Codificación y trazabilidad según las normas europeas de seguridad alimentaria

Desde que en enero del 2005 entrara en vigor el Reglamento Europeo sobre Seguridad Alimentaria, (CE núm. 178/ 2002) las empresas del sector se han visto obligadas a implementar sistemas de trazabilidad completos que además de definir el origen y destino de cada producto, estén presentes también en cada fase de producción, transformación y distribución.

De esta manera, se cumple lo que el comité de Seguridad Alimentaria AECOC define como trazabilidad: “los procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el origen histórico, ubicación y trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de las herramientas determinadas”. Esto no solo garantiza la salud del consumidor final, sino que también tiene varias ventajas para el mismo productor.

Al documentar cada fase codificando los datos relevantes, se agilita el flujo de información fiable entre los distintos eslabones de la cadena. Esto optimiza la gestión de procesos de stock, reduce los márgenes de error en manipulaciones o expediciones disminuyendo costes y satisface los requerimientos de las grandes superficies, cada vez más ávidos de información. Adicionalmente, al aumentar la trazabilidad de productos y agrupaciones, se facilita su localización, herramienta indispensable en casos de crisis.

Una identificación correcta incluso puede convertirse en una herramienta adicional del branding del producto, al contribuir a su diferenciación de la competencia y por medio de mensajes fiables, aumentar la confianza en la marca.

Con más de 97 años de experiencia en el mercado, Markem – Imaje sabe cual es la importancia real de un sistema global de codificación y trazabilidad en cada etapa del proceso, y es capaz de cumplir con los requerimientos de mercados especialmente sensibles a riesgos sanitarios, tales como el alimentario. Las soluciones de identificación de Markem – Imaje cumplen con las normativas vigentes tanto en cuestión de equipos como en consumibles específicos para el sector.

Las impresoras inkjet 9000 de pequeño carácter permiten imprimir mensajes de hasta ocho líneas de texto, con tamaños de fuente entre cinco puntos y dos líneas. Disponen de una amplia gama de caracteres, desde latinos, europeos del Este, árabes, asiáticos y hebreos, entre otros, e imprime desde fechas de caducidad, logotipos, texto alfanumérico hasta códigos de barra uni y bidimensionales. Es capaz de imprimir sobre variedad de sustratos, incluso sobre los alimentos, y es una de las series más compactas del mercado, con un sistema de uno o dos cabezales de impresión.

Las impresoras inkjet 5600 de gran carácter y la impresora 5800 de gran carácter con codificador de chorro de tinta termo fusibles son soluciones competitivas para el marcaje de cartones ondulados, bandejas y otros soportes porosos.

Funcionan con tinta líquida de alta resolución y secado rápido, una alta velocidad de impresión (182 m/min) y pueden equiparse ocasionalmente con cabezales deslizables.

Otra opción eficaz para el sector alimentario es la impresora de transferencia térmica SmartDate 5, que trabaja a velocidades sorprendentes en film de envasado flexible sin alterar la calidad de impresión. Imprime todo tipo de información, desde ingredientes hasta códigos de barras. Sus características de ahorro de cinta optimizan costes y aumentan el rendimiento por longitud de cinta.

Por último, la impresora 4020 con codificador válvula gota a la demanda (DOD) se caracteriza por su diseño único y compacto, su capacidad de codificación en varios laterales y su facilidad de integración en todas las líneas de fabricación.

Todas las impresoras tienen unas facilidades de comunicación revolucionarias, como acceso USB, interfaz de usuario web, conexión Ethernet, pantalla táctil de color y opcionalmente, conexión al software CoLOS Enterprise, que ofrece una gestión centralizada de datos.