Snom analiza la crisis en el sector logístico en materia de comunicaciones

Sin duda, todo ha cambiado en la industria de la logística y de contenedores. Si hasta finales de 2019 los plazos de entrega se planificaban fácilmente en todo el mundo, pudiendo hablar casi de producción en tiempo real, el duro confinamiento de tres meses en China a principios de 2020 alteró esta realidad. Así, mientras las mascarillas protectoras, las pruebas rápidas y los medicamentos escaseaban para los usuarios finales, las materias primas, semiconductores y otros componentes no llegaban a la industria. Incluso, ahora, la falta de recursos causada por el coronavirus describe tanto la escasez actual de componentes como la situación en la industria de la logística y de los contenedores.

“Después de que el coronavirus golpease por primera vez a China, el mundo entero le siguió. En todas partes, los puertos se cerraron temporalmente, las fronteras se clausuraron e incluso se impidió que los barcos navegaran mientras que los aviones tuvieron que quedarse en tierra. Esto originó un grave desequilibrio en la distribución global de contenedores: hasta el día de hoy, se almacenan masas de contenedores en algunos puertos que se necesitan con urgencia en otros lugares”, asegura Gordon Raschig, responsable de Gestión de la Cadena de Suministro de Snom.

La crisis sanitaria sigue deteriorando de manera severa las cadenas de suministro globales.

Esta prolongada congestión no solo conduce a las actuales interrupciones en las cadenas de suministro y producciones, sino también a una verdadera guerra de precios en el mercado del transporte marítimo, donde solo gana el mejor postor (o el que tiene el volumen de pedidos generalmente mayor). No obstante, y además de un incremento en el precio -el coste de enviar un contenedor se ha llegado a multiplicar por mil desde 2019¹ -la falta de certeza de que la carga vaya a salir en el plazo establecido del puerto de origen o las nuevas restricciones medioambientales no ayudan en este sentido.

"Con la situación actual y los cambios de planes, puede suceder que el cliente no sepa con certeza, hasta el día de la salida prevista, si la mercancía se encuentra realmente en el barco o si se enviará más adelante”, explica Raschig. “Además, hay otro factor que contribuye a la escasez general de buques de carga: la exigencia de reducir sus emisiones de CO₂. Sin embargo, las navieras no tienen prisa por acelerar la inversión en la reconversión de los buques. A pesar del extraordinario aumento de los precios, los contenedores y los buques están siempre ocupados. El mercado acepta unos costes escandalosos para recibir la mercancía”.

Cualquiera que piense que las incertidumbres en materia de logística han sido resueltas, se equivoca. La actual política de “tolerancia cero” contra el coronavirus en China está conduciendo reiteradamente al cierre parcial o completo de puertos, incluidos Ningbo, Zhoushan (Wuhan) y Yantian (Shenzhen). Esta situación está provocando retrasos de al menos dos semanas, en el caso de que los camiones lleguen a hacer escala en estos puertos, y pérdidas importantes para los conductores, quienes tienen que ponerse automáticamente en cuarentena durante dicha quincena. Solo una minoría de los conductores puede hacer esto, y es algo difícil de sostener.

La ansiada relajación de la situación en términos de disponibilidad de recursos y capacidades para transportar mercancías de A a B, tardará mucho en llegar, según Raschig, quien, no obstante, ve la situación como un desafío positivo para Snom. “Ahora tenemos la oportunidad de adaptar nuestras cadenas de suministro para dominar con éxito los conflictos entre la disponibilidad y la eficiencia económica en el futuro. Por supuesto, somos afortunados porque nuestra empresa matriz, VTech, sea tan importante. Esto nos ha permitido gestionar la situación de una manera muy diferente a como lo hubiéramos hecho por nuestra cuenta. Pero, en general, nos hemos unido más en los últimos dos años y, por lo tanto, nos beneficiamos de las sinergias de los contratos a largo plazo de ambas compañías y de la distribución de los volúmenes de envío a través de la compra en el mercado al alza”.

En Snom siempre se están buscando formas de optimizar los tiempos de entrega, tanto para la importación como para la exportación y ahora, además, utilizan toda la cartera de productos. Desde el principio de la pandemia, Snom se centró en alternativas como el transporte ferroviario y las combinaciones mar/aire y ahora cuenta con una gran red de empresas de transporte y logística a su disposición.

Como resultado, la compañía ha podido suministrar productos para empresas de proyectos y otros personalizados con plazos de entrega inferiores a un mes. De una cartera de productos de 146 artículos, aproximadamente siete no se pueden enviar actualmente. Gracias al éxito de esta estrategia, Snom no ha tenido que repercutir mayores costes a los precios de los productos, a pesar de la explosión general de costes en la logística.

“La fiabilidad del suministro en toda la cadena de valor es el reto al que nos enfrentamos actualmente. Mantener la calma como sucede en el deporte”, asegura Raschig. “Sin embargo, a medio plazo, estamos trabajando en procesos sostenibles de cambio en la organización de nuestras cadenas de suministro, lo que debería aumentar principalmente la transparencia para los socios comerciales de Snom. Junto con nuestros partners logísticos, contribuimos al éxito de nuestros socios".

[1] Si en 2019 enviar un container de 40 pies desde el puerto chino de Yantian a Hamburgo suponía 2.000 €, recientemente se ha llegado a pagar hasta 22.000 €