La construcción industrializada es posible gracias a los prefabricados de hormigón
Desde hace bastante tiempo la construcción ha sido uno de los principales motores de la economía española y ha vivido dos décadas de gran prosperidad. Ofrecía mucho a muchos: inmuebles a la industria de servicios, mejoras en las infraestructuras públicas, segundas residencias… e incluso la oportunidad de empleo a la creciente oleada de inmigrantes que vive Europa. El volumen de negocio de la construcción en España en el año 2006 superó los 372.200 millones de euros. A nivel comunitario sólo fue superada por Alemania. Ese año creció un 19 por ciento y, aunque se empezó a notar cierta desaceleración, todavía creció un 18 en 2007. Dos dígitos de crecimiento es una cifra suculenta cuando se habla en términos comerciales. Ese mismo año el nivel de inversión en construcción fue del 17 por ciento en relación con el PIB, aunque si consideramos todas las actividades económicas relacionadas con la construcción, se superó el 40 por ciento.
La necesidad de atender a la demanda con soluciones fiables y en plazos de entrega más cortos fue fundamental para que se incrementara el desarrollo de la industria de prefabricados de hormigón con gran fuerza y dinamismo. Además, esta industria ofrece una gran variedad de soluciones porque es capaz de fabricar la mayor parte de los elementos necesarios para la construcción: pavimentación, grandes prefabricados para edificación y obra pública, cerramientos, tuberías y canalizaciones y otros productos generales como piedra artificial, mobiliario urbano, postes eléctricos, etc.
Una industria en pleno crecimiento
Durante el año 2006 el volumen de negocio de prefabricados de hormigón en España supuso unos 7.400 millones de euros. En el 2007, se incrementó un 18 por ciento, alcanzando los 8.800 millones. En la actualidad este sector cuenta con más de 1.300 fábricas y destacan varios grandes grupos que pueden llegar a facturar más de 100.000 millones anuales, algunos exportan a más de una decena de países como Francia, Suecia, Argentina o Emiratos Árabes. En general, emplea cada año una media de 40.000 trabajadores entre fijos y temporales. El grupo productivo más importante es el de elementos estructurales con casi un 55 por ciento del total de la producción nacional cuyos elementos van dirigidos principalmente a edificios industriales y comerciales, centros logísticos u obra civil como túneles o puentes.
Desafortunadamente, la construcción va a sufrir un fuerte descenso de crecimiento en los próximos dos años, a nivel internacional por la tendencia a la baja y a nivel nacional debido al descenso de la demanda causado por los altos precios, un exceso de oferta de vivienda nueva y muchas dificultades para financiar la compra. Pero esta caída no afectará a todas las áreas de la construcción. Se espera que las infraestructuras y la edificación no residencial mantengan el nivel de crecimiento, aunque no al mismo ritmo que en las últimas dos décadas. Así pues, la previsión para el final del 2008 y 2009 es de un mercado de la construcción más competitivo que provocará el aumento de la competencia de precios, lo que será beneficioso para todos, sobre todo para el consumidor final, ya que contribuirá a estabilizar la situación.
Sostenibilidad durante y después de su uso
Reivindicaciones para el futuro
Para paliar la crisis, las demandas del sector son diversas: en primer lugar se deben tomar medidas para reactivar la construcción; se tienen que reducir los plazos de pago de los materiales suministrados, muy superiores a los legales establecidos, porque el sector no puede dedicar más recursos a financiar las ventas, en detrimento de innovaciones tecnológicas y creación de empleo. Y, por último, la reivindicación más importante, que se valore la calidad de forma efectiva, porque el cumplimiento de todas las normas es costoso y resulta ilógico que, incluso en obras de promoción pública, éste sea el último factor a tener en cuenta.