulaciones incentivan que las empresas actúen contra los efectos y no las causas.
¿Cuál es la preocupación de las empresas?
En este momento nos encontramos en una tormenta perfecta, porque están irrumpiendo muchas tecnologías incrementales y disruptivas. Las empresas manejan este contexto siendo muy competitivas, productivas y eficientes. Suelen aplicar las primeras para conseguirlo, pero tienen un ojo puesto hacia las disruptivas, porque les pueden costear el modelo de negocio. La tecnología habilita hacer muchas cosas distintas.
¿Podríamos hablar de intrusismo laboral?
Las tecnologías, como comentaba antes, son habilitadoras. En la actualidad, han hecho posible que una empresa que no es un operador logístico pueda ejercer como tal. Desde el CEL abogamos por que se regule la actividad de este tipo de compañías para que cumplan con la normativa. Las reglas del juego deben ser justas para todos. Y, al final, quién de verdad se resiente es el consumidor porque el servicio que recibe no es de la calidad que espera.
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