Fabricación de ventanas de aluminio con valor añadido

Los días 12, 13 y 14 de junio, Centro Alum celebró unas jornadas de demostración del nuevo taller de aluminio que ha puesto en marcha tras la ampliación de la nave de que dispone en sus instalaciones en Sabadell, Barcelona. En la celebración de estas jornadas, Centro Alum contó con la colaboración de las empresas Maquintec, Winkhaus y Gesfácil, que han contribuido a dotar a la fábrica de perfiles de aluminio de la más avanzada tecnología para estar a la vanguardia de las exigencias demandadas en la actualidad.

Con estas jornadas Centro Alum pretendía presentar a una serie de clientes seleccionados que habían mostrado interés por productos de Canal 16 y que ya los fabricaban o querían comenzar a hacerlo, la metodología empleada en su nuevo taller de aluminio. La intención era enseñarles la forma de ser competitivos en precio y producción ante fabricantes más grandes. Con ello se pretende su consolidación como fabricantes de ventanas de aluminio de calidad.

José Antonio Morón, de pie en el centro de la imagen, en un momento de las jornadas celebradas en Centro Alum.

José Antonio Morón, gerente de Gesfácil, empresa especializada en software para la gestión integral en el sector del aluminio y PVC, fue uno de los encargados de dar a conocer este nuevo modelo de fabricación en el taller de aluminio de Centro Alum, un ejemplo de colaboración entre software especializado y maquinaria de corte y mecanizado. Así, explicó que el proceso se inicia “con el cálculo de las ventanas de aluminio a partir del software Gesfácil. Luego, los perfiles de las ventanas que el cliente ha aceptado se envían a la tronzadora y se mecanizan en el centro. Por ello, al fabricar lo que acepta el cliente no se generan errores, con lo que la producción se convierte en algo mucho más sencillo al no ser necesario el uso del ‘metro’ durante todo el proceso y así las piezas quedan preparadas para unirlas como un ‘Mecano’. El ahorro y la optimización del tiempo es clave como parte del retorno de la inversión a realizar”.

Para llevar a cabo estas operaciones, el taller de aluminio cuenta con una tronzadora de doble cabezal y un centro de mecanizado. Ambas máquinas deben poder comunicarse con el software a través de un protocolo, ya que es el software el que realmente optimiza la producción.

“Para poder automatizar la fabricación –explica José Antonio Morón- primero debemos establecer qué productos van a componer la producción principal. Estos serán los que debemos automatizar. Intentar automatizarlo todo es un error que se comete habitualmente. El siguiente paso es escoger la maquinaria y el software adecuados para estos productos. Para ello será necesario recopilar todos los datos de los perfiles de aluminio y los accesorios para automatizar el proceso. Si no se dispone de toda la información, la automatización no es posible. A continuación se introducen todos los datos en el software escogido y también los procesos de mecanizado a automatizar en el centro. Por último, es muy importante la fase de pruebas para asegurar que la producción sea correcta y así poder garantizar la entrega ‘llave en mano’, que es el gran éxito de este tipo de puestas en marcha”.

Seguir esta metodología de trabajo permite que la fabricación de ventanas de aluminio complejas se haga en el mismo tiempo, o en menos, que otras más simples. “De esta manera nuestros clientes pueden fabricar y vender ventanas con un valor añadido frente a su competencia. Cuando vendes calidad, el precio es menos importante y tu competencia puede no estar preparada para vender ventanas de calidad. Diferenciarse es importante”, explica José Antonio Morón.

Este proceso permite fabricar de manera más sencilla ventanas de aluminio con canal 16 que ventanas con canal europeo. Incluso, es posible emplear menos tiempo en fabricar una balconera en hoja oculta de canal 16 con cerradura y oscilobatiente, que si se hiciera de forma tradicional. “Precisamente, ese es el ejemplo que utilizamos en las jornadas. Con esta metodología tardamos 1 hora y 15 minutos utilizando personal no cualificado. Y los clientes coincidían en que el tiempo mínimo utilizado por ellos sería de 3 horas”, asegura José Antonio Morón.

La automatización de procesos es una de las ventajas más evidentes para un taller de aluminio moderno como el que Centro Alum ha puesto en funcionamiento. Pero, además, hay otros beneficios:

• No es necesario que el personal sea cualificado.
• Siempre se tarda lo mismo en hacer la misma ventana.
• Lo que se presupuesta al cliente es lo que se fabrica.
• No se generan errores de comunicación entre la oficina y el taller.
• Las ventanas complejas se fabrican sin errores en menos tiempo que ventanas simples.
• Se pueden pedir los materiales exactos para cada fabricación con antelación, vidrios incluidos.

En todo este proceso, Gesfácil interpreta un papel único de engranaje entre la oficina y las máquinas que permite la total automatización del proceso de fabricación de perfiles de aluminio. “Aunque Gesfácil físicamente no fabrica ventanas, ni las corta, ni las mecaniza, sin el software no es posible este concepto de taller. Todos los datos necesarios para la fabricación se introducen mediante Gesfácil. De esta manera se elabora un presupuesto para el cliente y los datos para la fabricación de las ventanas de aluminio se envían tanto a la cortadora como al centro de mecanizado, para, con la hoja de fabricación, montar la ventana final. Este es el concepto de software integral que potenciamos, pues permite tanto la elaboración de presupuestos, como el acompañamiento en todos los procesos de producción de la ventana”, explica el gerente de Gesfácil.

La transformación en los procesos productivos empleando esta metodología permite una fabricación más eficiente de ventanas, incluso teniendo en cuenta las nuevas exigencias de la arquitectura sostenible y de los edificios de consumo casi nulo, como indica José Antonio Morón: “Para conseguir los nuevos estándares de edificación son necesarias ventanas de aluminio con características técnicas cada vez mejores, que tengan menor transmitancia y que sean más estancas, entre otras cualidades. Estas ventanas son también más complejas de fabricar, siendo necesaria mucha más mano de obra. Con la nueva metodología conseguimos que la mano de obra no encarezca el producto ya que reducimos los tiempos de fabricación y los errores, haciendo más fácil la producción de ventanas más sostenibles”.

Las jornadas llevadas a cabo en las instalaciones de Centro Alum han evidenciado el creciente interés de los profesionales en conseguir una fabricación más racional y eficiente. Las demostraciones en vivo ayudaron a convencer a más de uno. “Inicialmente, lo que más interés despertó de la nueva fábrica de perfiles de aluminio fue el hecho de que asegurábamos que la balconera de hoja oculta con canal 16 que íbamos a fabricar la haríamos en poco más de una hora con personal no cualificado, desde el presupuesto hasta el acristalamiento. Cuando tras la demostración comprobaban que era cierto quedaron sorprendidos. Los asistentes valoraron y vieron la inmediatez del retorno de la inversión a realizar”.

“En nuestro sector es muy importante que lo que se explique se demuestre. Decir que fabricamos ventanas complejas en menos tiempo y con menos coste es difícil de creer si no se demuestra. Es importante que los clientes sientan que lo que les dices es cierto y que vale la pena invertir para mejorar. Con el taller de aluminio, nosotros lo demostramos, mostrándolo”, asevera el gerente de Gesfácil.

Uno de los retos de estas jornadas y de comprobar cómo el uso del software y la maquinaria adecuados permitían el montaje rápido de ventanas era la demostración de que operarios poco habituados eran capaces de desarrollar el trabajo de forma eficiente. “Durante la jornada hubo un momento en que los asistentes pudieron comprobar que era cierto que el personal que montaba la ventana de prueba era no cualificado. Nosotros insistíamos en que hacíamos la ventana en poco más de una hora con personal no habituado a fabricar, frente a las tres que tardaría cualquier taller de aluminio convencional en fabricarla. La colocación del herraje de canal 16 en la hoja de la puerta lo hacía personal de una de las empresas colaboradoras en el proyecto; personal que conoce perfectamente el producto, pero que habitualmente no fabrica ventanas. En un momento dado, al girar el cuadro de la hoja para continuar colocando herraje, este casi cayó de la mesa de montaje, debido a la poca experiencia de las personas que lo estaban manipulando. Uno de los asistentes a la presentación del nuevo taller de aluminio afirmó: ‘Es cierto que es personal no cualificado, yo lo hago mejor y más rápido’. Al acabar el montaje de la puerta balconera, esta misma persona se mostró enormemente sorprendida de lo bien que quedó en tan poco tiempo de fabricación, teniendo en cuenta quienes habían sido los operarios”, explica Morón.

Al finalizar las jornadas, las conclusiones no podían haber sido más positivas, tanto por parte de los asistentes como de los organizadores: “Queríamos mostrar que la automatización del taller de aluminio es ventajosa para nuestros clientes y que la inversión vale la pena. Los comentarios de los asistentes fueron muy positivos. La demostración había sido efectiva y demostraba que la automatización era una ventaja para una fábrica de perfiles de aluminio”, concluye José Antonio Morón.